Paula Araya arrasó en los votos y es la nueva Reina Popular 2015
"La verdad es que quiero agradecer a mi familia, a los vecinos, a la gente de la murga y en especial a mi pololo, porque sin todos ellos no hubiese obtenido el primer lugar".
Son las primeras palabras de Paula Araya Marinkovic (22), una joven estudiante de Odontología que, aunque parezca paradójico, se puso la corona de Reina Popular del Carnaval 2015, premio entregado por todos los fanáticos lectores, puesto que para obtenerlo, los sanantoninos debieron recortar los cupones que aparecieron en Diario El Líder.
Así, Paula sumó 238.879 puntos, 30 mil más que la candidata de la murga Bellavista Brasil, Marilin Núñez (25), quien alcanzó 209.489 unidades en el recuento final.
"No esperaba tantos votos y estoy muy sorprendida por toda la gente que me apoyó. Sacando cuentas, fueron 10 mil votos que no teníamos contabilizados y eso me llena de orgullo, porque son personas que en verdad hicieron un esfuerzo para votar por mí", dice esta estupenda reina que se ganó dos pasajes a Río de Janeiro, Brasil, gracias a la unión entre Puerto Central y Diario El Líder.
"Nunca había tenido la oportunidad de viajar fuera de Chile, por lo que este premio es muy importante y lo aprovecharé al máximo con mi pololo", explica la soberana de San Antonio.
UN LARGO CAMINO
Paula Araya en varias ocasiones había participado en el Carnaval de Murgas y Comparsas, que organiza el Departamento Cultura de la Municipalidad de San Antonio. En una de las ocasiones, incluso, junto a su pololo, Damián Freire, estuvieron a cargo de producir el baile de las candidatas.
"Cuando uno es uno más, la cosa es mucho más fácil. Nunca había tenido la oportunidad de participar y de estar inmersa en algo tan grande como es el carnaval. Es mucho cansancio y mucho sacrificio, pero es rico saber que todo lo que hicimos con toda la gente tiene una recompensa. Uno es la cara visible de la murga, pero atrás hay personas maravillosas que me apoyaron", cuenta Araya, quien junto a Damián se levantaban a las 7 de la mañana para comenzar su ajetreado día.
"Nos llegaban los diarios y luego los salíamos a vender. Mucha gente nos ayudó en esta labor y estaban todo el día vendiendo los diarios para recuperar un poco la plata y poder comprarlos al otro día. En las tardes vendíamos empanadas, sopaipillas y lo que fuera para reunir fondos y comprar los cupones", cuenta la flamante reina.
Así fueron los casi dos meses de dura competencia para Paula y el círculo más cercano de ella. El día concluía pasada las tres de la madrugada cuando dejaban todo ordenado para dormir un par de horas y continuar otra vez con la rutina.
"Estoy muy feliz porque ya conseguí un importante premio, pero ahora quiero ser la reina del carnaval", culmina una optimista Paula. J