La familia murguera del Barrio Chino despidió entre aplausos a la querida " Negrita" Leiva
Cientos de personas concurrieron a la liturgia fúnebre de Oriana Leiva realizada en la parroquia de San Antonio.
Los tambores del Carnaval de Murgas y Comparsas, que tantas veces han sido la música que alegra los veranos del puerto de San Antonio, ayer se transformaron en la banda sonora de uno de los momentos más tristes del Barrio Chino.
La murga de este sector -ubicado entre el Puente Arévalo, Balmaceda y Centenario- acompañó hasta la parroquia San Antonio de Padua el féretro de Oriana Leiva, quien falleció la madrugada del domingo en un accidente vehicular en Santiago.
Allí fue homenajeada por cientos de personas en una liturgia fúnebre. Estaba acompañada por casi todos sus vecinos, sus amigos y familiares. Solo faltaban dos personas: su marido Gabriel Escalante y su hijo Matías.
El primero perdió la vida junto a su esposa en el mencionado incidente y fue sepultado en Santiago; el segundo, también involucrado en el impacto entre un Uber y un auto, sigue internado en un centro asistencial de la capital. Está estable y fuera de riesgo vital.
La ceremonia encabezada por el diácono Vicente Ubilla Acosta emocionó a todo el mundo. Ayer, mientras más fuerte se cantaba el himno del Barrio Chino o mientras más fuerte sonaba el bombo, más intensas eran las ganas de llorar. Casi nadie se salvó de las lágrimas. Los restos de Oriana entraron y salieron del templo con aplausos y la música de murga.
Griselda Alarcón, conocida como "Chelita" y madre de la fallecida, resistió estoica. Confesó haberle "pedido de rodillas a Dios" entender lo que estaba pasando, porque "el dolor es muy grande".
"Se me ha ido la rosa más preciosa que tenía", contó al agregar que "era una persona llena de luz, una mariposa (…) que ahora está volando en paz".
Recordó que para el Día de la Mujer la llamó por teléfono y le dijo: "tú eres mi mujer fantástica".
"Era mi hija y mi madre. Era el sostén de todos, de todas, de sus tías, de sus sobrinas, de sus primas", resaltó.
A nombre de la familia agradeció el cariño y las oraciones hechas por los dos fallecidos en la tragedia.
Pidió seguir orando por Matías, de 23 años, quien es el único sobreviviente de la colisión. "Si Dios lo dejó en esta tierra es porque es alguien especial", agregó la mujer frente a la multitud envuelta en lágrimas.