Guillermo Ávila N. - La Estrella de Valparaíso

La primera vez que suena el celular, la voz al otro lado de la línea se presenta así: "Hola, soy Álex. Tengo una historia sobre cómo ser estafado".

Al rato, el teléfono vuelve a vibrar. "Anota", dice la misma voz, y suelta una dirección que de por sí despierta curiosidad: la entrada al Congreso Nacional, en Valparaíso.

Irónicamente, al guionista y licenciado en arte de la Universidad de Chile, Álex Rivera, el destino le escribió el peor de los libretos. Y estamos aquí para constatarlo. Finalmente aparece. Viste terno negro a rayas, como si se sintiera prisionero de algo. También porta gafas oscuras, en un día nublado.

Abandona una cordial sonrisa a mitad de camino y apura el cigarro mientras nos acercamos. Reparte abrazos. Se percibe como si estuviera huérfano de afecto. A su lado, Marcelo, su partner en esta particular cruzada del tipo David contra Goliat, no se separa un metro.

Como en el lejano oeste, van en busca de justicia ante los poderosos del pueblo. Sus armas se basan en documentos. De allí la irrupción en la guarida de los políticos: solicitaron una audiencia con el diputado Gaspar Rivas, miembro de la Comisión de Cultura del Congreso. Ya antes se habían reunido con el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.

"Ganamos el Festival de Carolina del Norte, en Estados Unidos, el año pasado con un guión que escribimos juntos. Pero como somos el par de hueones que estamos demandando al poderoso, eso no salió en ninguna parte", afirma el hombre de terno negro.

Alex, también actor de profesión, posee una modulación que atrapa, al igual que un decidor discurso. Marcelo Guajardo, profesor de locución, hace de fiel escudero. De hecho replica y asiente más en silencio a cada uno de los dichos emitidos por su también colega guionista. Que quede claro: sus pruebas, en este caso, parecen irrefutables. De momento, en la estación televisiva sindican que se está ante un proceso judicial que aún no ha concluido.

De novela

Y el caso no es otro que el de una novela: "Veinteañero a los 40", de Canal 13. La misma que rotuló en sus créditos: escrita por Sergio Díaz, dirigida por Germán Barriga, producida por Vania Portilla y Herval Abreu, bajo las órdenes de Ignacio Arnold.

De esos culebrones criollos que ensalzan rating (10 puntos de promedio), fama y lucas y que a ellos, sus verdaderos creadores -en este caso los entrevistados Álex y Marcelo, según afirman- no les tocó absolutamente nada. Sólo lágrimas, malos ratos y bolsillos rotos. Por eso la demanda. Por eso su lucha. Por eso quieren sentar un precedente. Invocar a la Ley.

"Nosotros la inscribimos el 31 de julio del 2014. La comenzamos a vender, primero a Mega… por eso la inscribimos. Porque si yo te quiero vender el auto, necesito mostrarte el padrón", dice Álex, quien agrega que se la presentaron "a Geo Imagen, Cristóbal del Río, a Cristóbal Braun… a mucha gente. Entre ellos, al actor Francisco Melo, mientras estábamos haciendo una película en 2014 llamada Toro Loco Sangriento".

Ese mismo año, en la génesis del drama, ambos tuvieron la idea de participar en un taller de guiones organizado por Canal 13. De un universo de 300 seleccionados, quedaron 28, rememoran.

"Nosotros presentamos una historia original inscrita: la de un joven de 20 años que al final de los ochenta durante el gobierno militar tiene un accidente: el tipo queda en coma. Luego, contra todo pronóstico médico, despierta, 25 años después", afirma Álex Rivera.

Precisamente la dupla de libretistas afirma en conjunto que el cambio sociológico y político que había ocurrido en el país en esa época fue el hilo conductor. "Él protagonista despertaba. Se daba cuenta que Chile había cambiado. Su padre había muerto; su mamá se había obsesionado con las terapias alternativas; él tenía un hijo, de 25 años y con una doble vida: de día era diseñador y de noche transformista. Después tendría que tratar de recuperar su vida y pelear por el amor con su eterno rival que era un primo".

