La pregunta de la semana ¿Cree que Conaf debería asesorar a todos los vecinos de zonas rurales afectadas por incendios?
Si 94%
No
6%
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Las noches de verano, de vacaciones, son ideales para extender la fiesta hasta tarde. Son muchos los jóvenes que extienden sus "carretes" y consumen, especialmente, bebidas energéticas para seguir bailando y disfrutando hasta altas horas de la noche.
Las bebidas energéticas son productos que no contienen alcohol, generalmente están gasificadas y compuestas básicamente por cafeína, azúcares, aminoácidos (taurina), vitaminas, sales minerales, extractos vegetales, conservantes, saborizantes y colorantes. Han sido diseñadas para brindar vitalidad al consumidor cuando necesita esfuerzos extras, físicos o mentales.
Sin embargo, hay una luz de alerta frente al consumo de éstas. La asociación de cafeína y alcohol reduce los efectos depresores de este último en el sistema nervioso central. Por lo tanto, la persona percibe menos la embriaguez y bebe mucho más, esto aumentaría la probabilidad de una intoxicación por alcohol sin los síntomas característicos, ya que éstos se enmascararían.
Entre los efectos de la cafeína contenida en estas bebidas energéticas, complementa el químico farmacéutico y profesor de toxicología, está el aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, incremento del flujo sanguíneo hacia los músculos y disminución del flujo sanguíneo hacia la piel y órganos internos, además de promover la liberación de glucosa por parte del hígado. La cafeína, así como el alcohol y la taurina aumentan la diuresis, provocando deshidratación y pérdida de sodio.
Es importante reforzar en la población que beber en exceso es dañino y peligroso para la salud. El exceso de alcohol es nocivo por sí mismo, pero más aún cuando está asociado con bebidas energéticas.
Fernando Torres
Director
Escuela Química y Farmacia
U. Andrés Bello