Apedrean casa de transgénero que vive en comuna de Cartagena
Las piedras caían una por una en el techo de la casa de Sandy Rojas. El pizarreño se iba quebrando a medida que caían los proyectiles que provenían desde la calle. El hogar de esta vecina estaba siendo apedreado y el motivo que ella aduce es homofobia. Sandy es transgénero.
"No es la primera vez que ocurre esto. Estoy aburrida, porque son siempre los mismos que me hacen esto. Son mis propios vecinos los que me atacan y lo hacen por homofobia", asegura.
Es que la vida para Sandy ha sido un verdadero calvario en este aspecto. Llegó hace varios años a la comuna de Cartagena y desde que adquirió su propiedad, que está ubicada en calle Antofagasta, ha tenido que lidiar con estos actos de aversión a los homosexuales.
"Es terrible. A lo mejor alguien que no lo ha vivido no le toma el peso, pero cuando uno lo vive se siente horrible. Pésimo. Uno nunca quiere pasar por algo así, pero es lo que me está tocando vivir y quiero luchar para que se me respete", explica.
Lo que sí agradece Sandy es el apoyo incondicional que ha recibido por parte de políticos, cartageninos y el presidente del Movilh, Rolando Jiménez.
"Por eso lucho, porque sé que hay gente que respeta mi elección de vida. A uno le puede parecer o no algunas cosas, pero siempre debe respetar la decisión de los otros. No hay por qué recurrir a la violencia", menciona.
MALAS VIBRAS
Sandy dice no relacionarse mucho con sus vecinos. Prefiere no hacerlo por su propio resguardo personal. Vive en su hogar junto a su pareja, con quien hace pocos días solicitó una hora para contraer el Acuerdo de Unión Civil.
"Por mi trabajo he tenido que relacionarme con políticos, gente de Carabineros, autoridades y muchas personas más. Yo soy tarotista y además hago descarga de las vibras negativas. Las personas deben creer que porque conozco gente consigo las cosas. Pero no. Hago mi trabajo sin el ánimo de lucrar, ni menos con la intención de sacar provecho de la gente que viene acá. Eso de que la gente te conozca, debe generar un tipo de envidia", explica.
Sandy no cobra por su trabajo, sino que el precio lo pone el mismo cliente. Además cuenta que lo único que desea es ser feliz, vivir tranquila y que "las personas nos respetemos. Yo soy distinto al resto, pero eso no es malo ni bueno. Ojalá que como sociedad crezcamos más". J
Sandy Rojas denunció la agresión que sufrió en la fiscalía y espera que de una vez por todas la justicia castigue a las personas que cometieron este acto, que ella lo califica como homofóbico. "Esto ya no lo podía dejar pasar. Llamé a Carabineros para que vieran lo sucedido y luego fui a poner la denuncia. Espero que haya un castigo, porque esto no puede volver a ocurrir", manifiesta.