Cuidador de antigua casona en Cartagena se inspiró en la residencia para escribir poesías
El bullicioso verano en Cartagena deja de oírse entre los muros de la antigua construcción custodiada por el poeta Oskar Rojas.
En las alturas de Playa Chica el cuidador abre un sencillo portón negro, detrás del cual se esconde una increíble arquitectura de otra época. La casona, llena de plantas de colores con un estilo selvático, es el refugio inspirador del poeta cartagenino.
El guardián del recinto, autodenominado el poeta perdido, dio rienda suelta a sus versos desde que comenzó a vigilar la maravillosa propiedad de la familia Boitiano.
Los dueños se preocupan bastante por la propiedad, sin embargo lo hacen desde Santiago, pues rara vez visitan la residencia de Cartagena. Por esta razón, se hace más difícil para los propietarios notar las deficiencias de la casa.
De hecho, todas las ventanas muestran el choque de las olas tan cerca que puede olerse la brisa marina en cada rincón. A pesar de lo hermosa que parece esa cercanía entre la casa y el mar, el deterioro de aquella fantástica obra arquitectónica por causa de la brisa es tan grande cómo su valor histórico.
Reconstrucción
El balneario está cargado de leyendas y tradiciones por su importante recorrido a lo largo de los años.
Es más, los edificios y las familias que solían vivir en ellos, han conformado parte relevante de los misterios costeros por ser estructuras llamativas desde cualquier punto de Cartagena.
Pero de un tiempo a esta parte, las grandiosas construcciones de la zona han caído en decadencia.
La casona que actualmente habita el poeta Rojas, no es la excepción. No obstante, el dueño de la residencia ha comenzado un duro trabajo para recuperar lo que alguna vez fue un prestigioso hotel denominado "Hotel Zimar", por lo menos eso recuerda el cuidador.
"Esta casa antiguamente era un hotel, de hecho hay un monta carga que se utilizaba para transportar los alimentos desde la cocina hasta el salón principal. Si no me equivoco el hotel se llamaba Hotel Zimar", explicó Rojas.
La guarida del poeta tiene 20 habitaciones, de las cuales Rojas sólo utiliza tres porque las divide entre cocina, baño, living y dormitorio. Tomando en cuenta el número de piezas, Alejandro Boitiano (dueño de casa) decidió realizar la reconstrucción del inmueble paso a paso.
Lo grandioso de la restauración dispuesta por Alejandro, es que se replicará cada trozo de madera del hogar tal y como era.
"Si nos fijamos bien, mi jefe ha utilizado la misma calidad de madera. Además de intentar replicar los diseños, lo cual es difícil porque antiguamente todo esto se hizo a mano", agregó el cuidador.
Alejandro ya lleva un año en el proceso de recreación de la casona histórica, es bastante probable que se demore mucho más porque inspecciona el desarrollo de los arreglos desde Santiago y por el costo que significa semejante tarea. Sin embargo, a diferencia de muchos residentes del sector, Rojas se siente orgulloso de su jefe por las ganas de salvar el lugar que para el poeta es más que una casa.
"Mis jefes, son buenas personas y se preocupan arto de la casa. Pero ahora parece que Don Alejandro está con problemas de salud y por eso está media parada la cosa", comentó el poeta.
Además de ver brillar nuevamente la casa, el propietario ha investigado sobre cómo hacer relucir una vez más los muebles que habitan el lugar. Debido a que los accesorios interiores tienen tanta o más historia que la casa en sí.
"Acá hay un espejo que tiene una infinidad de años, entonces mi jefe fue a preguntar si podía cambiarle el vidrio porque ya casi no se ve y quería darle uso. Pero los anticuarios le dijeron que si hacía eso arruinaba el valor histórico del objeto", recordó Rojas.
Poesía
El poeta perdido escribe poesía hace aproximadamente 3 años, pero hace 8 meses aumentó el número de sus creaciones. Coincidentemente, en ese momento fue cuando comenzó a custodiar la casa de los Boitiano.
El contacto con el pasado de Cartagena, produjeron una especie de éxtasis en el cuidador que no pudo resistir sus ansias por escribir.
"Antes esto no era rascagena, era Cartagena y funcionaba como un balneario respetado. Para que vuelva ese juicio, es importante generar cosas bellas alrededor de las playas de Cartagena, por eso me gusta escribir poesía para humanizar. Porque, hoy en día la gente ha perdido su humanidad", comentó el poeta perdido.
Estación de Cartagena, Bolitas Sufrientes, Poeta, Huidobro- Huidobro, El Pescador Cautivo, Qué le hicieron a mi hermano, Dolores, A ti mi niñita querida, Nacido en la Feria, son algunos nombres de los infinitos poema que han tenido espacio en el antiguo hotel, pues el cuidador no desaprovecha la oportunidad de mirar hacia el mar y empaparse de versos.
"El mar de Cartagena es impactante y creo que es relevante dedicarle unas cuantas poesías, además extraño el sentido poético del pasado donde lo importante era poder recitar lo que uno escribía. Por eso, admiro la poesía de Neruda y de la grandiosa Gabriela Mistral, porque dejan ese espacio para recitar", agregó emocionado, Rojas.
Cien años
La propiedad tiene 100 años de existencia y siempre ha permanecido en la familia Boitiano, según los antecedentes que maneja el cuidador.
En toda esa cantidad de años se ha mantenido intacta, es decir, el suelo, techo y paredes son las mismas, exceptuando por los pequeños arreglos que se están haciendo hace un año.
"Mi jefe ha arreglado un par de cosas, pero independiente de eso la estructura está intacta", dijo Rojas.
Para las 20 piezas, se necesitaban más de 30 camas, por lo tanto la cantidad de respaldos antiguos que hay en la casa es inimaginable. Además de veladores, tocadores y un sin número de reliquias.
No obstante, el artefacto doméstico más exclusivo de la casona es un refrigerador Frigomax, que al ser tan antiguo no posee conexiones eléctricas. Este refrigerador funciona con bloques de hielo, en la actualidad puede parecer una locura, pero en el momento en el que se utilizó era realmente un lujo.
-A los lados se le ponía unos bloques de hielo, que pasaban vendiendo por las casas y la verdad es que según entiendo duraban bastante.
-No podría asegurarlo, pero tomando en cuenta que no eran tecnológicos ni aparatosos. Me atrevería a decir que sí está en perfectas condiciones.
La casa tiene visión hacia la terraza de Cartagena, donde es observada continuamente por los transeúntes. Se miran y se preguntan qué tal será la vista allá arriba o cómo se verá la casa por dentro y esa fue una de las motivaciones de Rojas para mostrar la maravilla que él está teniendo la suerte de vivir. J