En Cartagena se concentra la mayor demanda de rescates
Profesionales pertenecientes al escuadrón del helicópteros de propósitos generales de la Armada de Chile revelaron parte de su trabajo y las dificultades que enfrentan cuando se enfrentar a una situación riesgosa.
"Lo más complicado es efectuar el rescate en condiciones adversas como marejadas, vientos y personas que no cooperan", comenta el teniente segundo de la Armada, Juan Elgueta, quien trabajó en el team de rescate de la Gobernación Marítima de San Antonio hasta el martes pasado.
Según su relato, el trabajo de los nadadores se dificulta cuando los bañistas en peligro de ahogarse golpean a los rescatistas y se niegan a ser sacados del mar.
Pero para el piloto de helicóptero, mantener el vuelo estacionario probablemente es lo más difícil. En ese momento lo que hace es mirar siempre el horizonte, manteniendo su atención en los instrumentos del motor y los espejos que mantiene en la parte inferior de la nave para ver a las personas en la labor de rescate.
"Mis ojos son el capitán de la aeronave. El me indica si debo moverme dos metros más arriba o hacia abajo, a la derecha o a la izquierda. Él me da las coordenadas y yo confío en lo que él me diga", revela Elgueta.
Estos profesionales cuentan cuáles son los sectores que demandan más rescates en la zona central. Los cuatro del team coinciden que es en la capitanía de puerto de San Antonio donde más trabajo tienen.
"Sin lugar a dudas el sector en el que tenemos más llamados de emergencia es en San Antonio y en su mayoría son de Cartagena. Playa Chica y la Grande son seguidas por la playa Chépica de El Tabo: Esas son las áreas más complicados", dice el teniente segundo.
Según el oficial, sólo durante un fin de semana en el Litoral Central acuden 4 ó 5 veces a estos mismos sectores. Allí se encuentran con bañistas en apuros y de difícil trato.
el lado "B"
Hans Schlosser es nadador de rescate desde diciembre del 2009 y dice que ha tenido experiencias de operativos de rescate de hasta 15 víctimas. En esos casos la complejidad no es la cantidad de personas involucradas, sino las adversidades que provocan las marejadas, los vientos y además los mismos bañistas que, en su desesperación, hasta casi lo han ahogado.
"Nos ha tocado de todo, pero generalmente es la misma gente la que más obstáculos pone", señala argumentando que una vez que logran sacar a la gente del agua, los curiosos que repletan la playa para sacarse fotos o simplemente para mirar, complican la labor de los profesionales que esperan para brindar primeros auxilios en la arena.
"En ocasiones, los familiares o cercanos a las víctimas esperan que bajemos para tratar de golpearnos e insultarnos", señala.
Hans trabaja junto a César Flores, quien comenta que otra de las situaciones más adversas a las que se han visto expuestos durante los rescates es a los robos en los operativos.
Según los nadadores, cuando van a dejar a las víctimas durante los rescates, han sufrido el robo de sus implementos.
"Hemos sacado personas en estado de inconsciencia y cuando nos hemos sacado los guantes para reanimarlas, después nos damos cuenta que los guantes ya no están", detalla Flores enfatizando que el objetivo de la emergencia se ve empañado por este tipo de situaciones.
Ambos coinciden que el origen de casi todas las emergencias a las que acuden, es producto de la imprudencia de los bañistas.
"Comienzan a nadar y nadar, luego la corriente de resaca los arrastra hacia adentro y después no pueden salir. En esa lógica, como no pueden salir, siguen nadando hasta que se cansan y comienzan a ahogarse", resume Flores.
nadador temerario
De acuerdo a lo señalado por estos profesionales, la autoridad marítima está facultada para ejercer su rol como tal en el territorio marítimo y a quienes se niegan a salir del mar estando en una zona de peligro, pueden ser tomados a la fuerza para rescatarlos y finalmente pueden entregarlos a disposición del Tribunal.
"A ellos se les saca una multa como bañista temerario y la autoridad marítima los cita al Tribunal", profundiza el nadador de rescate.
Aclara que para este equipo ese no es el problema. Cuando están en el agua "la persona no tiene otra opción. O lo sacamos del mar o se muere. El problema lo tienen después cuando tienen que enfrentarse a la patrulla", dice.
el llamado
De acuerdo a lo relatado por el teniente segundo Juan Elgueta, cuando el fono 137 recibe el llamado de emergencia, en la base de la Armada ubicada en el sector de El Faro en San Antonio, reaccionan inmediatamente siete profesionales. Cuatro de ellos corresponden al team de rescate del helicóptero y tres al procedimiento de salida de la nave en la denominada "partida de cubierta". Un efectivo se encarga de manejar un extintor, otro opera unas señaléticas y el tercero da la salida de la aeronave.
El team que trabaja en el helicóptero lo componen dos nadadores de rescate, un capitán de vuelo que es a la vez el mecánico y un piloto.
Elgueta cuenta que cuando se confirma una emergencia "suena un timbre que nos hace saltar el corazón. Inmediatamente corremos hasta el sector del helicóptero y en un minuto, ya estamos en el aire".
En la carrera que emprenden desde la base hasta la nave, estos rescatistas se equipan con un chaleco salvavidas, una botella de oxígeno, un cuchillo, elementos como agua, comida, y bengalas, entre otros.
El trabajo de estos marinos permite que el helicóptero esté listo y dispuesto las 24 horas del día. Sin embargo, la nave sólo está equipada para volar con luz de día. "Desde el 15 de diciembre hasta el 15 de marzo está el team atento a todas las emergencias 24/7", detalla Elgueta.
"Durante los rescates siempre estamos preocupados de mantener la seguridad de todo el team, además de la integridad de las personas que estamos salvado" dijo a El Líder el teniente Elgueta.