Crónica

Los perros abandonados que se encontraban en el centro de El Quisco tenían sus días contados para seguir deambulando. La municipalidad debía cumplir con el dictamen de la Corte de Apelaciones, que la obligaba a retirar a estos animales del sector céntrico, debido a que se determinó la responsabilidad del municipio en las lesiones sufridas por un joven cuando fue atacado por un perro.

En este contexto, personal municipal del Departamento de Medio Ambiente, Aseo y Ornato ya comenzó con el traslado de una decena de canes que se encontraban en la vía pública hasta el nuevo canil ubicado en la localidad de El Totoral.

Por este motivo, y a fin de evitar que situaciones como estas vuelvan a ocurrir, los funcionarios municipales, acompañados por personal de Protección Civil y Emergencias, salieron a recorrer algunas calles céntricas de la comuna buscando dar con el paradero, en primera instancia, de aquellos canes que representan un peligro para los transeúntes.

"Se está trabajando de una manera bien amigable, no violenta. Los animales se llevan al nuevo canil, y se les prestará el apoyo médico necesario y pronto van a estar disponibles para que aquellos que podrían tener dueño sean retirados, y aquellos que no tienen dueño sean dados en adopción", dijo el encargado de Medio Ambiente, Roberto Ramírez.

De acuerdo a lo informado por el municipio, el trabajo de retiro y traslado de los animales hasta el nuevo canil continuará durante los próximos días, hasta completar el espacio destinado para ellos.

"Los interesados en alguno de estos perros deberán acercase a la oficina de Medio Ambiente del municipio en donde se preparará un álbum con el registro de imágenes de cada uno, para que puedan elegir cuál adoptar, y cualquier información adicional debe ser realizada en la unidad de Medio Ambiente", finalizó Ramírez.

La sede vecinal de Las Orquídeas, en la Viuda 10, es un importante punto de encuentro para todos quienes habitan en ese sector de Llolleo alto.

Por años José Muñoz, presidente de la junta de vecinos, había buscado financiamiento para realizar diversos arreglos que necesitaba el recinto ubicado justo en la esquina de Los Aromos con Las Alpacas.

"En el último bingo que se hizo en la sede nos quedamos sin luz, por eso nos urgía hacer las reparaciones, pero no teníamos los medios. Un maestro nos pedía cerca de 600 mil pesos y nosotros no tenemos esa plata", explica el dirigente.

Alguien le contó a este vecino de calle Socoroma que los estudiantes de la Pastoral de la Escuela Industrial de San Antonio (Eisa) "tenían muy buen corazón" y que cada vez que podían, acudían en ayuda de quienes lo necesitan.

Fue así como se acercó al establecimiento educacional emplazado en el centro de la ciudad, y tras conversar con la dirección sobre la ayuda que requerían, se gestionó la colaboración de los estudiantes de la especialidad de Electricidad.

"Realmente se pasaron estos chiquillos", valora José, quien además es ex alumno de la Eisa. "Ese día llegaron tempranito con gran entusiasmo a colaborar con nosotros y en menos de lo que esperábamos tenían hecha la instalación eléctrica en la sede. Estamos muy agradecidos de su trabajo".

El recinto a diario acoge diversos talleres y además durante los fines de semana es utilizada para realizar diversos beneficios.

"Estos jóvenes de la Eisa deben sentirse orgullosos, pues su aporte significa una ayuda real y efectiva para los sanantoninos", recalcó.

José Muñoz aprovechó la instancia para agradecer a quienes hicieron posible esta manito de gato. "Estamos muy agradecidos del director de la Eisa, Carlos Oviedo; del jefe técnico, Luis Segovia; y del profesor Cristián Zúñiga por el aporte recibido".