Tras las huellas del misterioso león que se pasea de lo lindo por las calles de El Tabo
No fue fácil dar con "Leocrón", el felino que desde hace unos meses transita como Pedro por su casa por distintos puntos del Litoral con el objetivo de sacar una sonrisa sin pedir nada a cambio.
Estimado lector, no me gustan las historias en primera persona donde uno escribe como si esto fuera un diario de vida. Lo admito en el primer párrafo. Sin embargo, esta historia no sería la misma si omito la cadena de errores y malos entendidos que estuvieron a punto dejar en el olvido el dato de un león suelto en las calles de El Tabo.
La primera alerta la recibí el 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos, en el Cementerio Parroquial de San Antonio. Un vecino de Las Cruces, quien permanecerá en el anonimato, se acercó mientras buscaba la tumba de mi abuela materna para contarme "una papita", según dijo.
"Anda un león suelto por las calle del Litoral", contó el anciano. Lo quedé mirando con cara de espanto. En realidad, espero que esa haya sido mi expresión y no una que reflejara mi pensamiento. "Qué se habrá fumado este caballero", fue lo más suave que se me pasó por la mente.
El sujeto se alejó minutos después. Entendió que no estaba en el campo santo ejerciendo como periodista, sino que como cualquier ciudadano que buscaba compartir un momento a solas con mí ser querido.
Pasaron al menos cinco días y no me acordé del dato. No pocas veces llegan historias disparatadas a la redacción. Muchas personas acuden a nuestras oficinas con noticias que solo existen en sus cabezas. Cómo olvidar al hombre que quería que un periodista fuera a Costa Rica para investigar por qué los servicios de inteligencia de Estados Unidos lo estaban persiguiendo en nuestro país. Nada tenía sentido. Este dato tenía ese mismo aliento.
Hace una semana llegó la segunda alerta. Más bien, una llamada. Era el mismo hombre del cementerio reiterando que había visto a un león caminando por Las Cruces. Aseguró que el felino se paraba en dos patas y que le había tomado hasta fotos.
"A ver, mande una para ver si es verdad", respondí haciéndome el "chorizo".
En cosas de segundos la instantánea estaba en el teléfono móvil. El hombre tenía toda la razón. Un león de larga melena y parado en dos patas había sido captado transitando como Pedro por su casa por el balneario de la comuna de El Tabo.
Cazar al león
Ahora había que hacer una tarea aún más complicada: cazar al rey de la selva.
A estas alturas está claro que no se trata de un mamífero como los de Discovery Channel, sino que de un hombre disfrazado.
El misterioso personaje no tenía nada de agresivo como se podría pensar. Por el contrario, era más amigable que un gatito.
-¿Cómo te llamas?
-Leocrón, respondió contento.
De ahí en adelante todo fue amistad. Desconozco si es pariente de algún famoso como "El rey león", o ese feroz animal que rugía al comienzo de las películas de Metro Goldwyn Mayer. No llegamos a hablar tanto.
Fantasía
Leocrón es el nombre del personaje de ficción de un hombre de 33 años avecindado en Las Cruces desde 1996. No quiso revelar su nombre para evitar el bullying y mantener la fantasía.
Hace pocos meses que decidió salir a las calles con una única misión en mente: dar alegría a la gente.
Entrevistar a un león no es cosa fácil, pero esto es lo que dijo entre rugido y rugido.
-¿Qué tanto se puede saber de la persona detrás del disfraz?
-No mucho en realidad. Me gustaría mantener la privacidad.
Después de varios intentos no accedió a entregar mayores antecedentes, pero ¡qué diablos! Estaba conversando con un león.
Dijo escuetamente, que es un aficionado a los videojuegos y que navegando por internet se encontró con una comunidad que le permitiría cumplir con el sueño de toda la vida, transformarse en Leocrón.
-¿Cómo partió toda esta fantasía?
-Siempre me gustaron los leones, desde que era un niño. En ese tiempo ya me andaba disfrazando y haciendo ruidos.
-¿Intentabas gruñir?
-Algo así, pero eran cosas de niños (risas).
-¿Y cuándo nace Leocrón?
-Ese nombre lo tomé de una carta de Mitos y Leyendas. Por ahí empecé a armar mi personaje, pero claro, aún no salía a la calle.
-¿Qué te hizo tomar la decisión de disfrazarte y salir a mostrarte?
-Tuve un sueño. En él me había transformado en un león, tenía las garras, tenía los sonidos, la cara, todo. Nunca lo voy a olvidar.
Solo alegrías
El sueño fue una revelación para él. Al poco tiempo comenzó a elaborar un traje con una costurera de Llolleo y se atrevió a dar su primera caminata por las calles cercanas a su domicilio.
Se inspiró en lo que hacen los integrantes de la comunidad "Furry Fandom", que al igual que él, se visten de un animal que los identifica para recorrer distintos espacios públicos.
Suena un poco loco, pero por el contrario, el gesto solo busca alegrar a la gente.
"Nuestro único propósito es entretener sanamente", afirma Leocrón, quien asegura que no piden dinero por compartir con los niños.
"No pedimos nada. No es como esas personas que andan por la calle sacándose fotos y que piden una colaboración voluntaria. Esto es sin solicitar nada a cambio", reitera.
- ¿Cómo es la recepción de la gente cuando te ve?
-Súper buena. Los niños se tiran encima, la gente grande me abraza. Todos se vuelven locos.
-¿Algún amargado te habrá tratado mal?
-Sí, igual me ha pasado que me han dicho algunas palabrotas, pero creo que es porque no entienden de qué se trata.
-Y si no me ha quedado claro hasta ahora, ¿de qué se trata esto?
- Fácil. Es gente que se viste como el animal que mejor les identifica, que más les gusta o su animal interior si se quiere llamar, y sale a repartir alegrías. Tan sencillo como eso. Repartir buena onda y dar alegría no tiene costo. Sonreír y pasarlo bien tampoco.
-¿Es algo así como un hobby?
-Es mucho más, es lo que me hace feliz.