Mientras más helado se pone el invierno, más ganas dan de comer. Al menos eso creen muchos sanantoninos que por esta época del año deleitan el paladar con una ricas sopaipillas o empanadas. Si usted, al igual que este pobre reportero, es regalón de la olla, no puede dejar de visitar estos locales.

El primero de ellos está a pasos de la plaza de Llolleo, en calle Inmaculada Concepción. Se trata de la "Amasandería Vanessa", local que hace décadas ofrece deliciosos manjares. Sus clientes hacen cola para recibir un pancito amasado calentito y aseguran que "es el mejor de Llolleo".

Las empanadas de horno cuestan $800 cada una y las sopaipillas listas para freír a solo $40. Se puede llevar para la casa 25 unidades por solo una luquita. Ideal para la once.

"Tenemos todo fresquito y muy rico todos los días", señaló Sonia Escobar, dueña del local, mientras atendía a su fiel clientela.

Está abierto todos los días entre las 9.00 y 14 horas y de 16.00 a 20 horas. Imperdible.

Barrancas

En Barrancas, otra interesante alternativa es el local "KYU", ubicado en 5 Sur, en el paradero 8 de Barros Luco. Se instalaron en septiembre del 2014 y desde entonces han tenido buena recepción del público gracias a su amplia gama en comida rápida.

"Las sopaipillas son muy ricas, tiene harto sabor a zapallo y cuestan sólo $150", indicó Fabián Cáceres, dueño del local.

Atienden de 8.30 a 18.30 horas de forma continuada.

Y en el Mercado de San Antonio, por supuesto, está la emblemática "Fábrica de Masas". Todo a módicos presos que le harán pasar el frío sin forzar el bolsillo.

Y la última alternativa la encuentra sin salir del living de la casa. En el grupo de Facebook que pregunte por buenas sopaipillas le responderán por la "Pata Loka LedisGraff", quien entrega 36 unidades por $2.500.

"Porque no es necesario tener lluvia para disfrutar de unas ricas sopaipillas con palta, con mostaza o como más te guste", dice el mensaje que se ha replicado por la web promocionando su emprendimiento. J

Eran las 19 horas del reciente sábado cuando por extrañas circunstancias un pelícano cayó en una vivienda de calle Federico García Huidobro, a la altura de avenida Baquedano, en Llolleo.

Jacqueline Santis es la dueña de casa y a esa hora, según cuenta a Diario El Líder, se encontraba viendo televisión en su hogar cuando un fuerte ruido la asustó.

"Había un cumpleaños de niños dos casas más allá de la mía. Pensé que había sido ese el ruido", describió la mujer para luego agregar que "de repente mi perro comenzó a ladrar mucho, más de lo normal. Entonces, me paré a abrir la puerta de la casa y cuando lo hago me doy cuenta que hay un animal con unas tremendas alas y un pico gigante. Salí corriendo buscando ayuda, porque no sabía qué hacer".

Un vecino de Jacqueline se dio cuenta de lo que había sucedido y le explicó la situación a esta sanantonina.

"Me dijo pero igual estaba asustada, porque no es normal que pase esto. Además mi perro ladraba mucho, porque quería jugar con este pelícano", agregó Santis, quien llamó a Carabineros y a la municipalidad para que ayudaran a este animal que tenía un ala en mal estado.

"Nadie me ayudó. Vinieron los carabineros y se fueron, porque ellos no veían este tipo de casos. Después llamé a Justicia Animal y me dijeron que lo fuera a dejar al muelle. Y por último me comuniqué con la municipalidad. Ahí me dijeron que vendrían, pero no ha pasado nada. El animalito está mal, porque cayó desde mucha altura y se lastimó el ala ", comentó. J

l Jacqueline Santis explica que el pelícano que cayó a su casa no ha comido nada en las últimas horas y espera que alguien llegue hasta su hogar para ayudarlo.

"Me da pena, porque no se ha alimentado bien y además tiene una alita mala. Ojalá alguien se acerque a mi casa", imploró.

l Raúl Abarca Pailamilla

Eran las 19 horas del reciente sábado cuando por extrañas circunstancias un pelícano cayó en una vivienda de calle Federico García Huidobro, a la altura de avenida Baquedano.

Jacqueline Santis era la dueña de casa y a esa hora, según cuenta a Diario El Líder, se encontraba viendo televisión en su hogar cuando un fuerte ruido la asustó.

"Había un cumpleaños de niños dos casa más allá de la mía. Pensé que había sido ese el ruido", describió la mujer para luego agregar que "de repente mi perro comenzó a ladrar mucho, más de lo normar. Entonces, me paré a abrir la puerta de la casa y cuando lo hago me doy cuenta que hay un animal con unas tremendas alas y un pico gigante. Salí corriendo buscando ayuda, porque no sabía qué hacer".

Un vecino de Jacqueline se dio cuenta de lo que había sucedido y le explicó la situación a esta sanantonina.

"Me dijo tranquila vecina si es un pelícano que se cayó, pero igual estaba asustada, porque no es normal que pase esto. Además mi perro ladraba mucho, porque quería jugar con este pelícano", agregó Santis, quien llamó a Carabineros y a la municipalidad para que ayudaran a este animal que tenía una ala en mal estado.

"Nadie me ayudo. Vino Carabineros y se fue, porque ellos no venían este tipo de casos. Después llamé a Justicia Animal y me dijeron que los fuera a dejar al muelle y por último me comuniqué con la municipalidad. Dijeron que vendrían, pero no ha pasado nada. El animalito esta mal, porque cayó desde mucha altura y se lastimó el ala ", comentó. J

l Jacqueline Santis explica que el pelícano que cayó a su casa no ha comido nada en las últimas horas y espera que alguien llegue hasta su hogar para ayudar a este animal.

"Me da pena, porque no se ha alimentado bien y además tiene una alita mala. Ojalá alguien se acerque a mi casa", explicó.

l Raúl Abarca Pailamilla