César Salas es un santiaguino que llegó hace 23 años a la provincia de San Antonio. Vivió en El Tabo y en San Juan y, hace una década, se radicó definitivamente en Cartagena. Con un grupo de amigos se dieron cuenta de que había un lugar eriazo que servía de basurero y decidieron convertirlo en algo distinto.
Este técnico en auditoría de buenas prácticas agrícolas estaba trabajando hace cinco años en diversas escuelas de la provincia, como monitor de huertos orgánicos. Fue así como lo conocieron las autoridades municipales y no dudaron en ponerlo a la cabeza del Centro Ambiental de Cartagena.
En el año 2013 comenzó a funcionar este ambicioso proyecto, donde se cultivan plantas medicinales y ornamentales para las áreas verdes de la comuna y que realiza compostaje con el material reciclado de algunos sectores de Cartagena.
"Este es un proyecto que ayuda al medio ambiente, que trabaja con la comunidad y para la comunidad, el que proporciona múltiples beneficios a la comuna de Cartagena tanto en el ámbito educacional, como así mismo por sus contenidos", explica con humildad César.
La idea es mostrar este centro a todos los colegios y agrupaciones que quieran visitarlo en la comuna. Por eso, en marzo se habilitará una sala de proyección. "Así no hay que ir a Santiago a ver cómo funcionan estas plantas, hay que aprovechar que las tenemos al lado", agrega Salas.
Familia
César divide su tiempo entre su trabajo, sus estudios de técnico en Agroindustria en Melipilla y su familia.
Reconoce que a pesar del poco tiempo que tiene sus tres hijos y dos nietos lo apoyan en todo. J
l Uno de los elementos más innovadores del proyecto y que es parte de la visita guiada es el centro de lombricultura, donde "estas lombrices se comen los desperdicios vegetales y sus desechos se van transformando en humus, un material muy rico en nutrientes para los cultivos", contó César.