Santiaguina le dio un vuelco total a su vida y se vino a San Juan
Patricia Guzmán (44) junto a toda su familia se vino al pueblo para fundar una escuela de artes y oficios textiles y, así, cumplir su sueño de vivir del arte y de su trabajo como terapeuta.
Vivir en el campo y a 15 minutos de la playa es la utopía de cualquier santiaguino. Es por eso que Patricia Guzmán (44) se vino con camas y petacas a la localidad de San Juan para cumplir su sueño.
"Decidí hacer un cambio en mi vida. Un cambio que venía buscando hace un montón de tiempo: vivir de mi arte y de mi trabajo como terapeuta".
Paty, como le gusta que la llamen, vivía feliz de la vida en Santiago, hasta que de pronto recibió una llamada en donde le indicaban que tenía que desocupar el departamento que arrendaba junto a su familia, porque lo iban a vender.
"Como que todo se coordinó para que mi sueño se cumpliera. Así es que apenas me avisaron, me puse a buscar un lugar para vivir", cuenta.
Paty conocía Santo Domingo y el centro de San Antonio, pero nunca se había detenido a mirar San Juan. "Vinimos un día a dar una vuelta y, la verdad, es que me fascinó la idea de vivir en el campo y a unos cuantos minutos de la playa".
Buscó por internet arriendos en la zona, hasta que encontró una oferta que no pudo dejar pasar.
La casa estaba abandonada, rayada, sin vidrios y sin electricidad; sin embargo, algo dentro del corazón de Paty le decía que tenía que apostar por aquel inmueble.
"Si bien, aún está sin pintura y le faltan algunos vidrios, siento que es el espacio ideal para desarrollar mi proyecto", indica a Diario El Líder con un entusiasmo que contagia energías.
Proyecto cultural
El proyecto de Patricia es fundar una escuela de artes y oficios textiles en la comuna de San Antonio.
"Quiero hacer clases particulares y crear lazos con las organizaciones locales o fundaciones para que las mujeres se puedan capacitar en mi escuela".
-¿Por qué tu escuela se enfocará especialmente en las mujeres?
-Me interesa mucho el trabajo con mujeres. Siento que necesitan un espacio de capacitación, de autovaloración y para darse cuenta que de alguna manera se puede salir adelante. Incluso, de maneras súper insospechadas.
La parvularia de profesión, desde muy pequeña se interesó por el mundo de las artesanías, pero lo consideraba, más que nada, como un hobby que complementaba con su trabajo tradicional.
"Salí del colegio y quería estudiar teatro, artes o técnico manual, pero al final estudié Educación Parvularia", recuerda.
Luego de algunos años entró a estudiar Sicología y, ahí, descubrió las terapias para sanar el cuerpo y alma de las personas. Aprendió sobre terapia floral, aromaterapia y arteterapia.
"Llegué a un momento en que quería vivir de esto. Ha sido un camino súper largo, con muchos intentos de emprendimiento en Santiago pero, acá, milagrosamente todo ha fluido. Desde que llegué hace un mes me puse a publicar mis talleres y estoy a full".
Paty imparte clases en Llolleo, Barrancas, San Antonio y en Santiago.
"Tengo alumnas que aún no he querido dejar. Por eso voy una vez a la semana a Santiago".
-¿Tienes algún otro proyecto?
-Sí, tengo un proyecto para trabajar en una escuela de niños con necesidades especiales. En esta semana tengo que hablar con la directora y estoy feliz. Dios me ha bendecido con mucho trabajo.
LA casa
Patricia se inspira en los árboles, las flores y en la tierra para realizar sus artesanías en telar, fieltro y sus pinturas con el estilo naif, que se caracterizan por su ingenuidad y espontaneidad.
Los cuadros que decoran las paredes de su nuevo hogar están marcados por la presencia femenina, en donde las figuras resaltan por su femineidad y belleza.
Con su familia de a poco ha tratado de arreglar e implementar este inmueble para llegar a ser uno de los puntos culturales más importantes de la zona.
"Estoy feliz esperando que durante los meses de agosto o septiembre esta casa esté funcionando. Pintada, iluminada, llena de mujeres y de quien quiera venir a tener un espacio de creación".
Paty es de las personas que sabe que las cosas buenas tardan en llegar, pero que cuando uno le pone todo el empeño, comienzan a fluir.
-¿Por qué cree que en Santiago tus proyectos no prosperaron?
-Yo creo que no me funcionó porque no me había ordenado y no había decretado que quería vivir de eso. Estaba muy dispersa.
La casa que ahora habita estaba rayada por okupas, sucia y llena de botellas, pero Paty miró más allá de la superficialidad y vio en los cimientos de la estructura mucho potencial. Ella ya tiene todo dispuesto en su cabeza y sólo falta concretar.
"Los galpones que están afuera serán el sector donde se trabajará la lana", indica con alegría.
Sus siguientes pasos serán conseguirse una ruca, aprender a hilar y teñir, para brindar a la comunidad lindos diseños.
"Quiero poner en algún momento una tienda rústica en donde la gente pueda conocer mis productos y los de los artesanos de la zona. Mi objetivo es que este lugar se trasforme en un espacio para que las personas puedan enseñar sus creaciones".
Patricia ha recorrido caminos y tocado las puertas de la Municipalidad de San Antonio, acercándose a Prodemu y a la Dirección del Desarrollo Comunitario en Santo Domingo, pero aunque aún no recibe respuesta, esta mujer no pierde la esperanza.
El apoyo incondicional de su familia, especialmente la de su esposo la insta a seguir luchando por sus sueños. "Él me apoyo de verdad, para iniciar con mi emprendimiento", señala orgullosa.
Él estaba igual que ella: quería iniciar un nuevo proyecto y como pensaba comprar una parcela en el Litoral Central, todo salió a pedir de boca.
La artesana, ahora busca un lugar en donde desarrollar su proyecto a largo plazo, ya que la casa que encontró no está disponible para la venta.
"Queremos buscar alguna parcela de aquí a un año para crear la escuela definitiva".
Cuando todo esto se concrete, Patricia comenzará con sus clases e invitará a personas que trabajen en el área textil a sumarse a su iniciativa.
"Quiero que la gente de la zona tenga la posibilidad de aprender sin la obligación de viajar a Santiago".
Paty le enseña a sus hijos a telar y a fabricar angelitos de vellón, pues esta hermosa artesanía no puede perderse con los años.
-¿De dónde heredaste tu facilidad con las artes manuales?
-Por parte de mi familia materna son todos artistas. Mis tías son concertistas en piano, mis tíos y mi abuelo son pintores.
Arte y emociones
Patricia conoce muy bien cómo ayuda tejer y pintar en el ánimo de las personas, pues ella misma indica que "siempre digo que la lana y la pintura me salvaron de la locura".
Patricia, como toda persona, ha pasado por momentos difíciles en su vida. La depresión tocó su puerta, pero alegremente salió victoriosa.
"Yo le di vuelta la mano a la depresión completamente. Trabajar con colores y texturas me abrió otro mundo".
La satisfacción que siente al compartir sus conocimientos con otras personas, la estimula a seguir adelante, pues ve a sus alumnos llenarse de alegría y felicidad.
"Yo doy testimonio que esto te puede sacar de la depre, la autodestrucción, y los vicios porque es mágico".