Los mejores consejos para comprar bueno y barato en la ropa americana
Las prendas más convenientes se encuentran los fines de semana en las ferias de Tejas Verdes y 30 de Marzo, pero se debe ir bien temprano y con bastante tiempo.
En los últimos años el negocio de la ropa americana ganó bastantes clientes y San Antonio se transformó en un lugar propicio para encontrar verdaderas gangas. Eso sí, hay que ir bastante temprano a comprar, porque son cientos -o miles- los clientes que van a las ferias libres de la comuna a buscar aquella prenda especial que necesitan.
"En los fardos viene ropa hasta de diseñadores. Por ejemplo, se pueden encontrar prendas que a lo mejor fueron usadas en pasarelas o en una fiesta. ¿Cuándo más vas a tener la posibilidad de comprarte un vestido Oscar de la Renta o un chaleco Zara? Aquí la puedes comprar barata y en buen estado. Hay chaquetas Adidas y Nike, que en la tienda valen 25 o 50 mil pesos y acá se encuentran a 5 o 10 mil pesos, y son cosas verdaderas, ciento por ciento originales, no pirateadas", cuenta Soledad Ugarte, una de las microempresarias que trabaja con ropa americana en las ferias sanantoninas.
Hay muchas personas que los sábado o los domingo madrugan para estar en las ferias de Tejas Verdes o de la 30 de Marzo justo en el momento en que abren los fardos y así poder quedarse con las mejores opciones y ofertas. Una vez en el puesto, hay que buscar muy bien, en lo posible con ojo de lince, entre los altos cerros de ropa. O, como dicen las vendedoras, "hay que saber mirar".
Con 10 mil pesos se pueden comprar fácilmente un par de chalecos, una chaqueta (de marca) y a lo menos un par de pantalones. Hasta vuelto queda si se sabe buscar bien entre lo que se ofrece.
Comprar en la ropa americana de las ferias es una actividad en la que se pueden ir horas, por lo que hay que disponer de tiempo, paciencia y ganas de encontrar lo que se está buscando.
Mal mirado
"Al principio también era como un boom, pero ahora se esparció y hay más gente que vende. Existe mucha competencia en este negocio y por eso decayó un poco", comenta Claudia Pardo, otra de las comerciantes, que lleva más de 21 años trabajando con el vestuario usado.
Los clientes
La ropa americana se hizo bastante popular desde fines de los '90, porque se transformó en una opción que cumple con las tres B: buena, bonita y barata.
Por lo mismo, la clientela que compra en las ferias este tipo de ropa es bastante variada. "Viene gente de mucha plata a comprar acá, famosos también, porque se encuentran verdaderas gangas y casi nuevas, solo que hay que tener paciencia porque hay que saber buscar", explica Susana Aroca, otra de las microempresarias que lleva más de dos décadas en el rubro.
"La gente que tiene más plata es la que más compra este tipo de ropa porque es más económica, sobre todo la de marca", opina Sandra González, quien trabaja hace más de 30 años junto a su familia vendiendo ropa americana en la feria.
Pero no solo destacan los clientes con muchos recursos, porque Claudia Pardo también tiene una gran cantidad de clientes que son de fuera de San Antonio. "Acá viene mucha gente de lejos, de Algarrobo y de hartas partes, sobre todo los fines de semana largos viene mucha gente de Santiago. Incluso tengo varias clientas de Viña que vienen a comprar acá, porque hay mucha variedad, más que en otros lados. Si viene gente de Santiago, dicen 'vamos a tal parte', porque se conocen, saben los datos de la señora tanto que vende carteras, buzo u otra cosa", recalca Pardo.
"En la feria se cubren las necesidades de todo tipo de clientela y compran de todos los géneros y todas las edades. Antes la gente compraba y andaba como media escondida, pero ahora le ha dado el valor real a la ropa americana. La gente dice: uno va a las tiendas y andan todos vestidos iguales; en cambio, en la feria es ropa exclusiva", recalca Soledad Ugarte.
Esto fue respaldado por una de las clientas que estaba comprando el sábado en uno de los puestos de la feria de Tejas Verdes. "Hay ropa de la misma calidad que en las tiendas y por poca plata", señala tímidamente la sanantonina María Escobar.
De todo
Cuando comenzó el negocio de la ropa americana los productos que más se vendían eran los polerones, las chaquetas y los chalecos; sin embargo, con el pasar de los años, el mercado se diversificó.
"Mi fuerte es la lencería de marca, como Victoria's Secret, Calvin Klein", señala Soledad Ugarte.
En tanto, Claudia Pardo destaca que en su local hay todo tipo de bolsos y carteras, mientras que Susana tiene chaquetas y zapatos de temporada.
Cómo funciona
Vender ropa americana es bastante más difícil de lo que parece. "Todos los lunes voy a Santiago a buscar la mercadería, pero el día martes la abrimos a medida que va saliendo", detalla Sandra González.
En cambio, Susana Aroca cuenta que "voy a comprar los fardos a Santiago. Vendemos calzado, ropa de hombre y todo de primera calidad. Hay harta ropa de marca, pero es un negocio súper sacrificado. Tenemos polerones de marca que parten en los dos mil pesos. En San Antonio se trae de todo un poco, de primera, segunda o tercera categoría, porque hay que tener para todos los gustos y bolsillos. Yo selecciono y plancho todo antes de venderlo por la presentación, porque viene todo limpio".
Para Claudia Pardo, el sistema varía un poco, principalmente por la mercadería que compra. "Voy a Santiago los días lunes, aunque encargo los días domingo, porque tengo un proveedor que trae y me guarda. Partí con ropa americana, pero ahora el fuerte son correas, carteras y todo eso", señala la comerciante.
"Hay mucha gente a la que le gusta más la ropa americana que la china. La gente dice "yo la lavo un poquito y listo", finaliza Soledad.
Aunque los locales de ropa americana en las ferias sanantoninas hoy se llenan de clientes, "antes era muy mal mirado que la gente comprara la ropa usada. Muchas personas se escondían para que nadie las viera. La gente era clasista en ese sentido, era mal visto. En cambio ahora, la gente mira la ropa americana distinto, porque se dio cuenta de que hay calidad a un bajo costo, porque si vendemos algodón, es 100 por ciento algodón", afirma Soledad, quien lleva más de 15 años con su negocio.