Las alegrías y secuelas de ser un trabajador portuario
Este portuario al retirarse no sólo se lleva 32 años de experiencia, sino un desfibrilador y tres cirugías.
Jorge Fernández González ha trabajado por 40 años en la actividad portuaria, 32 de ellos en el puerto y otros 8 en operadores privados.
Por su trabajo recibía una remuneración de $1.200.000 y su trabajo le brindó grandes satisfacciones. Logró dar educación superior a sus tres hijos y como dirigente sindical, representó a los trabajadores marítimos y portuarios a nivel nacional como presidente de la Confederación Portuaria de Chile -Cotraporchi- y a nivel internacional como secretario ejecutivo de la Federación de Transporte Aérea, Terrestre, Marítimo portuarios y fluviales -Flatt-.
En 1990 en Ginebra representó a sus colegas ante la organización Internacional del Trabajo -Oit- hasta ahí es una historia feliz de realización, de muchas conquistas laborales y sindicales.
pensionado
Sin embargo, el deteriorado estado de salud y secuelas físicas generadas por el trabajo portuario llevaron a Jorge Fernández a que se acogiera al retiro anticipado y pensión de gracia que entregó ayer el Ministerio del Interior a 41 portuarios de San Antonio.
"Yo ganaba un millón doscientos mil pesos mensuales, ahora recibiré esta pensión de 270 mil y cuando logre tramitar mi jubilación otros 370 mil pesos mensuales", dijo Fernández.
ENFERMEDADES LABORALES
Este trabajador lleva en su cuerpo los rastros de una carrera en las duras características en que se desempeñan los portuarios en todo el país.
Jorge Fernández de buen semblante y ánimo, concurrió a la ceremonia de entrega de pensión no sólo con su buena disposición sino también conectado a su corazón un desfibrilador avaluado en 15 millones de pesos y cuya incorporación, así como otros procedimientos médicos asociados llegan a la suma de 31 millones de pesos.
Fernández, además tiene dos cirugías a las rodillas, otra en su mano izquierda y está ad portas de someterse a otra operación que evite el engarrotamiento de sus dedos. "Esto se debe a las amanecidas, las heladas, la salificación que absorbemos en nuestras articulaciones y huesos. Nosotros hacemos 10 amanecidas al mes, unas 140 noches, eso por 32 años , significa la mitad de mi vida exponiéndose", cuenta Fernández.
Las particulares condiciones de trabajo a que están expuestos los trabajadores portuarios han instalado una idea que aún no toma fuerza "por eso el subsecretario -Rodrigo Ubilla - mencionó hoy -ayer- la posibilidad de crear una ley especial para los portuarios, así como tienen los mineros", comentó Jorge Fernández.
En la misma línea, la gobernadora de San Antonio, Karen Pichunante Canseco reconoció que uno de los criterios para la entrega de la pensión de gracia es la alta vulnerabilidad de salud que exhiben estos trabajadores.
Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior entregó el certificado que acredita a los 41 trabajadores portuarios como pensionados, en la ceremonia realizada frente a la gobernación provincial de San Antonio.
El subsecretario de Estado recalcó que "por décadas se ha cometido una tremenda injustica con los trabajadores del sector al cobrárseles exageradamente un impuesto que estuvo mal calculado y que a partir de octubre pasado se inició su reembolso paulatino acumulándose a la fecha 3 mil 300 millones de pesos", devolución que se está realizando en todo Chile.
La gobernadora Karen Pichunante en tanto, destacó que este compromiso fue adquirido y gestionado por la entonces ministra del Trabajo, Evelyn Mathei.
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