Pescadores cuentan cómo naufragaron en una lancha que se hundió en cinco minutos
La embarcación Martina Ignacia les dio un gran susto a los hombres de mar.
La incertidumbre se apoderó de los familiares que, a eso de las 10 horas de ayer, llegaron al hospital Claudio Vicuña para saber cómo estaban los nueve pescadores que iban a bordo de la lancha a motor Martina Ignacia, que una hora antes se había hundido a 3 millas (4,9 km) de distancia de la costa de Santo Domingo.
"Mi abuelo ha sobrevivido a varios naufragios y eso que no sabe nadar", afirmó un joven que llegó a dicho centro de salud con el fin de recabar antecedentes sobre la salud de su tata Francisco Flores (65), uno de los tripulantes de la embarcación.
Los seres queridos estaban asustados porque no podían comunicarse con los pescadores, y en el hospital poca información obtuvieron. Sólo tenían la certeza de que los habían rescatado en otra lancha y que luego los desembarcaron en el Molito del puerto de San Antonio. Querían saber si estaban heridos, vivos o muertos. Así fue como partieron hasta la Lonja Pesquera de Puertecito.
Al arribar al muelle, las familias encontraron lo que buscaban. A la distancia se veía sonriente a Francisco Flores. Vestía un chaleco a rayas, un gorro estilo boliviano y parecía estar tranquilo. Apenas pudo, una de sus hijas se le lanzó en los brazos y rompió en llanto. La alegría de ver a su padre ileso le llenó el alma de felicidad a Noelia Flores. "Gracias a Dios está bien y no le pasó nada a nadie, eso es lo más importante", dijo la mujer mientras su madre le pedía a su esposo, el "Huaso Flores", que se cambiara la ropa mojada. Él, obediente, lo hizo de inmediato.
"Veníamos navegando y se rompió el mamparo (estructura) de la lancha, ahí se fue la pesca para atrás y la embarcación se fue a pique. Después saltamos a la panga (bote pequeño) que andábamos trayendo. Esa fue la salvación de nosotros", contó el "Huaso Flores".
Minutos más tarde, los pescadores, que ya habían iniciado el regreso a la costa, fueron rescatados por la tripulación de la lancha pesquera Don Rafael, que realizaba faenas cerca del lugar del accidente. Al saltar sobre la panga, uno de los pescadores resultó con lesiones en una de sus piernas, por lo que fue llevado en ambulancia al hospital local. El resto sólo sufrió el susto.
"Yo he estado en tres naufragios: con el Canelo, el Camelio y esté con el Martina Ignacia", afirmó Flores, quien le restó dramatismo a la emergencia. "Echarse a morir es peor, qué le vamos a hacer, estas son cosas que pasan", confirmó el hombre.
José Acevedo (50), otro de los tripulantes de la lancha Martina Ignacia, afirmó que tras la rotura de una parte de la popa, la embarcación no aguantó mucho tiempo. "Dio como cinco minutos y se empezó a hundir. Andábamos con una lancha auxiliar, y ahí nos tiramos todos: unos quedamos colgando, otros cayeron al agua. Yo sentí muchos nervios y susto porque nunca había vivido algo así. Gracias a Dios estamos a salvo", relató.
Tras la milagrosa salvada, los hombres de mar volvieron a sus hogares con la certeza de que tuvieron un destino distinto al de cientos de otros compañeros que perecieron en los brazos traicioneros del mar.
"Veníamos navegando y la lancha se fue a pique de popa, se fue de un viaje. Alcanzamos a reaccionar y a saltar al bote auxiliar (la panga)",
Juan Acevedo