La alumna de música que le puso pausa a sus estudios y ahora toca guitarra en la calle
Ximena Seguel congeló su carrera de Pedagogía en Música. Integra la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo y ha compartido conciertos con Los Jaivas y Roberto Bravo. Pero no cambia su escenario favorito: la vereda de calle Providencia.
La santodomingana Ximena Seguel congeló sus estudios en tercer año de Pedagogía en Música y hoy se gana algunos pesos cantando en la céntrica calle Providencia, en pleno centro de Llolleo. "Me encanta cantar en la calle", confiesa.
Es que cada artista tiene un escenario que lo acomoda. Algunos gustan de aquellos que son más íntimos, con pocos fans y en un ambiente más solemne. Otros, por el contrario, prefieren los más grandes y con mucho público. Pero para Ximena, su escenario predilecto es la calle, pese a que ha compartido escenario con el legendario grupo Los Jaivas y con uno de los grandes pianistas de nuestro país, Roberto Bravo, entre otros artistas.
Con guitarra en mano y sentada cómodamente en la vereda de calle Providencia, a la altura de la vidriera Cristalum, en Llolleo, esta muchacha de pelo negro con terminaciones rojizas y jeans rasgados, despliega todo su talento en el escenario más difícil, como lo han catalogado varios artistas chilenos.
"Me gusta ver gente de aquí para allá", confiesa.
Sobre las baldosas de la arteria llolleína, "La Xime", como le dicen sus cercanos, de inmediato atrae la atención de los cientos de transeúntes que se ven sorprendidos por el tremendo vozarrón de esta joven de 23 primaveras.
Algunos la observan desde lejos cómo entona cada una de sus canciones. Otros pasan cerca de ella sin quitarle la vista. Los que la conocen, la saludan y ella es capaz de interrumpir cualquier balada para saludar a uno que otro amigo, que en varias ocasiones conoció en la misma calle.
-Has tenido la oportunidad de tocar con Los Jaivas y Roberto Bravo. ¿Por qué sigues prefiriendo la calle?
-Porque la calle es bacán. Tiene eso que conoces a mucha gente que pasa por acá, a los mismos locatarios que son buena onda. Siempre estás conociendo personas y eso es bueno. Me gusta.
-¿Y te va bien?
-Sí. A veces estoy como dos horas y me hago unos ocho mil pesos cuando la cosa está muy buena. Igual he estado un poquito alejada en las últimas semanas, porque estoy con varios trabajos, por aquí y por allá. Garzoneo, hago clases, a veces hago show musicales acá en la zona, postulo a proyectos. Estoy en lo que se pueda trabajar.
-¿Qué artistas o canciones están incluidos en tu repertorio callejero?
-Es bien variado. Toco canciones de Extremoduro, Los Tres, Supernova, canciones como Cariño Malo, Procuro Olvidarte. Hay hartos temas. Trato que sea bien variado el repertorio porque en la calle pasa gente de distintos gustos musicales.
-¿Cuántas veces has tenido la oportunidad de tocar con Los Jaivas?
-En tres ocasiones. Una fue acá en Santo Domingo, otra en Santiago y la última en Valparaíso (la semana pasada).
-¿Qué significó para ti tocar con ellos?
-Es muy importante. La primera vez fue espectacular. Se logró una mística muy grande entre todos los músicos. Es que Los Jaivas son muy místicos. Estaba nerviosa igual, como todos, pero fue genial.
Ximena, además de tocar guitarra y otros instrumentos, domina casi a la perfección el violonchelo. Con él ha acompañado a los autores de "Mira Niñita" en sus tres presentaciones.
Estudios
Ximena Seguel vive en el sector de Las Vertientes de Santo Domingo, junto a su madre Ximena Mesa y su hermana Angélica Abarca.
Estudió en el colegio People Help People donde descubrió su pasión por la música.
"Desde chica que siempre me gustó la música. La profesora Marcela Vera, que aún hace clases en el People, me motivó a seguir en esto y yo en sus clases me di cuenta que me gustaba la música", aclara.
Tras salir de cuarto medio ingresó a la universidad de Playa Ancha para hacer realidad su sueño: estudiar Pedagogía en Música.
"Me gusta la pedagogía, me gusta enseñar y eso es muy bonito. Yo quiero ejercer como profe y también dedicarme a tocar. Sería ideal", confiesa.
Lo cierto es que este año esta santodomingana tuvo que congelar sus estudios por varias razones.
"Más que un tema económico es un tema con la universidad. No sé si quiero seguir ahí. A veces se enseña todo muy rápido o muy resumido y a mi gustaría que se enseñara bien, como tiene que ser. Ahora igual estoy juntando plata para el próximo año, porque tengo que retomar los estudios", asegura.
Con respecto a la educación musical que se ejerce en los colegios y escuelas de nuestro país, tiene una opinión bastante crítica y asevera que se está educando a "niños cuadrados".
"En general hoy se le da muy poca importancia a las artes y las letras. Los niños están siendo educados muy cuadrados en su pensamiento. Las artes, la filosofía, las ciencias sociales permiten educar a estudiantes integrales, menos cuadrados, con pensamiento de diferente índole", reflexiona.
-¿Un profesor de música qué objetivo tiene con respecto a sus alumnos, que domine un instrumento al salir del colegio, por ejemplo?
-No sé si eso precisamente. Acá es difícil medir eso, porque acá hablamos de talento y eso no se puede medir porque cada uno tiene diferentes talentos.
-¿Y entonces qué se puede medir?
-El esfuerzo que un niño o joven realiza. Cuánto empeño le pone. Lo que sí uno busca, o yo buscaré en mis alumnos, es que sepan de música, que aprendan a leerla y que puedan tocar un instrumento. El cómo, no sé todavía; pero sí que sepa desenvolverse con un instrumento. Lo ideal es que todos los niños sepan de música, filosofía, historia, matemáticas, castellano, etcétera, pero que sepan.
Hoy su proyecto musical se llama "Equinoccio", un grupo conformado por Patricia Merino (guitarra), Yennifer Botró (violín), César Toro (percusión) y la propia Ximena en el violonchelo. Todos cantan.
"Nos formamos hace súper poco. Como dos meses, pero ya hemos estado tocando en algunas peñas y en bares. El último fue en el Piedra Roja, en avenida Chile, donde nos presentamos varios artistas de la zona en un proyecto musical que se llama Marea, que reúne a los artistas independientes de la zona", culmina para luego seguir llenado de música la vereda de calle Providencia.