La sanantonina que a los 52 años volverá a sacar la cara por Chile
Mónica Hernández fue seleccionada chilena de canotaje durante 10 años entre 1985 y 1995. Luego de un receso, retomó la disciplina y ahora tendrá la inmensa oportunidad de participar de los Juegos Sudamericanos de Playa.
Un rincón de la casa en la que vive la deportista Mónica Hernández Carreño (52 años) en el pasaje Llifén, en el sector de Villa Las Dunas, es el mejor reflejo de su amplia trayectoria dentro del canotaje. Más de 50 medallas de oro, plata y bronce; copas y trofeos nacionales e internacionales; diplomas por montón; y hasta premios que son verdaderas esculturas y obras de arte adornan el hogar de la sanantonina que desde pequeña se sintió atraída por los deportes y la competencia.
"Toda la vida he sido del sector de Villa las Dunas, acá crecí junto a mi familia y mi madre Adela Carreño, quien es mi hincha número uno. Estudié en el liceo Santa Teresita de Llolleo y desde los 10 años que jugué básquetbol por el club Gobernación. Incluso clasificamos a campeonatos nacionales en Valdivia y Osorno, por ejemplo, donde representábamos a San Antonio. También andaba en bicicleta, salía a andar en patines y hacía todo lo que tuviera que ver con la actividad física", reconoce Mónica, quien una vez egresada del liceo Santa Teresita fue a estudiar a Santiago la carrera de Educación Física a mediados de la década de los ochenta.
"Estudiaba en una universidad privada que dependía de la Universidad de Chile, lo que vendría a ser ahora como la Andrés Bello. Y luego de titularme volví a San Antonio y pude ejercer como profesora en colegios como el Country School y el People Help People de Santo Domingo. Fue justamente mientras estaba estudiando que tuve una asignatura en la escuela que era de canotaje y ahí comencé a desarrollarme en esta hermosa disciplina", recuerda.
Amor al mar
Y pese a que Mónica Hernández vivía en una provincia con varios kilómetros de playa, nunca le llamaron mucho la atención los deportes acuáticos.
"No me había dado cuenta que lo que más me apasiona es el mar. Para mí era algo normal que lo tenía aquí mismo. Y luego cuando pude mezclar el canotaje que se hace en una laguna con el kayak que se realiza en el mar, me di cuenta que esta era la pasión de mi vida, ya que se fusionaron dos cosas muy importantes para mí: hacer deporte y estar en el mar. Tengo una conexión muy fuerte con el mar, me atrae mucho", afirma.
Tras agarrarle el gustito al canotaje en la asignatura que tenía que cursar en la universidad, comenzó a desarrollarse en la alta competencia y así fue como llegó nada menos que a representar a Chile en el extranjero.
A nivel mundial
"Cuando empecé a entrenar en la universidad lo hacíamos en la laguna Carén que se encuentra a un costado de la Ruta 68 (que une Santiago con Valparaíso) y ahí fui perfeccionándome en el canotaje a tal punto que fui seleccionada chilena", rememora.
Con la camiseta roja de Chile, estuvo presente en los Juegos Odesur, en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991, en el Mundial de Copenhague en Dinamarca en 1993, donde llegó en el lugar 25 entre más de 55 competidoras de alto nivel, entre otros eventos importantes.
"Todos los años viajábamos a algún país a competir en canotaje de velocidad, donde se participaba en carreras de 500 y 1000 metros. En total fueron cerca de 10 años representando al país, algo que es un orgullo inmenso. Tengo dos medallas de oro en competencias sudamericanas y estar ahí cuando izan la bandera de Chile y suena el himno es algo que realmente queda marcado como deportista", detalla la sanantonina, agregando que "conocí más de 25 países gracias al deporte y, además, tengo una cantidad de amigos deportistas por muchos países que hasta el día de hoy perduran. Yo tengo dónde llegar a muchos lados, ya que mi mayor tesoro son las amistades que he formado en mi carrera deportiva".
A la docencia
Fue en 1995 cuando Mónica terminó su ciclo como deportista de alta competencia y se dedicó de lleno a trabajar como docente de educación física.
"Debe haber sido un período de cerca de 10 años en los que me dediqué solamente a trabajar para poder tener mis cosas. Lo único que hacía como actividad deportiva era correr y así participé de las maratones de París, New York y Berlín, que son de 42 kilómetros, porque a uno igual le queda siempre el bichito de la competencia", reconoce.
Hasta que nuevamente retornó a su gran pasión que es el canotaje. "Entré a la categoría máster, que es sobre los 40 años, más o menos en 2007. Hay un mundo gigante de gente compitiendo que viene de vuelta y que no está tan preocupada de los primeros lugares o de romper una marca, sino que de disfrutar del canotaje. Entonces nos hemos juntado todos los amigos de Argentina, Uruguay, Brasil y nos vamos pasando la información para ir todos juntos a competir a diferentes regatas que hay por Sudamérica", detalla.
Hacia rosario
El próximo 15 de marzo tendrá un importante desafío a sus 52 años de edad. En la ciudad argentina de Rosario se llevará a cabo la cuarta versión de los Juegos Sudamericanos de Playa.
"Es una nueva modalidad que abarca a todos los deportes que se hacen en la playa. Este torneo es a nivel de Comité Olímpico, por lo que la Federación Chilena de Canotaje tuvo que hacer un clasificatorio que se llevó a cabo hace unas semanas en el río Maule", explica la remadora que logró clasificar a la cita rosarina tras ganar el selectivo femenino y tendrá el honor de representar a Chile en los Juegos Sudamericanos de Playa.
"Mi fuerte siempre ha sido la resistencia y, si bien las competidoras más jóvenes contaban con otras embarcaciones diferentes, pude lograr el primer lugar en la regata que contó con 16 kilómetros y así ser la representante de Chile en los Juegos Sudamericanos de Playa. Ahora la preparación va a estar enfocada en el entrenamiento para estar más explosiva en el agua y así ir dosificando la potencia", advierte la deportista, quien aprovecha de agradecer "el apoyo que he tenido de parte de la Cofradía Náutica del Pacífico, que se encuentra en Algarrobo y que me ha facilitado sus dependencias para poder entrenar y guardar las embarcaciones".
-¿Qué significa para usted haber clasificado para representar al canotaje chileno en Rosario?
-Es volver a la alta competencia y al alto rendimiento, algo que es un desafío importante. Me enfrentaré con la número 1 de Argentina, que es la campeona mundial de la disciplina de maratón, además de otras competidoras de Brasil, Uruguay y Colombia, entre otros países. Lo que más espero es volver a competir a este nivel.