La historia de amor que fue más fuerte del dolor
Katherine y Juan se conocieron en la etapa más dura de sus vidas. Ambos perdieron a sus padres en el trágico accidente del Tur Bus el 23 de noviembre de 2010 en las cercanías de Talagante. Pero ellos le torcieron la mano al destino.
K atherine y Juan perdieron a sus padres en el fatal accidente de tránsito en el kilómetro 45 de la Autopista del Sol el 23 de noviembre de 2010.
Ambos -muy jóvenes- se quedaron sin el respaldo de la figura paterna en sus familias, que recibieron con mucho dolor el tremendo golpe de perder a uno de sus integrantes de una manera tan trágica y repentina.
Katherine Sauré (23) y Juan Kulm (24) no sabían de la existencia de uno y de otro, nunca se habían hablado, nunca intercambiado siquiera una mirada, pero aquel nefasto día sus caminos se cruzarían inexorablemente.
El 23 de noviembre de 2010 es una fecha que permanece grabada a fuego en los corazones de muchas familias sanantoninas. La colisión ocurrida entre el bus y un camión de la empresa Yemita en la mañana de aquel martes en la Autopista del Sol, dejó 21 personas fallecidas y una veintena de heridos. Entre las víctimas se contaban Juan Ernesto Kulm Cabello y Jorge Alain Saure Oyaneder.
Justamente los padres de Katherine y Juan.
Ambos integraron la Agrupación Víctimas Tur Bus San Antonio y en esa condición participaron en todo el difícil proceso que vino después de los lamentables sucesos.
Fue allí donde se vieron por primera vez, fue en ese momento en el que compartían el dolor de haber perdido a sus padres, cuando se sintieron cercanos por primera vez.
Y aunque por increíble que parezca, en esos momentos de aflicción nació el amor.
Sí, porque en esas circunstancias ambos jóvenes descubrieron que guardaban en sus corazones algo más importante que el dolor. Se encendió un sentimiento que los llevó a unirse y como pololos enfrentar esta situación tan complicada.
Es que con el tiempo descubrieron que nadie entendía por lo que estaban pasando que ellos mismos. Hubo apoyo, es cierto. Familiares y amigos se encargaron de entregarles afectos ante la pérdida, pero en su interior Katherine y Juan comprendieron que nadie, pero quién mejor que ellos para comprenderse.
Así hace más de un año nació el amor que venció al dolor.
Juntos
Hoy a ambos jóvenes se los ve contentos. Juan egresó de sus estudios de Agronomía en la Universidad Católica; mientras que Katherine estudia Prevención de Riesgos en Viña del Mar.
"El accidente de nuestros padres permitió que nos conociéramos, asistíamos permanentemente a reuniones y en con el tiempo él se enamoró de mí", dijo Katherine, mientras achina los ojos y suelta una carcajada corta, como reconociendo que ella fue la que cautivó a Juan.
"Sí, es verdad -responde Juan- fui yo quien me fijé en ella primero. Ella ni siquiera sabía que yo existía, jajaja".
Ambos ríen simpáticos, como si fuera parte de un juego en la que ninguno de los dos quiere ceder terreno.
"Me acerqué a ella, con la confianza de ser uno mismo nomás. No ser pesado, ser siempre un caballero", cuenta Juan sobre la técnica de conquista. Y recuerda que hubo un momento que aquellos que son más cercanos al interior de la agrupación tuvieron una jornada de esparcimiento, como una forma de enfrentar los duros momentos. Fue en ese instante en compartió más con Katherine y el flechazo se fue sintiendo más fuerte.
-Juan, ¿cómo en ese momento difícil surge el amor?
-Bueno, nunca pensé en conocerla en esas circunstancias. Nunca la había visto y no esperaba encontrarla en una desgracia como la que estábamos viviendo. Pero nació el amor. Nos apoyamos mutuamente. Eso ha sido muy importante, es la que me saca adelante cuando me deprimo, porque a veces es difícil contarle a tu mamá que estás bajoneado cuando te das cuenta que ella también está sufriendo.
-No hay quien te pueda entender mejor que ella…
-Claro, porque ella pasa por lo mismo. A los amigos no se les ha muerto su papá como se nos murió a nosotros; entonces, si bien es importante el apoyo que te puedan entregar, no es lo mismo viniendo de alguien que pasa por igual circunstancia que tú.
-Exactamente. Para mí es una bendición que nos hayamos conocidos y demostrar que a través del dolor tenemos esta relación que es mucho más que una simple amistad.
Katherine sigue la conversación de cerca, reconoce que tiene una personalidad fuerte, que a veces se deja llevar por su carácter, pero en esos mismos momentos tiene la capacidad para reaccionar y enmendar las situaciones. "Tenemos personalidades diferentes, pero también yo soy más soñadora, él me aterriza", dice.
-A veces pienso en voz alta y digo: me gustaría hacer, me encantaría poder lograr eso otro. El me dice, ok tranquila, todo a su tiempo. A veces soy más impulsiva, la que explota de pronto. Me gusta ser creativa, hacer cosas distintas, sorprenderlo. La relación es de los dos.
-Sí y me gusta que sea así. Yo soy más ligado a lo típico. De pronto me gusta darle flores. En cambio, ella siempre me sorprende. Se le ocurren cosas que a mí no y eso es lo lindo en una relación.
Katherine reitera que la muerte de sus padres los lleva a comprenderse cada vez mejor. "En eso no cualquier persona te ayuda. Vivimos lo mismo".
-¿Se proyectan a futuro?
-Juan responde: sí, pensamos en lo que viene. Esperamos terminar nuestras carreras, conseguir trabajo y mirar lo que podríamos hacer. Ahora estudiamos en ciudades distintas y nos hacemos el tiempo para vernos. Nos comunicamos de todas las maneras.
-No, fíjate que no. Encuentro que ese tipo de comunicación es muy fría. No me gusta, prefiero que me llame cuando él tenga tiempo. A veces la comunicación por Whatsapp se puede dar para malos entendidos. El respeto y la confianza es la clave de nuestra relación.
Entonces Juan refrenda todo lo dicho por Katherine y muestra su teléfono celular. Un aparato sencillo y con una pantalla minúscula. "Por eso tengo este celular, no me complico mucho. Y verás que no hemos tenido problemas", comenta convencido.
Siempre presente
Aunque Katherine y Juan decidieron mirar al futuro de la mano y juntos, también reconocen que la pérdida de sus padres no se olvida con nada. Es una herida abierta.
Katherine dice que "es difícil recordar ese accidente. Los recuerdos son dolorosos, pero con la familia enfrentamos ese momento todos los años. En ellos uno se puede apoyar".
-¿Esa herida cicatrizará?
Juan dice que "está empezando a sanar. Aún cuesta entender que esto pasó. Yo hasta el día de hoy recuerdo a mi papá, sueño con él y despierto pensando en que está conmigo. Siempre lo tengo en el corazón.
Y Katherine aún enfrenta ese momento. "Me costó mucho asumir, todas éramos muy regalonas de él. Uno se refugia en la familia, pero como hija mayor me costó enfrentarlo. Costó y aún cuesta mucho".