El desarrollo portuario que se ha producido en los últimos años y que se prevé continuará creciente en distintas zonas del país motivó la creación de la Asociación de Ciudades Puerto de Chile (ACP). Esta entidad -que reúne a las autoridades de Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, San Antonio, Talcahuano, Puerto Montt, Punta Arenas y Puerto Aysén- busca que el trabajo portuario propicie un desarrollo urbano armónico con las ciudades.
Y en momentos en que se planifican inversiones que podrían derivar en un puerto a gran escala para la ciudad de San Antonio, el vicepresidente de la ACP, el alcalde Omar Vera, plantea la necesidad de un desarrollo armónico entre la actividad portuaria y su entorno.
-Dentro de los aspectos clave que deben existir en la actividad portuaria está que se considere a las ciudades y a su entorno. Debe existir un camino en común que deben transitar dos actores que necesitan el uno del otro y viceversa. Los puertos son parte de la identidad de sus ciudades, definen su historia, la forma de vida y hasta el carácter de los habitantes de las ciudades portuarias.
-En Chile la actividad portuaria no ha ido en equilibrio con la evolución propia que han tenido las ciudades que cobijan a los puertos, las que reciben gran parte de las externalidades negativas de ésta, en términos ambientales y de infraestructura, por considerar algunos de los más importantes.
-La tendencia mundial da cuenta que hoy los puertos no pueden seguir realizando su labor y planificando su desarrollo de espalda a las ciudades que los cobijan, sino que el crecimiento va de la mano con la planificación urbana de las ciudades.
-Se deben establecer mecanismos básicos para un crecimiento con sostenibilidad en líneas como que los puertos se integren a la ciudad, a través del respeto de sus definiciones urbanas, los resguardos patrimoniales y las prioridades de desarrollo económico. Para esto es clave que representantes de las ciudades sean partícipes de las decisiones de ampliación de los espacios destinados para la actividad portuaria, integrando los directorios de las empresas portuarias con derecho a voz y voto.
-No buscamos un desincentivo a la transferencia de carga a través de más impuestos a las compañías, sino que se redistribuya lo que los concesionarios pagan actualmente al Fisco. Esto propiciaría los mecanismos para nivelar el tratamiento que tienen otras actividades económicas de importancia para el país, y así los municipios recibirían recursos para destinarlos a enfrentar los costos asociados a las operaciones portuarias, que incluyen, entre otros, reparaciones viales y urbanas, y que tendría como beneficiarios no sólo a los habitantes de las municipalidades de residencia, sino que también a los de las provincias respectivas. Los efectos negativos de la actividad portuaria no pueden ser asumidos sólo por municipios. J