Rodrigo Ogalde
De gustos simples, a Nicanor Parra no se le conocieron excentricidades, quizás la única que tenía era su afán de pasar lo más desapercibido posible y de no asistir a los homenajes que le hicieron.
La sanantonina Paola Medina y su pololo Williams Rebolledo tenían la idea de conocer a Parra. "En agosto del año 2017 fuimos a verlo. Siempre íbamos a Las Cruces porque sabíamos que a las dos de la tarde él salía a tomar el sol y pasábamos a esa hora por fuera de su casa. Un día lo encontramos sentado tomando el sol, le preguntamos si podíamos entrar y él nos hizo un gesto con la mano para que ingresáramos".
Dentro de la residencia del antipoeta, la pareja de sanantoninos vivió un momento único. "Fue muy emocionante porque nos sentamos en el piso junto a él y nos contaba sus historias con Pablo Neruda, experiencias y anécdotas que había vivido con él", rememoró Paola.
Agregó que Parra les confesó que recordaba a un antiguo amor, una mujer que ya había fallecido y que era oriunda de Concepción.
"Yo le tomaba las manos, lo besaba y le daba las gracias por estar compartiendo con él, pero don Nicanor no entendía por qué hacíamos eso si él pensaba que era uno más, que no tenía nada de extraordinario", relató Paola Medina.
El helado
En medio de esa cita con el escritor, la persona que estaba a cargo de su cuidado les contó que a Parra le gustaba tomar el más simple de los helados.
"Partimos a comprar Chocolito y nos tomamos esos helados con él y la mujer que lo cuidaba. Estábamos felices conversando de la vida, él nos hacía muecas y nos hablaba más cosas que hacía con Pablo Neruda. Se reía de todo. En su casa había una gatita. Nos dijo que se tomaba dos copas de vino al día, fue muy amable".
Según esta sanantonina, Nicanor Parra estaba muy agradecido "de que personas comunes y corrientes" fueran a verlo y dialogaran con él.
"Yo le contaba chistes y él se reía mucho. Haberlo conocido fue maravilloso. Logramos sacarle una foto tomando Chocolito, a pesar de que las fotografías estaban prohibidas al interior de la casa. Me impresionó que tenía mucha fuerza en sus manos, espiritualmente se veía muy alegre", detalló.
Ayer, mientras corría para hacer ejercicios, Paola recibió varias llamadas telefónicas de amigos que querían contarle que Parra había muerto. "Sentí pena porque no pude estar nuevamente con él, pero también siento que ya era suficiente para él porque cuando estuve en su casa lo vi que estaba muy cansado y tenía que descansar", reveló esta sanantonina que está radicada en la comuna de Algarrobo.
5 Nicanor Parra nació el 5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alico, una localidad cordillerana ubicada en la provincia de Ñuble.