Esa es la historia escrita que Álex Rivera y Marcelo Guajardo presentaron a Canal 13. La misma historia que contó 'Veinteañero a los 40'. "Nosotros la presentamos como: 'Que hay de nuevo viejo', un descaro", ratifican al unísono.

Sin embargo, para ellos, el canal católico pecó de mentiroso. El 5 abril del año 2015, siete meses después de la mentada inscripción, se percataron que en el diario La Tercera aparecía su 'storyline'. Y junto a eso, el área dramática del 13 que salía del fango: un joven a finales de los años 80' durante el gobierno militar tenía un accidente. Quedaba en coma para, 27 años después, recuperar la conciencia. "Él tenía 20 años mentalmente, pero está atrapado en un cuerpo de 47", replican.

Los mensajes de textos y felicitaciones les llovían al binomio dramaturgo, incluso del actor Pancho Melo. "Todos a quienes les habíamos presentado nuestro proyecto nos felicitaban", se consuelan.

Melodrama a juicio

Luego vino el horror. "Quien aparecía como el líder encabezando la figura y creador de la historia era Sergio Díaz Mora, jefe de guionistas del área dramática de ellos (Canal 13)… nuestro profesor del taller de guiones que en su momento nos dijo que nuestra historia era inverosímil, ¡delante de todo el curso! Y la asesora de guiones del canal, Isabel Troncoso Guillén que nos trató a garabato limpio: dijo que nuestro trabajo no estaba a la altura, que el personaje protagónico era un saco de huevas… un viejo que se cree joven. ¡Que a la vieja de la casa no le va a interesar la historia de un pelotudo!", recuerdan con indignación.

Así, de la forma más brutal, se dieron cuenta que habían sido "robados". "En esa reunión estuvo Ignacio Arnold, Vania Portilla, Sergio Díaz y el guionista Diego Niño que es parte del equipo que escribió 'Veinteañero a los 40'. Ellos allí nos dicen: 'Nosotros no vamos a llegar a un acuerdo. Ustedes tienen su verdad; nosotros la nuestra. Hagan lo que quieran, pero cuidado con demandar porque los podemos demandar de vuelta. ¡Nos amenazaron en el tercer piso!, en su área dramática", denuncia la dupla afectada.

De allí vino la batalla legal. Primero colocaron un recurso de protección, después una demanda en el Octavo Juzgado de Garantía. Ahora el caso, con la carpeta investigativa, está en la fiscalía oriente de la capital. En el informe, sostienen a coro Rivera y Guajardo, quedó establecido el delito de plagio por parte de personeros de la estación televisiva. "Liderando el delito, porque se prueba el daño económico a nosotros, está Sergio Díaz Mora, el mismo profesor que nos dijo que nuestra historia era inverosímil".

Y continúan: "Aquí hablamos de código Sence, o sea, las franquicias tributarias que hacen ellos para realizar este curso. Después de eso, la PDI acredita el plagio. Hoy esperamos que la Fiscalía los formalice y los acuse formalmente", añaden a ráfagas verbales.

Ante la pregunta de qué esperan de la justicia, exigen tajantes: "Reparaciones económicas, disculpas públicas. El daño moral, el insomnio, la pérdida de trabajo, el desgaste emocional, el perjuicio familiar".

Para ellos, como en El Padrino, poco falta para que despierten con una cabeza de caballo entre sus sábanas. "Lo que hacen es pasarse por encima los derechos de propiedad intelectual. Son unos verdaderos mafiosos. Representan una amenaza; apernados en sus cargos, le roban a los jóvenes y ponen la pata encima… ¡se encargan de degollarlo!".

En el epílogo, un alcance de los guionistas: "Mira, esa historia está enlazada a nuestras vidas: coincide con nuestras edades, nuestras etapas; nosotros íbamos en la Citroneta descapotada a toda raja en busca de minas a la facultad de arte, a tomar cervezas". ¿Algo así como la premisa de su teleserie? "Claro, esa misma que Canal 13 nos robó".