Extranjero que quiere radicarse en San Antonio revela círculo discriminatorio
Enrique Errecarte (60) dice estar atrapado en una situación que no le permite trabajar como cualquier ciudadano.
El ingeniero mecánico Enrique Errecarte Viera quiso comprobar cuán cierto era el lema "y verás cómo quieren en Chile al amigo cuando es forastero", pero descubrió que pese a ser un profesional y mantener rentas en el extranjero, tratar de radicarse en Chile es entrar en un círculo de discriminación del que no ha podido salir.
Errecarte es uruguayo-brasileño y llegó el año pasado desde Brasil para radicarse en nuestro país apostando a la estabilidad económica que ofrece respecto a las tierras cariocas. "Allá tengo propiedades y mantenía una empresa, pero la economía está cada vez peor allá", comenta.
Tras haber trabajado como empleado de una planta de refrigeración en Puerto Montt durante los primeros meses del 2015 pensó que no sería tan difícil conseguir trabajo en Chile. Sin embargo, ese periodo marcó un antes y un después en su historia vivida en este país.
Después de esa experiencia laboral no sólo no ha podido conseguir otro empleo, sino que también descubrió que no se aplicaron las leyes laborales que amparan a todos los trabajadores en Chile, ya que jamás le pagaron las imposiciones legales y no respetaron sus derechos en el pago del finiquito.
"Yo presenté mi situación ante la Inspección del Trabajo de Puerto Montt, pero allá finalmente testificaron que me habían pagado indicando que vieron documentos que nunca existieron, partiendo por la AFP, ya que no figuro en ninguna", asegura agregando que guarda todos los documentos donde la empresa reconoce los meses de trabajo y la deuda que mantienen con él.
círculo
De acuerdo a lo relatado por Errecarte sus intenciones de radicarse en Chile especialmente en San Antonio, siguen en pie, pero para ello la ley le exige que se case con una mujer chilena, que compre una propiedad o acreditar rentas o "medios de vida".
"Tengo medios de vida, porque tengo propiedades en Brasil y en Uruguay, pero eso no es aceptado acá. Tengo que tener un trabajo en Chile, pero después de mi experiencia en Puerto Montt, me doy cuenta que no he podido demostrar que realmente trabajé allí. Además he postulado a una cantidad innumerable de empresas, pero con la cédula de identidad provisoria que tengo no me contratan. Es un círculo del que no puedo salir, porque para tener la cédula definitiva tengo que tener un empleo", resume.
"Para extranjería todos los documentos que presento donde acredito mi trabajo en Puerto Montt no son válidos. Mientras no figure en una AFP, es como si yo nunca hubiese trabajado", añade.
Título
Según el ingeniero para validar su título profesional en Chile, necesita alrededor de seis millones de pesos, que traduce en otra barrera para poder establecerse. Su sentimiento de sentirse excluido y discriminado suma y sigue, ya que dice haber tocado todas las puertas para pedir ayuda o asesoría y resolver su situación.
Con el tiempo en contra, cuenta que debe presentar la documentación para radicarse en marzo, pero que necesita ayuda y en el departamento de extranjería no han podido otorgarle ninguna facilidad.
"Con mi renta, ni siquiera puedo optar a una asesoría legal pública. Es decir es una renta muy alta para un abogado gratuito, pero es una renta muy baja para pagar un abogado particular. Me siento atrapado y estafado, pero no he perdido las esperanzas", agrega.
piloto
Errecarte dice que mantiene un estado de salud mejor que cualquier chileno de 40 años, ya que tiene licencia de piloto de avión y para ello debe hacerse un estricto chequeo médico todos los años. Gracias a ello dice que ha pasado prácticamente todas las pruebas para acceder a puestos muy importantes de destacadas empresas chilenas, pero finalmente su situación cívica ha terminado por entrampar todos los trámites.
"Me he presentado en cientos de trabajos y he pasado todas las pruebas. Incluso, en una oportunidad me estaban haciendo un contrato para trabajar en Codelco, pero cuando presenté mi cédula y vieron que era temporaria dijeron -¡ah no es temporaria! Y sin importar lo que yo diga, la empresa se reserva el derecho de admisión", resume con un tono de decepción.
"Estoy trancado, no puedo hacer ningún trámite con esto. No puedo tener tarjetas de crédito, ni contratar algún plan de celular, ni nada", comenta.
Errecarte cuenta que en Uruguay puede jubilarse a los 60 años, y podría acogerse a un acuerdo que hay entre ambos países, pero el sistema de AFP chileno lo castiga de tal forma que todos sus ahorros previsionales de 35 años de trabajo se traducirían en una pensión muy baja para vivir en Chile.
"Me siento muy discriminado. En Codelco fue horrible, porque el trámite de postulación me llevó cerca de 4 meses y finalmente todo quedó en nada. Si hubiese tenido el contrato de Codelco hubiese optado a la cédula definitiva, o viceversa, si hubiese tenido esa cédula, tal vez hubiese podido tener el contrato de Codelco", analiza.