Lucas triviño: "Lloré todas las noches durante dos semanas"
Lucas Exequiel Triviño Rodríguez no es el típico argentino que la mayoría conoce.
El delantero de San Antonio Unido es un tanto tímido, bastante reflexivo, pausado al hablar y con un leve acento trasandino que lo ha perdido luego de cuatro años en nuestro país.
Él admite que es distinto.
Se reconoce un tipo tranquilo y muy quitado de bulla. Dice que es producto de la educación que recibió de sus padres, con quienes se reencontrará hoy en su natal provincia de La Plata luego de un año sin abrazarlos.
"Me considero tranquilo de bajo perfil, porque todas las pequeñas cosas que he logrado me han costado mucho conseguirlas", parte diciendo el artillero lila, quien en la presente temporada ha celebrado en cinco ocasiones, lo que lo ha convertido en el goleador del equipo junto a su compañero Nelson Canales.
desde abajo
"Cuando empecé en el fútbol lo hice como todos, desde abajo. Por eso siempre mantengo la humildad, porque si hoy estoy arriba mañana puedo estar abajo y al revés. La educación de mis padres fue así y trato de llevar ese estilo de vida", agrega.
El sueño de Lucas se teje en las canchas de barrio. Allí en la ciudad de La Plata donde se respira fútbol, un pequeño y hábil niño comienza a dar sus primeros pasos de la mano de un balón, ese amigo inseparable que hasta hoy lo acompaña.
Tras su comienzo en el club Agrupación Gimnasista, su futuro tomaría nombre de "Pincharrata".
Triviño llegaría a Estudiantes de la Plata, donde estuvo tres años y en donde terminó de empaparse de la pasión por el fútbol.
"De niño que soy hincha de Estudiantes, lloré, grite y canté por ellos".
-Claro que sí. Si me dan elegir y si de mí dependiera volvería encantado. Ese es mi segundo gran sueño. Antes quiero salir campeón con el SAU.
-La tomo. Sé que es fuerte para los demás, pero cuando uno es futbolista lo único que quieres es jugar y si se me da la oportunidad en Gimnasia no lo pensaría dos veces.
-Sí, pero este es un trabajo como cualquiera y uno tiene que ser profesional.
A CRUZAR LA CORDILLERA
Hoy Lucas tiene 22 años y cuando cumplió 18 dejó la comodidad de su hogar, el cariño de sus padres y hermanos para tomar rumbo a Chile. Un país cercano para él, porque familiares de su padre viven en Santiago, pero igual de lejano y frío que lo es para un joven que aún no cumplía la mayoría de edad.
"Mi mamá me dio un año sabático. En ese año estaba evaluando las chances para venirme a Chile. Como no pasaba nada me inscribí para estudiar Periodismo Deportivo en una universidad de La Plata. A las dos semanas de haberme matriculado, me llaman y me dicen que hay una oportunidad en Chile", relata Lucas, quien llegó hasta Chillán con una maleta cargada de sueños.
"Fue difícil venirse a Chile y dejar a la familia. Me hice el valiente los primeros días, lloré todas las noches durante dos semanas", expresa el trasandino para luego agregar que "estaba acostumbrado a sentir el cariño de mamá, estar con los hermanos y de un día para otro ya no están, fue triste", confiesa.
Así, el 2010 llegó a los cadetes de Ñublense gracias a Ricardo Toro, director técnico Sub 18 de los chillanejos y amigo de la familia Triviño-Rodríguez, quien lo incentivó a cruzar la cordillera para cumplir el sueño que "tenía desde pibe".
"Por el trabajo que hice en Estudiantes se me dio la oportunidad a los 18 años de jugar en Ñublense en juveniles. Subí al primer equipo cuando estaba Jorge Garcés".
-Es un tipo muy cercano con los jugadores. No es mucho de gritar, pero sí le gusta que respetemos sus indicaciones. Además es muy sencillo.
- Lo más difícil fue a adaptarme, porque no conocía a nadie. Cuando estaba en Argentina me preguntaban si quería venirme a Chile, yo les decía que sí, pero por dentro tenía mucho miedo por lo que sería estar solo y por dejar a los papás.
-Por suerte cuando llegué a Chillán me quedé con una familia. Don Hernán y doña Eva me acogieron bien como si fuera un hijo para ellos. Siempre los llevó en mi corazón, porque me trataron excelente. Cuando necesitan algo los ayudo, porque son como mi segunda familia.
-Bien he aprendido mucho. Luego que se fue Garcés tomó el equipo Carlos Rojas, debuté con La Calera e hice un gol. En general han sido años de mucho aprender y he vivido cosas muy importantes.
-Cuando estuve en Trasandino, ascendimos y tuve la oportunidad de convertir el gol del triunfo. Me dieron un pelotazo largo desde la media cancha, la bajé en el área, me saqué a tres jugadores y marqué. Fue muy lindo porque, mucha gente humilde celebró y se fue contenta para la casa.
-Sí. Antes de llegar a San Antonio Unido pude llegar a Melipilla, pero por problemas de acuerdo se cayó la opción. Por algo pasan las cosas. En San Antonio hemos formado un gran grupo que tiene en mente cosas grandes.
-Sí. Se me ha dado la oportunidad, pero esto no es solo mío. Si he hecho goles es porque el equipo anda bien. Me ha tocado hacerlos, pero el fútbol no se entiende sin los compañeros, todos ponemos un granito para que nos vaya bien.
reencuentro
Hoy Lucas se reencontrará con su madre Clara Rodríguez, su padre Víctor Triviño y sus hermanos Antonella, Víctor y Francisco.
"Va a ser bonito volver a reencontrarse con la familia y pasar estas fiestas de fin de año con ellos. He tenido la suerte de pasar estos últimos nueve meses con Camila Venegas (27), mi polola ha sido fundamental y ha sido mi apoyo cuando uno no pasa por buenos momentos. Ahora estar con la familia va a ser motivante.
-Sí, sí volveré (se ríe). Aunque espero algún día regresar a Argentina para jugar allá, pero antes tengo que marcar el gol del ascenso: como alguna vez lo hice con Trasandino. J
l "La infancia siempre la recuerdo jugando fútbol. En las navidades siempre pedía una pelota con un arco. Vivíamos en un departamento y como no teníamos patio era medio complicado jugar, pero en el pasillo hacía de las mías jugando a la pelota con mis hermanos. Siempre mamá nos retaba a mí y a mis hermanos, porque hacíamos tira las plantas, los vidrios o los espejos", reconoce el ex delantero de Agrupación Gimnasista.
"De los 5 a los 15 jugué ahí. Era un equipo de barrio donde tenías que llenar la planilla y presentar el carné antes de jugar. Bonitos recuerdos, porque salí goleador y campeón con los amigos", describe el argentino.
Cuando uno es futbolista lo único que quieres es jugar y si se me da la oportunidad en Gimnasia no lo pensaría dos veces.
Cuando estaba en Argentina me preguntaban si quería venirme a Chile, yo les decía que sí, pero por dentro tenía mucho miedo.