Alegre, honesta y buena persona, así recuerdan a Mercedes Álvarez
Un día como hoy, 15 de septiembre, la familia Pacheco Álvarez comenzaba las celebraciones de Fiestas Patrias de una manera bastantes especial. Los siete integrantes de este clan, repartidos entre Santiago y San Antonio por asuntos laborales, se reunían sagradamente en calle El Muelle 832, en Villa Italia.
Allí izaban la bandera a primera hora del día. Luego preparaban un exquisito almuerzo para celebrarla a ella... A Mercedes Glady Álvarez Vera, la matriarca de esta familia, quien hoy cumpliría 62 años. Sin embargo, un letal cáncer a la vesícula, que arrastró durante ocho largos meses, le arrebató la vida a esta conocida trabajadora del Cementerio Parroquial de San Antonio.
Hoy la celebración será distinta. Quizás diametralmente opuesta a la que se vivió durante muchos años. La enorme imagen de Mercedes, que se encuentra en el comedor de su hogar, será la anfitriona de esta conmemoración. Su cuerpo no estará presente, pero su espíritu permanecerá en el corazón de cada uno de sus familiares, quienes se niegan a olvidarla.
Mercedes dejó de existir el reciente 3 de mayo dejando una pena y un legado enorme en su esposo, Hernán Pacheco, y cinco hijos, quienes hoy día se reunirán en su nombre para festejarla como ella le encantaba: en familia.
"Es imposible no hacerlo", dice Hernán Pacheco, el hombre que la acompañó de la mano durante 38 años de matrimonio.
"Era una mujer excepcional. Fíjate que hasta hoy me siguen dando el pésame. Si bien antes era muy triste para mí por un hecho lógico de que la pena está muy reciente; hoy me doy cuenta que la gente la quería mucho. Y cómo no, si siempre fue una gran madre, una gran esposa, una mujer que ayudaba a las personas sin ningún interés", dice Hernán.
UN MADRE EXCEPCIONAL
El amor entre Hernán y Mercedes fue fructífero. Con cinco hijos los bendijo Dios, como diría ella, quien era una ferviente creyente en el Todopoderoso. Rodolfo, hoy de 36 años, fue el primero en conocerla. Luego vinieron las gemelas Glady y Anita (34). Tras ellas llegó Jaime (32). Y Daissy Pacheco Álvarez (30) completó el núcleo de esta familia. Con los años apareció su única nieta, Victoria, quien se convirtió en su regalona hasta su último respiro.
"Cuando comenzaron a nacer los hijos, todos muy seguidos, decidimos trabajar en casa para que los niños estuvieran con ella. Luego comenzaron a crecer y cuando no son tan dependientes de la mamá quisimos, por un tema económico, trabajar por separado. Yo me fui a hacer clases al Instituto Comercial y ella encontró pega en el Cementerio Parroquial de San Antonio como administradora", detalla el viudo.
En ese lugar fue donde Mercedes se ganó el cariño de muchas personas, quienes en el momento más difícil de su vida, como es despedir para siempre a un familiar, encontraron el apoyo y la comprensión de esta sanantonina, que comenzó a trabajar en el camposanto desde 1992 hasta que el cáncer se lo impidió.
"Ella era muy querida. Es que era una muy buena persona. Era amiga de la gente que vendía flores, de los que hacían el aseo, de todos en general. En verdad que era muy querida, porque hacía las cosas de corazón, sin otra intención", manifiesta Jaime.
Su hija menor aporta que "tenía un gran sentido de la familia. Ella era la que nos congregaba. Es raro y muy triste no estar con ella en su primer cumpleaños luego que falleciera. Porque todos los años comenzábamos así las Fiestas Patrias. Cada 15 de septiembre nos juntábamos todos los hermanos para celebrarla a ella".
Hoy la conmemoración del cumpleaños número 62 de Mercedes será distinta. La festejada no estará presente. Pero quienes la amaron y lloraron hasta el final de sus días la recordarán como una mujer "alegre, honesta y buena persona", como cerró su marido al borde de las lágrimas. J
El esposo de Mercedes Álvarez, Hernán Pacheco, cuenta que cuando su mujer se enteró que padecía cáncer les pidió que la noticia solo quedara en la familia. "No quería que nadie supiera. Nosotros no le contamos a nadie y mucha gente, por lo mismo, se sorprendió cuando murió".
"Era una mujer
excepcional.
Fíjate que hasta
hoy en día me
siguen dando el
pésame",
Hernán Pacheco,