Nelson Canales, "El goleador invisible" del SAU que fue bendecido por la Virgen de Lourdes
La tensión en el estadio Doctor Olegario Henríquez se percibía en el ambiente. Los tres puntos parecían en el bolsillo tras el gol de Johanns Dulcien, a los 6 minutos cuando enfrentaban a Deportes Linares. La goleada parecía cosa de tiempo. Pero a 10 minutos de que concluyera la primera parte, el formado en Colo Colo salta de manera vehemente a disputar un cabezazo con Jairo Pinto. El árbitro vio un codazo por parte del capitán lila y lo mandó derechito a las duchas. La escena, que fue vista por todo el estadio y por Nelson Canales desde el banco de suplentes, no hizo otra cosa que acrecentar los nervios. Es que un triunfo acercaba a los pupilos de Luis Musrri a los punteros del certamen.
Pero este partido se había comenzado a escribir dos días antes en el santuario de la Virgen de Lourdes, ubicado en la comuna de Quinta Normal, donde reside el delantero lila. Sagradamente, antes de cada encuentro, Canales llega a este lugar para rezar y pedirle a la Virgen que lo bendiga y acompañe en cada encuentro que tiene con el SAU.
"Soy muy creyente y siempre le pido a la virgencita que me ayude, que no me lesione y que bendiga al equipo. Sabemos que tenemos un gran grupo, hay jugadores que son muy buenos y estamos consiente que podemos ascender. Por eso siempre le rezo a Dios y la virgen", confiesa.
Con 10 jugadores, San Antonio Unido se las ingenió para terminar el primer tiempo con la mínima ventaja. Pero el balde de agua fría llegaría a los 61 minutos, cuando el linarense Fabricio Cortés empalmó un centro y desató la alegría en el cuadro foráneo que cosechaba un punto de oro en el recinto de la avenida Barros Luco.
Jugadores y asistentes se veían las caras sin entender lo que pasaba. Pero el que estaba más lúcido era el estratega local. Luis Musrri sabía que en el banco tenía a un jugador que cada vez que entraba era desequilibrante y clave.
a la cancha
Con la 17, Nelson Canales se persigna y entra al césped del Olegario Henríquez. Rápido y movedizo, el oriundo de la Región Metropolitana comenzó desde el primer segundo a demostrar sus capacidades, hasta que llegó el minuto 88.
Isaías Peralta, como Pedro por su casa, entra al área local, elude a un par de jugadores y envía un centro al segundo palo. Cuando parecía que no llegaba nadie, aparece Canales para conectar el balón y enviarlo al fondo del arco. Locura y alegría se mezclan para celebrar un triunfo gracias a "El goleador invisible", ese que pasa desapercibido hasta que le toca entrar al campo de juego.
"Me ha tocado ingresar en los segundos tiempos y cada vez que lo hago me la juego toda. Sé que me toca arrancar en la banca, por eso me mató en los entrenamientos y en los partidos para ganarme la confianza del profesor", cuenta el ariete, quien lleva tres goles en la Segunda División igual que su compañero Lucas Triviño.
HIPERQUINÉTICO
Lastenia Pereira no sabía qué hacer con su hijo de cuatro años. Es que los constantes reclamos por parte de las tías del jardín la tenían bastante preocupada. Su pequeño Nelson era más que inquieto. Él, al igual que muchos otros de su edad, era hiperquinético y era un verdadero dolor de cabeza para los profesores que no sabían cómo tranquilizar a este niño lleno de energía.
Lastenia junto a su esposo Nelson Canales tomaron el consejo que le dio uno de los doctores que visitaron. La recomendación era que el menor practicara algún deporte para que agotara sus energías y así no recurrir a las pastillas. La pareja llegó hasta la escuela de fútbol de Quinta Normal, la que era dirigida por varios exjugadores de la Universidad de Chile, para matricular al futuro crack.
"Según lo que me cuenta mi mamá, me ayudó harto jugar a la pelota, porque andaba más tranquilo. Lo pasaba súper bien y estuve como hasta los 10 años", cuenta el goleador, quien desde niño destacaba por su juego.
"Los profesores me querían llevar a la U y me dijeron que tenían todo listo para que me fuera a probar. Pero les dije que no, porque era de Colo Colo. Ahora me arrepiento, porque era una gran oportunidad. Cuando uno es niño no le toma el peso a las cosas", explica.
Luego de esa frustrada oportunidad, Canales se olvidó de jugar al fútbol y sólo lo hacía cuando había campeonato en el colegio, pero el destino le daría otra mano para alcanzar el sueño de ser futbolista.
"Gustavo Cortés era un amigo a quien le tengo mucho cariño y él me llevó a jugar a una filial que tenía Palestino. Tras un par de meses me llevó hasta la institución árabe a probarme y les gusté. Quedé en los cadetes y después estuve en los juveniles. Pero como había llegado hace poco, nunca me subieron al primer equipo. Igual me achaqué, porque me había ilusionado con llegar a jugar en primera", dice, pero agrega que "igual soy consciente que pude haber entrenado con más ganas, debí mostrarme más. Reconozco que maduré tarde y me perdí buenas oportunidades".
EL ASCENSO
Tras abandonar Palestino, Nelson Canales, a sus 19 años, decidió enrolarse en Pudahuel Barrancas, un equipo de Tercera División que soñaba con ascender del B al A. "Era un club que me quedaba cerca de la casa y como los entrenamientos eran en las tardes, me permitía trabajar con mi papá en el aeropuerto", añade el ariete, quien además se ganaba unos pesitos extras jugando por los clubes del barrio de Melipilla.
"Siempre me invitaban a jugar a Melipilla y fui hasta que quedé en San Antonio Unido. Me pagaban 25 mil pesos por partido y 10 mil por la bencina, y yo iba todos los domingo, porque igual a fin de mes eran sus buenas lucas", describe.
Luego de ascender con Pudahuel Barrancas, Canales fue llamado por Jorge "Maravilla" Guzmán, ex goleador de la U, quien había dirigido a Ferroviarios, y ahora se encontraba buscando refuerzos para Jungendland en la Tercer División. "Estuve seis meses y luego me fui a trabajar a un Lubricentro", cuenta.
Allí su jefe Carlos Morales lo recibió con los brazos abiertos, puesto que lo consideraba casi como un hijo y también lo admiraba por el juego que desplegaba cuando practicaba fútbol.
"Carlos un día me dijo que estaba la posibilidad de jugar en un equipo de Segunda División, me contactó con un representante y me dijo que tenía que poner bien físicamente. Sabía que era una opción importante, porque en San Antonio Unido quería hacer cosas importantes. Estaba consciente que tenía que rendir al máximo", expresa Nelson, quien siempre ha recibido todo el apoyo de su familia.
"Mis padres y mi hermana Carol siempre me han apoyado, a ellos sin duda les debo todo, porque siempre hemos estado juntos. Y mi sobrinita, Catalina, es lo que me mueve a esforzarme. Es increíble lo que uno puede hacer cuando es tío, porque por ella hago todo", confiesa.
Así emprendió viaje hasta San Antonio para probarse en el equipo de Luis Musrri. Sabiendo que quizás era la última oportunidad, Canales luchó cada pelota en los entrenamientos y amistosos que disputaron ante Talagante, Quilicura y Colo Colo, y es precisamente a los albos que les anotó un gol.
"Voy a estar siempre muy agradecido del profesor Luis Musrri, porque él confió en mí y me dio la posibilidad de estar en el SAU. Ahora sólo me queda esforzarme harto para ganarme el puesto como titular. Porque esta oportunidad sí que no la voy a dejar pasar", cierra. J