La dramática historia del hijo detenido por golpear a su mamá
sócrates orellana
En 1988 C.A.B. tenía 6 años cuando ocurrió un hecho que terminaría marcando su vida. Él y algunos de sus hermanos estaban con su padre cuando un sujeto lo apuñaló hasta causarle la muerte, en un hecho registrado en Cerro Navia que fue ampliamente difundido por los medios de comunicación de la época. C.A.B. no dijo una sola palabra en muchos días. Y cuando volvió a hablar, lo hizo con una marcada tartamudez que lo ha acompañado hasta hoy.
L.B., su madre, cuenta que después del horrendo crimen de su padre, su hijo cayó en una profunda depresión que nunca pudo superar. 'La primera vez que intentó matarse tenía sólo 9 años y estuvo 10 días en coma en la UCI del hospital Sótero del Río de Santiago'.
Los intentos de suicidio no se detuvieron ahí y varias otras veces tuvo que ser llevado al hospital para que le salvaran la vida. 'El ha tenido una vida muy dura, al igual que yo, que quedé viuda a los 29 años. Estaba embarazada y con siete hijos que criar cuando mataron a mi marido. Mi hijo tenía siete años cuando empezó a trabajar en la feria para ayudarme en la casa', relata su progenitora, residente de Cartagena.
El 5 de junio de 2009 otro hecho de sangre desestabilizó la frágil vida de C.A.B.. Ese día su hermano Israel tuvo el mismo trágico destino de su padre: fue asesinado en la Plaza de Armas de San Antonio, en un crimen que conmocionó a la opinión pública local. De ahí en adelante la depresión lo envolvió con más fuerza que nunca y se reactivaron los intentos suicidas.
El martes de la semana pasada C.A.B., actualmente de 30 años y bajo tratamiento siquiátrico en la Casa Azul, tuvo su último día de furia. Absolutamente fuera de sí producto de la ingesta excesiva de medicamentos contra la depresión, intentó suicidarse una vez más. Según su propio relato, tomó una gillette y comenzó a propinarse varios cortes en el estómago y en sus brazos. Y no sólo eso. Además, agarró un palo y se dio golpes en la cabeza.
Es aquí donde comienza otra historia, la más dolorosa para este cartagenino. Carabineros de la Segunda Comisaría del balneario lo detuvieron en su casa y lo acusaron de haber golpeado en reiteradas ocasiones a su madre. Al otro día, lo llevaron al Tribunal de Garantía y lo formalizaron por el delito de violencia intrafamiliar. El juez dictaminó que durante los 90 días de investigación no podrá acercarse a menos de 100 metros del domicilio de su madre, donde él también vivía.
El imputado y su propia progenitora niegan absolutamente los cargos que levantó la fiscalía en su contra. 'Yo llamé a la ambulancia. Mi hijo se estaba cortando los brazos porque quería matarse. Estaba fuera de sí por las pastillas. Pero al rato llegaron cuatro furgones de Carabineros, se lo llevaron detenido y lo acusaron de haberme pegado, cosa que nunca pasó', asegura la madre.
-Él se empezó a provocar las heridas y a golpearse con un palo en la cabeza porque quería matarse. Yo me metí para que no se siguiera agrediendo y cuando traté de agarrar el palo me llegó un pequeño golpe en la mano. Pero fue muy poco, nada de gravedad.
-Eso es mentira, una calumnia. No tengo ninguna herida en la cabeza ni en otras partes del cuerpo. Lo de la mano fue lo único y muy leve.
-Siempre ha sido cariñoso y buen hijo. El problema es su enfermedad y esas pastillas (clonazepan) que está tomando. A mí me gustaría que el Gobierno o la Municipalidad lo pudieran ayudar para que le traten la depresión en un centro especializado. Necesitamos que él se pueda recuperar. No queremos que se suicide por no recibir ayuda médica.
La madre, que sufre diabetes e hipertensión, está triste y dolida en lo más profundo de su corazón. Siente que su hijo se transformó en adulto siendo un niño y que ha llevado una vida tan difícil y dura como la de ella. 'El día que lo detuvieron él lloraba, gritaba. Todo esto ha sido un calvario para nosotros, que somos una familia bien constituida'.
C.A.B. confiesa que su vida se ha transformado en un infierno desde el martes pasado, cuando lo detuvieron por la supuesta golpiza. 'Le puedo jurar que nunca le he pegado a mi mamá. Todo esto me ha hecho muy mal. Perdí el trabajo que tenía en la construcción y siento que me aumentó la depresión. A veces pienso que sería mejor matarme para terminar con todo esto', confiesa visiblemente afligido.
'Mire cómo tengo la guata, mis brazos y la cabeza (exhibe varios puntos quirúrgicos). Ese día yo me estaba autoinfiriendo heridas porque la depresión no la puedo controlar. Pero nunca golpeé a mi mamá. Yo a ella la amo más que a todo en el mundo porque siempre me ha protegido. Desde que mataron a mi padre, ella ha sido papá y mamá para mí. Sería incapaz de hacerle daño', confiesa.
-Claro que sí, porque no quise provocarle estos malos ratos a mi madre. Ahora, por la orden del tribunal, ni siquiera puedo acercarme a la casa. Todos estos días he tenido que dormir en la playa o en la calle simplemente. Estoy muy mal. Ni siquiera puedo encontrar trabajo, porque me discriminan por tener antecedentes. Reconozco que una vez robé cuando era cabro, pero no soy delincuente. Y esto que pasó ahora me perjudica mucho más.
C.A.B. dice que lo que más le interesa ahora es 'limpiar mi nombre porque no soy un tipo malo. Soy inocente. Nunca le pegaría a mi mamá'. J