Un vampiro en el puerto
Mateo Leiva es diseñador, amante del hip hop e ilustrador. Ha dedicado su trabajo al cómic y es uno de los cerebros que organiza la Toletolers Gamers, el evento que es un clásico en San Antonio.
La Toletolers Gamers, el evento que reúne a los fanáticos de los videojuegos, el cómic y el animé, cumplirá 15 años en 2019 como uno de los panoramas imperdibles que tienen los niños y jóvenes en sus vacaciones en San Antonio.
Mateo Leiva Alarcón, 39 años, es diseñador gráfico y uno de los cerebros que inventó, con Fabián Orellana y Daniel Olivares, la Toletolers Gamers. Como funcionario del Departamento de Cultura de la Municipalidad de San Antonio, este profesional ha sabido plasmar parte de sus inquietudes en las actividades que dicha entidad organiza. Así está detrás de Caleta Hip Hop, Canto de Sirenas, Tatoos del Litoral, Caleta Hipmers, el Salón de Arte Joven, la Feria de Diseño Diseñistiko y el encuentro de grafiteros Dale Color.
De sus inicios nos cuenta que partió dibujando. Resulta que una de sus tías trabajaba como asesora del fallecido doctor Thomas Flanagan, uno de los más queridos del siglo pasado en San Antonio. Fue así cómo Mateo, después ir junto a su madre a visitar a su tía en la consulta de aquel médico, quedó impresionado con la biblioteca que allí había.
"A los 11 años empecé a ver los libros que el doctor le mostraba a mi mamá y como yo dibujaba, comencé a replicar las pinturas que veía en esos libros, después el doctor falleció y yo heredé varios de esos libros", relató.
Más tarde, a los 14, el Mateo ya copiaba en sus dibujos el estilo de los videojuegos que había en la época, como el Súper Nintendo. Conoció el cómic y de eso jamás se despegó.
"Empecé a dibujar cómic y personajes. A los 16 años hice mi primer cómic que fue ´El Guardián de la Oscuridad´, que era una especie de brujo pero de San Antonio. Siempre he pensado que San Antonio es súper entretenido, por lo tanto quería que las historias sucedieran acá. Yo vivo en una quebrada, en el cerro Bellavista, y toda mi infancia jugué en las quebradas, donde hay bosques y se puede contar muchas leyendas", agregó al recordar los tiempos en que leía libros sobre de invocación de demonios.
Cursaba cuarto medio en la carrera de electrónica en la Escuela Industrial de San Antonio e hizo un nuevo cómic. "Se llamaba Killer Disc y lo empecé a vender", dijo.
Era un adolescente y Mateo organizaba tocatas en San Antonio con bandas de hip hop. Hacía los afiches y se encargaba del audio.
Tras egresar de la Eisa, en 1999 comenzó a estudiar Diseño Gráfico en Inacap. Junto a Mauricio Astete y Víctor Cepeda, editó una revista hecha en fotocopias que se llamaba Tikall, que difundía a las bandas musicales de la zona.
Vampiros en el puerto
Su pasión por el cómic lo llevó a crear la saga "Vampiros en el Puerto", publicada en 2008 y que narra las historias de un grupo de estos seres que se enfrenta en encarnizadas batallas en medio del paisaje de San Antonio.
"Llevamos 11 revistas de Vampiros en el Puerto y en ellas mezclamos la leyenda de los Kifafi con cultura pop y personajes de la vida real de San Antonio. Todo eso lo mezclamos con los videojuegos y así hacemos también una crítica social tanto del puerto y las empresas versus la ciudad. Estos vampiros controlan la ciudad...Hay unos que protegen la ciudad y otros que son malvados", detalló.
Rememora que la primera Toletolers Gamers , que era un proyecto independiente creado junto a sus dos amigos, fue hecha para obtener dinero y financiar la públicación de Vampiros en el Puerto. Luego el municipio local le dio su respaldo a ese evento que ya cuenta 25 versiones desde que comenzó en la sede del club Estrella de Chile, en Bellavista. Para eso fue vital el apoyo de la actual directora de Cultura, Ximena Cartagena, quien abrió espacios en dicho departamento para que este inquieto profesional materializara sus iniciativas.
En San Antonio, Mateo Leiva también ha hecho talleres de cómic. Dice que le gusta traspasar su experiencia a los niños y admite que hay mucho talento en las nuevas generaciones.
Con su hija Isidora, que tiene 14 años, Mateo disfruta de su tiempo libre y a ella le entrega su corazón.
Mientras su mente sigue buscando nuevas formas de entretener a los jóvenes, él se define como un "cool hunter", o sea un cazador de modas, para así ofrecer las más diversas apuestas culturales en el puerto de San Antonio.

