Es el hombre del que más se habla en Chile. Sergio Jadue es, desde hace un par de días, el hábil dirigente que engañó a todo el fútbol criollo. Pese a todo lo que se le sindica, desde Nueva York Felipe Bianchi reconoce que allá de Jadue no se habla mucho. "La verdad es que es un don nadie, pero nuestro don nadie. Es obvio que nunca debió llegar donde llegó, como se dijo desde el primer día. La mentira esa de 'antes no hablaron y ahora hablan' resulta injusta e indignante para todos quienes lo denunciamos incluso antes de hacerse cargo".
-Tal cual. Poco acceso a la información por parte de los "buenos" y demasiadas mentiras de parte de los "malos". Pero en eso estamos, buscando las hebras para que puedan recuperar la memoria los que ahora no se acuerdan. Pobrecitos, tan lesos que nos salieron en el Consejo de Clubes.
-Lamentablemente, y por distintas razones, hoy el concepto "auditoría" vale muy poco. No es garantía de nada. Pocas cosas están más desprestigiadas que las antaño implacables revisiones contables.
Bianchi, quien hace poco publicó 'Contra el tránsito', compilación de columnas donde dio cuenta de lo que sucedía en la Anfp, comenta que la justicia chilena ha actuado tarde en el caso Jadue.
"Impuestos Internos, el Ministerio de Justicia, la Contraloría, la Fiscalía y el Congreso hace rato que debieran haber puesto los dos ojos en este nido de corrupción".
-Puede ser. Es el mejor nombre de los posibles, pero depende de quién lo acompañe y cuál sea la intención. Veo con terror que va a existir mucha presión por "mirar hacia el futuro" tratando de saltarse responsabilidades o de frenar investigaciones que son urgentes.
Sobre Jadue, cuestionado por millonarias compras, agrega: "En tres años, de no tener nada pasó a amasar una fortuna con un sueldo "reguleque": más que raro. El fútbol se ha encargado, una vez más, de demostrar su total incapacidad para autoregularse y fiscalizar a su gente".
-Si no hay cambios culturales y estructurales es difícil. La gente no va al estadio, no han sabido terminar con la violencia, el torneo es espantoso, los socios no participan en los clubes, no hay buenas divisiones inferiores, no hay buenos técnicos. Si la misión era destruir la imagen, cumplieron la misión. J