Una posible solución
Previo al día de la masacre, un grupo de trabajadores del comité obrero se acercó hasta la oficina del gerente general del ferrocarril para exigir nuevamente la media hora de colación. Para sorpresa de estos, el gerente aceptó, pero a cambio exigió que las jornadas de trabajos se prolongasen una media hora más, por lo que el horario de salida sería a las 18 horas y no a las 17.30.
Este punto fue aceptado por el comité de huelga, pero no fue aprobado por la mayoría de los obreros paralizados, por lo que continuaron con el paro. El número de víctimas aún es incierto, algunos hablan de 30, 100 y hasta 300 muertos, mas hasta hoy, tal cantidad aún se desconoce.