Se salvó de la muerte, pero no puede estar feliz. Ricardo Reyes, el párroco de Santo Domingo, viajaba el domingo en la carretela que volcó cuando participaba en la fiesta de Cuasimodo en esa comuna. El accidente le costó la vida a José Araos (57), el hombre que guiaba el carruaje tirado por caballos. Además, la hija de él, Sofía, sigue grave en el hospital Carlos van Buren de Valparaíso.
El padre "Chocolito", como le llaman los fieles con cariño, confesó ayer que esta tragedia ha sido una de las más tristes que ha vivido.
"Ha sido terriblemente doloroso; yo no quedé mayormente herido. Sicológicamente esto me afecta mucho porque en el fondo yo era el que movía todo esto del Cuasimodo", declaró aún impactado por la muerte de José Araos y por el estado de Sofía, de sólo 7 años.
Sobre el accidente, Reyes recordó que veía con desesperación cómo la hija del conductor de la carretela, Sofía, estaba atrapada debajo de un caballo.
Y aunque reconoció que ha tenido el apoyo de mucha gente, sobre todo en la misa que se ofició la noche del jueves, el sacerdote no puede olvidar el duro episodio.
"Lo que más me aflige, personalmente, es la niña que está todavía muy grave en Valparaíso. Acá hay un contraste muy grande, porque nosotros, por nuestra fe, llevábamos la comunión, algo tan alegre para las personas. Durante 15 días nos habíamos preparado, fuimos a confesarlos y arreglaron con globos; todo eso quedó truncado. Eso es un dolor grande, pero el dolor más grande ha sido la muerte y también la enfermedad de la niña. Esta ha sido una de las situaciones más difíciles de mi vida", sostuvo el padre Ricardo Reyes.
recuerdos
"Me emociono cuando recuerdo a la niña, sobre todo en las noches o cuando estoy solo, porque pienso en ella y en esa imagen de ella debajo del caballo, sin poder hacer nada. Los caballos pateaban y la única solución era levantarlos. Vivir eso, ver que se está muriendo una niñita y no poder hacer nada, es algo que queda muy marcado en la vida de un ser humano", añadió.
misterio de la vida
El mensaje del sacerdote es que las personas deben comprender que "la vida humana siempre es misteriosa porque cuando uno menos piensa suceden las cosas". Enfatizó que hay muchas situaciones más simples y sencillas que vencen a la gente, por lo que llamó a los fieles a reconocer que "tenemos que tener una fe y confiar mucho en Dios".
A juicio del párroco, estas tragedias invitan a las personas a ser más solidarios con los demás y, sobre todo, a cambiar la actitud frente a la vida. J
l El padre Ricardo Reyes contó ayer que nunca perdió totalmente la conciencia tras el volcamiento de la carretela. Por eso dice que recuerda un hecho que le sorprende. "Yo llevaba un copón con 65 hostias consagradas que eran para los enfermos. Las llevaba con toda solemnidad en un copón, yo iba cubriendo eso. Me di vueltas y no largué nunca eso (el copón), y no lo hice por conciencia, sino que por sentimiento o naturaleza. Y no le pasó nada, porque si no habría complicado mucho más las cosas. Para mí eso ha sido una satisfacción y alegría, porque es Jesús el que está en esas hostias y me acompañó en esos momentos", contó el padre.