Con velatón familias siguen en la lucha por tener su casa
Hace cinco años, 150 familias recibieron una de las mejores noticias de su vida: por fin tendrían su casa propia gracias al proyecto Mirador Altos de Bellavista. Sin embargo, su felicidad se transformó en angustia, pena y rabia. Ahora están dando la pelea para saber qué pasó con los miles de millones que se invirtieron en la construcción de las viviendas que aún no se terminan y que todavía los mantienen viviendo de allegados o en un campamento.
"Nos reunimos entre 35 y 40 familias para hacer la velatón en la plaza de San Antonio porque ya estamos cansados. Se han reído como han querido de nosotros y por eso hemos planificado actividades pacíficas hasta ahora, pero ya estamos organizando las medidas legales contra quienes resulten responsables y queremos poner los recursos antes del ocho de marzo", contó Berenice Peralta, una de las 148 beneficiadas con el subsidio. "Somos 148 porque hubo dos personas que murieron sin poder vivir en su casa", agregó con impotencia la mujer.
Berenice, también, fue enfática en explicar que ella no es dirigenta del grupo de vecinos, sólo es una persona que quiere saber qué pasó con sus casas. "Debíamos estar viviendo en ellas hace más de cuatro meses y todavía ni siquiera hay una empresa que las esté terminando", agregó con pena y rabia la mujer.
El 2010, el Serviu aprobó la entrega de 2700 millones de pesos para construir estas soluciones habitacionales, lo que vendría siendo cerca de 18 millones de pesos por cada casa.
"La Constructora Viet Ingeniería S.P.A. y la Egis Quinta Costa estaban encargados de todo, pero ellos dejaron la escoba, con decir que hasta mayo del 2014 la mentada Egis ni siquiera estaba autorizada para funcionar como eso y esto lo sabían todos y aún así los contrataron", señaló la mujer.
"Planteamos esta inquietud a Paula Fortes (delegada presidencial para la reconstrucción) y cuando ella preguntó por esta situación, la respuesta fue que era algo irregular, pero no ilegal. Situaciones como esta se repiten en todo el proceso y al final los únicos afectados somos nosotros, que seguimos viviendo en las mismas condiciones que antes del proyecto" agregó Peralta.
La vecina explicó, además, que uno de los mayores problemas es que el Serviu pagó por el 94 por ciento de la construcción de las casas y, en realidad, la empresa solo cumplió con poco más del setenta. "Lo peor es que desde que se paró y aunque hay guardias ahí, durante este tiempo se han robado ventanas baños y muchas cosas, lo que va a atrasar todavía más la entrega de las cosas por las que hemos luchado tanto", contó Berenice.
"Ahora se están pidiendo más de mil millones de pesos extra para terminar la construcción, hay tres empresas interesadas, pero recién a fines de marzo se podría tomar una decisión ya que ahí van a salir los resultados de unos estudios sobre el terreno que se habían solicitado. Entonces recién se estaría reiniciando la construcción en junio o julio, período de lluvias", agregó Peralta.
"Lo que más indigna es que gente sin escrúpulos se gastó la plata de nosotros. Este es un fraude enorme, pero somos un grupo de personas que creemos en la justicia y vamos a dar la pelea porque no se nos siga pisoteando, porque no se sigan aprovechando de la gente que más lo necesita", finalizó la mujer. J
l Para Berenice, así como para otras familias este proceso se transformó en un martirio. Vive hace varios años en la toma o campamento del Cementerio, con su pareja y su hija.
"Esta situación me ha afectado enormemente el sistema nervioso, uno se pone muy mal. Estuve un tiempo trabajando afuera para pagar los estudios de mi hija, entonces creía todo. Volví y me encontré con esto, empecé a adquirir información y fue terrible", explicó la mujer.