La desenfrenada vida que se vive en Cancún contada por un joven estudiante sanantonino
El carrete es desenfrenado. El sexo está garantizado por toda la estadía. Y las playas son paradisiacas. México parece ser uno de los mejores destinos turísticos para muchos sanantoninos que quieren vivir la vida loca en sus vacaciones. Más aun cuando en territorio azteca son unos perfectos desconocidos y pueden dar rienda suelta a sus deseos más libidinosos.
Sin embargo, todo es diametralmente distinto cuando se tiene que ir a trabajar a uno de los hoteles más lujosos de Cancún.
Este es el caso de Damián Freire Copelli, un sanantonino de 23 años que tuvo la suerte de realizar su práctica profesional en el hotel Bahía Príncipe de esa ciudad mexicana. El lujoso recinto está por sobre la categoría de las cinco estrellas y, según cuenta Damián, "una noche de alojamiento puede costar 250 mil pesos cuando te hacen una que otra oferta".
Freire Copelli es estudiante de Administración Hotelera y se encuentra cursando la última etapa de su carrera. Por lo mismo tuvo que realizar su práctica profesional, como se lo exige el instituto Duoc UC.
"Te dan la posibilidad de realizar una práctica profesional en el extranjero y si quieres también la puedes hacer en Chile, pero yo preferí hacerla en México, que era una de las posibilidades", describe.
Luego de completar casi 12 horas de viaje, este sanantonino llegó hasta su destino final: el paradisiaco Cancún.
"Llegamos a eso de las 9 de la mañana de un sábado. Lo primero que hice fue ir a dejar los bolsos a la casa donde nos hospedamos, que estaba ubicada en un pueblito llamado Chemuyil, a unos cinco minutos de donde trabajaba. Luego me fui derechito a la playa. Había que aprovechar, porque el lunes entraba a trabajar", recuerda.
Los primeros días en México le sirvieron para darse cuenta, pese a lo que muchos creen, que el chileno está bien posicionado en el extranjero.
"Nos quieren mucho, porque somos bastante amables para pedir las cosas. La gente tanto de México como de otros países que trabajaban en el hotel, siempre hablaban bien de los chilenos, porque no son prepotentes y además son buenos para dejar propinas", aclara.
También se dio cuenta de un hecho que para algunos es evidente. "A los argentinos les tienen mucha mala. Son muy arrogantes, exigen mucho y no con buenas palabras y además no son buenos con las propinas".
RECEPCIÓN
Su primera labor en este lujoso hotel la desarrolló entre cuatro paredes. Durante el primer mes, Damián trabajó en el área administrativa y así comenzó a conocer cada detalle de este suntuoso recinto turístico, que cuenta con 4 mil habitaciones, una piscina gigante y está ubicado a metros de la playa.
Una vez ya interiorizado y con el beneplácito de sus jefes, este sanantonino se transformó en uno de los recepcionistas del Príncipe Bahía.
"Todos los días llegaban cerca de 900 personas al hotel. Era impresionante. Llegaba gente de todos los lados del mundo", menciona.
-Por mis estudios aprendí inglés y portugués. Me costó tomarle la mano, pero cuando lo hice todo fue más fácil, además aprendí italiano y francés, pero siempre ocurren inconvenientes.
-No es lo mismo que llegue un estadounidense y hablar en su idioma a que llegue un chino y hable en inglés. Es más complicado por el tema de la pronunciación. Ocurre lo mismo que con los ingleses. Pero siempre hay alguien que te ayuda.
-Por supuesto. Siempre hay uno adonde uno vaya. Además justo mi viaje coincidió con la Copa América y ahí sí que aparecieron muchos chilenos en la playa, unos 300 creo yo.
-Fue muy raro. Todos los mexicanos querían que ganara Argentina. 'Le hacen un queque' a Messi. Pero los medios aztecas hablaban que Chile podía ser campeón. Los argentinos, siempre cancheros, me molestaban con que nos iban a ganar. Pero finalmente ganamos nosotros.
-Estaba muy contento, los argentinos no la podían creer, pero aceptaron la derrota y me felicitaron. Pero cuando salí a la calle, no pasaba nada. Era otro país y nadie celebraba. Fue muy extraño. Eché de menos no estar en Chile en ese momento tan importante.
-Sí, pero tranquila.
-Terrible, jajaja. Es un lugar ciento por ciento turístico y por lo mismo todos andan muy buena onda y quieren pasarlo bien. Uno se puede encontrar de todo: drogas, alcohol, mujeres, lo que quieras. Para los solteros es "la mano". Las mujeres, sobre todo las europeas, andan en busca de sexo.
-Sí. Si tú quieres, todos los días puedes acostarte con alguien diferente. Las europeas son otra cosa en ese sentido, porque si no quieren estar más contigo no te hablan más y se van. Cero rollo. Ellas salen a vacacionar en grupo de puras mujeres y van a puro pasarlo bien.
-No, para nada. Yo estoy felizmente pololeando. En verdad que todo lo que te cuento es porque lo vi o la misma gente te lo cuenta.
-Yo fui a dos que son muy caras, pero como era trabajador de un hotel me pude conseguir las entradas más baratas. Pero cuestan 35 mil pesos chilenos y es con bar abierto. Pero hay que tener mucho cuidado.
-Porque se notaba que algo le echan a los tragos. Te tomabas dos copetes y quedabas loco. Te sentías más eufórico. Y seguías tomando. Claro, la idea de ellos es hacer que tú consumas y te emborraches para que así tomes el servicio de hotel que tiene la disco. Además siempre había unas chicas ofreciéndote un trago especial que costaba 4 mil pesos chilenos, aproximadamente, y no iba incluido en el precio de la entrada.
-Sí. Algunas lo incluían en el precio de la entrada. En cambio en otras tenías que pagarlo aparte.
-En el lugar donde estuve todo era muy tranquilo. La gente era muy amable y de una calidad humana sorprendente. Pero claro en otros lados me imagino que debe ser más complicado. Pero estos lugares turísticos son súper seguros y muy recomendables.
-Absolutamente. Muchos sentimientos encontrados. Conoces a mucha gente y muy buena. Fue una experiencia muy linda. Pero también quería ver a mi familia y a mi polola. Además uno igual lo piensa cuando te ofrecen quedarte para trabajar. Pero la plata no era lo suficiente cuando tienes que trabajar mucho. Además mi polola se ganó un viaje a Brasil y nos vamos en los próximos días. J