Caras felices se vieron en el camarín de la Universidad Católica después del clásico en que vencieron por 3 a 0 a Colo Colo en el estadio Monumental, sin embargo, se mostraron cautos a la hora de hablar de la lucha por salir campeones y exigieron sanciones ante los hechos de violencia ocurridos tras el pitazo final del árbitro Tobar.
"Estamos mas vivos que nunca, sabemos que será muy complicado. Estamos en una situacion expectante porque no tenemos el toro por las astas, Cobresal tiene la primera opción. Trabajaremos durante la semana para enfrentar el difícil partido contra Iquique y lucharemos hasta el final", señaló el técnico cruzado, Mario Salas enfatizando las posibilidades del equipo para imponerse en la recta final del Torneo de Clausura.
Sin embargo, las repercusiones de los jugadores de la UC mostraron su preocupación por el actuar de los hinchas albos y las medidas de seguridad. "Esto no es un barrio, el árbitro no tiene que esperar que le llegue un proyectil a un jugador o a un miembro del cuerpo técnico para suspender el partido", dijo Roberto Gutiérrez quien fue expulsado y que vio como sus compañeros tuvieron que esperar varios minutos para salir porque la barra alba realizó un forado donde los hinchas podían entrar a la cancha.
Mark Gonzalez secundó al "pajaro" diciendo que, "tiraron fierros y proyectiles. Eso sólo sucede aca".
A las críticas se sumó Fernando Cordero que destacó el actuar de Carabinero para evitar una tragedia."No es culpa del club, de la institución. Esto se produce por la frustración de la hinchada en un sector conflictivo. Menos mal que la policía logró controlarlo bien. Hay guardias pero tampoco van a arriesgar sus vidas", señaló "el chiqui".J