La increíble historia de amor que comenzó en Tailandia y se consolidó en San Antonio
Sawaporn Sintu y Leonardo Moraga se conocieron en un restaurant en el sureste asiático y se enamoraron a primera vista. Ahora viven en la comuna puerto y atienden su propio local, donde ofrecen comida italiana y tailandesa.
Cuando hay amor del bueno, se nota. Es por eso que cuando Sawaporn Sintu (62) y Leonardo Moraga (63) están juntos, se crea una sensación de armonía plena.
Esta hermosa pareja de emprendedores, que hace poco abrió la cafetería Rosa Blu, en calle Lautaro 1408 (esquina Orella), se sienta cómodamente en las sillas que se encuentran en el centro de su local. Ambos se disponen a rememorar el momento en que sus vidas cambiaron para siempre.
A primera vista
Algunos creen que el amor a primera vista no existe, pero Leonardo no tiene dudas: para él sí es real, ya que el destino puso frente a sus ojos a la mujer de su vida cuando cumplió los 50 años.
"Estaba de paso por Tailandia con algunos compañeros por motivos de trabajo cuando entramos a un local de comida", parte contando Leonardo con alegría.
Cuando pasó el umbral de la puerta sus ojos observaron a la bella Sawaporn al otro extremo del local, e inmediatamente quedó prendado de ella.
"Todos mis compañeros se fijaron en ella, pero solo tuvo ojos para mí", aclara el enamorado.
Mientras Leonardo relata cómo Cupido lanzó su flecha, Sawaporn interrumpe para agregar que "yo no me enamoré a primera vista, me enamoré ciegamente".
Esta tailandesa recuerda ese día e indica que cuando Leonardo llegó con sus amigos, no pensó nunca que era chileno. "Ellos hablaban italiano y parecían italianos", rememora ella.
Y cómo no. A este grupos de hombres se les había "pegado" el acento al estilo de Iván Zamorano.
"Típico chileno", agrega Leonardo mientras indica que "mis amigos entraron como si fueran italianos, pero yo no tanto".
Como ya le había echado el ojo a Sawaporn, el siguiente paso era establecer alguna conversación interesante. Fue en ese momento en que Leonardo le comentó que provenía de la tierra de la chicha y la empanada.
"Le dije que era de Chile y ella no tenía idea dónde quedaba nuestra país", narra riendo.
Para evitar confusiones le mostró en el mapa la ubicación exacta, pero no hubo forma de que ella relacionara a Chile con alguna cosa o situación.
-¿En serio, Leonardo? ¿Ella no sabía de los moais, del pisco, del desierto más árido del mundo o, por último, de los terremotos que ocurren en Chile?
-No, absolutamente nada. Lo que pasa es que a uno siempre le enseñan que Chile es conocido por todo el mundo, pero cuando estás afuera te das cuenta que viviste en una burbuja.
Por otro lado, durante la conversación en el restaurant tailandés, Leonardo supo que Sawaporn era la dueña del local y que al igual que él estaba buscando a alguien que llenara su corazón.
Transcurrió un mes desde el inicio de la relación cuando Leonardo sintió en su interior que debía dar el siguiente paso y pedir la mano de su amada.
-Definitivamente, usted no pierde el tiempo...
-No, jajaja. Es que si no me casaba con ella, no se habría venido conmigo a San Antonio.
Así, luego de seis meses de ese primer encuentro en el restaurant, ya eran marido y mujer, e iniciaban una hermosa relación.
"Fue el destino, porque si él no pasaba por Tailandia, yo no estaría en Chile", cuenta Sawaporn.
-Leonardo, ustedes estaban separados y tenían hijos. ¿Qué opinaron ellos de esta nueva e inesperada relación?
-Nada, los hijos no se meten porque cada uno tiene su familia y no se incumben en nuestras decisiones.
Pero quienes sí se entrometían eran los amigos de Leonardo. "Les conté que me iba a casar con una mujer de 50 años y todos me dijeron que seguro era una vieja, pero cuando la vieron, todos quisieron tener una vieja como la mía", afirma a carcajadas.
Muchos pensaban que por ser de países diferentes no iban a compatibilizar. "Algunos auguraban poco tiempo", asegura Leonardo. A pesar de todo, el tiempo ha demostrado otra cosa.
-Sawaporn, ¿cuáles son las costumbres diferentes entre ambos países?
-No, casi nada, solo que él tiene la mentalidad como chileno: deja todo para mañana.
Cafetería Blu
Luego de residir unos años en Tailandia se vinieron a vivir a Chile, aunque no exactamente a San Antonio.
Estos patiperros primero pasaron por Tocopilla, Antofagasta y La Serena, y en cada lugar armaban su restaurant de comida italiana y tailandesa.
"Cada cuatro años nos cambiamos de un lugar a otro. Para nosotros es mucho más difícil, ya que teníamos que empezar de nuevo con nuestro local", señala Sawaporn.
-Leonardo, ¿y cómo llegaron a San Antonio?
-Es que por mi trabajo en el puerto debo cambiar de lugares cada cierto tiempo y el último lugar antes de jubilarme era San Antonio, así que decidí que sería mi última estación.
La pareja cuenta que hace dos años empezaron a construir su casa y local, ya que San Antonio era el lugar que más le gustó a Sawaporn.
"Hace seis meses terminó la construcción y decidimos abrir el café", cuenta ella.
El lugar es acogedor y muy armonioso. En la carta los dueños ofrecen productos de cafetería y menú de almuerzos para degustar los mejores platos de Italia y Tailandia.
"Todo es muy rico y estamos esperando que la gente nos venga a conocer", indica Sawaporn.
El horario de atención es de lunes a domingo de 13 a 22 horas.