Julio Donoso

Cada Copa del Mundo es una nueva oportunidad para que Brasil cumpla con las expectativas que recaen sobre el eterno candidato para conquistar el trofeo más anhelado del planeta.

Sin embargo, desde hace 16 años, con el título en Corea y Japón 2002, la canarinha no ha conseguido estar a la altura de lo esperado, siendo el fracaso más grande lo hecho en su propio Mundial en 2014, donde la goleada de 7-1 propinada por Alemania en semifinales aún sigue latente como un recuerdo tremendamente doloroso para los pentacampeones.

De cara a Rusia 2018, no obstante, las esperanzas parecen haber sido renovadas para la selección brasileña, que, de la mano de su entrenador Tite, ha experimentando un alza sostenida en su nivel después de las decepciones de la pasada Copa del Mundo, la Copa América de 2015 y su versión Centenario, en 2016.

Su camino por las eliminatorias sudamericanas fue bastante cómodo, finalizando como líder con 41 puntos y clasificando a Rusia con varias fechas de antelación. Solo sufrió una derrota, al comienzo del proceso ante Chile, en Santiago, aunque con Dunga todavía como seleccionador.

Precisamente el cambio de Dunga por Tite parece haber sido el punto de inflexión para que los verdeamarelos recuperaran su confianza y su tradicional alegría sobre el campo de juego.

Así también lo cree Dani Alves, que se perderá el Mundial por lesión, y quien en una carta reveló sus sensaciones tras conocer la noticia que lo privará de viajar a Rusia. El jugador aprovechó para recalcar la importancia que ha tenido el nuevo técnico para la selección.

"Confío en que este equipo pueda ganar el título. Tenemos el talento y las estrellas, pero, lo más importante, tenemos un maestro. Tite ha sido capaz de crear un ambiente increíble desde que tomó el equipo, y le mostró a los jugadores que no debemos ser solistas. Debemos estar en perfecta armonía para alcanzar nuestros sueños", dijo el lateral.

Justamente, quizás para mantener la cohesión del conjunto, el entrenador brasileño decidió no aguardar por el plazo límite estipulado por la FIFA (4 de junio) y decidió anunciar con anticipación la nómina definitiva de los 23 jugadores que dirán presente en la Copa del Mundo.

Está recuperado

En una lista sin muchas sorpresas, la principal incertidumbre que se mantiene para el debut en Rusia, el 17 de junio frente a Suiza, es la condición en que llegará su máxima estrella, Neymar, de 26 años, quien vive la etapa final de su recuperación, tras una fisura del quinto metatarsiano del pie derecho que sufrió en febrero y que le impidió jugar por el resto de la temporada en el PSG.

La situación del ex Barcelona igualmente es alentadora, pues ya ha vuelto a entrenar con balón y seguramente estará disponible para los amistosos que Brasil disputará ante Croacia, el 3 de junio, en Liverpool, y Austria, el 10.

Pese a confesar recientemente que "nadie está más ansioso que yo por volver y nadie tiene más miedo que yo", para Neymar y la canarinha, lo que más preocupa no es una recaída de su lesión, sino el nivel de juego que mostrará en Rusia, debido a que su último partido fue el 25 de febrero por la Ligue 1 ante el Marsella.

Sin embargo, un punto favorable para el atacante es que en esta oportunidad llega a la Copa del Mundo con un mayor grado de madurez, tanto personal como sobre la cancha, a diferencia de Brasil 2014, cuando tuvo que asumir la responsabilidad, con tan solo 22 años, de guiar a una inestable y presionada selección que buscó el hexacampeonato en su propia casa. De hecho, ya piensa en la copa y en su cuenta de Instagram escribió "haré lo imposible para tenerte en mis manos. ¡Hacia la gloria, hacia el Hexa!".

Esta vez, a miles de kilómetros de Brasil, Neymar nuevamente será la figura del gigante sudamericano y el encargado de liderar al equipo, pero ahora lo hará con mucha más experiencia.