Adultos mayores pasan agosto bailando al ritmo de los años 60
El Grupo Cero se reúne una vez al mes para hacer un malón, donde reviven sus tiempos de juventud.
Último sábado de agosto, la cumbia suena fuerte y las parejas no paran de bailar en el Club Unión Católica. Un grupo de alrededor de 50 adultos mayores celebra la junta mensual del Grupo Cero, integrado por personas que con sus más de seis décadas quieren seguir pasándola bien con sus amigos.
Pronto finaliza agosto, y a ellos, entre rock and roll, tango y twist parece no importarles. El animador del malón, Marcial Rojas, bromea con una de las asistentes sobre si va a pasar el temido mes, la señora responde confiada que ya pasó agosto. Todos aplauden y ríen.
Los chistes, risas, alegría y compañerismo es lo que destaca en el grupo, que nació hace cinco años en San Antonio.
Marcial Rojas, locutor de radio Integración, es uno de los pioneros de esta fiesta. Él cuenta que la idea nació de personas que habían pertenecido a distintas agrupaciones de la zona, quienes decidieron partir de cero y formar una nueva asociación, bautizada simbólicamente como Grupo Cero.
El malón se realiza el último sábado de cada mes y comienza a las 22 horas. Los asistentes llegan con bebidas y comida a la sede, como en los antiguos malones.
En la entrada pagan una cuota de mil pesos, para solventar el arriendo del local, y luego se ubican en las mesas alrededor de la pista de baile, donde siempre se puede ver a parejas bailando al ritmo de la música de los años 60.
"Yo creo que muchos de los que estamos acá esperamos este día para juntarnos, porque en San Antonio ¿dónde? No hay un lugar donde los adultos vayamos a entretenernos y bailar la música que nos gusta", explica María Serrano, una de las pioneras de este encuentro.
Guillermo Miranda, melipillano y jugador del San Antonio Unido en los años 70, viaja desde hace cuatro años, junto a su señora y amigos, para disfrutar de este encuentro. "Antes nos dedicábamos a criar a los niños y que pudieran crecer bien. Ahora ya nos damos algunas licencias, porque de lo contrario estaríamos en la casa agarrándonos a cabezazos o refunfuñando. Hay que distraerse, pasarlo bien", señala el ex futbolista.
La terapia
La mayoría de los adultos mayores suelen definir el alegre encuentro como una terapia.
"Aquí se olvidan de sus enfermedades y de sus achaques. Están en la edad del cóndor, con dolor aquí, con dolor allá, y la gente acá se olvida de todas esas cosas... Se recuerdan de sus tiempos de jóvenes, por eso es que es una buena terapia", explica Marcial.
Claudia Tobar, de 67 años, afirma que este encuentro "me ha servido porque tuve tres infartos cerebrales y un accidente cerebro vascular y me operaron de dos aneurismas. Estoy viva gracias a Dios. Este malón me sirve de terapia, porque la paso bien, el cariño que la gente me brinda cuando llego es muy lindo, es emocionante".
Durante la fiesta, que dura habitualmente hasta las tres de la mañana, se puede ver a un señor que no se pierde un tema y saca a bailar a todas. "Él es Juanito, que baila hasta el Himno Nacional", dice uno de los asistentes.
Juan Vergara señala que "esto me libera el alma, el espíritu y me siento más joven. Tengo 74 años y aquí estoy disfrutando. Yo no me pierdo esta ocasión".
Juanito estuvo internado con riesgo vital durante 38 días en Valparaíso, sobre eso recuerda que "pasaban los días y yo sabía que acá tenían baile. Quisiera estar allá bailando, decía, y estaba lleno de inyecciones y cuestiones raras. En mi familia se reían, pero no saben lo que uno siente; perderse esto es fatal para mí".
"La gente acá se olvida de todas esas cosas, se recuerdan de sus tiempos de jóvenes, por eso es que es una buena terapia","