Devastador diagnóstico: cambio climático cambiará para siempre al Litoral Central
Estudio advierte sobre las alteraciones que habrá en el campo, las playas y las lluvias en la zona.
Los efectos del cambio climático llegaron a San Antonio para quedarse. Las teorías, que hace unos años solo parecían alimentar la mente apocalíptica de Juan Andrés Salfate, empezaron a cumplirse con devastadoras consecuencias para los ecosistemas y habitantes de nuestro país.
En la Región de Valparaíso ya se constituyó un comité integrado por distintas instituciones de Gobierno con el objetivo de estar preparados para convivir con un entorno cada vez más adverso.
Trabajan sobre la base de un estudio encargado por el Ministerio de Medio Ambiente que proyecta en detalle cómo cambiarían todas las comunas de aquí al 2050.
El análisis concluyó que la Quinta Región sería la más afectada y, por supuesto, la provincia de San Antonio también será parte de esas alteraciones, que serían principalmente un aumento progresivo en las temperaturas y en el nivel del mar.
Para la comuna puerto, además, se proyecta un incremento del calor en los meses de verano, especialmente en enero.
En promedio, en los próximos treinta años, el termómetro marcará dos grados más, pasando de los 24,6 a los 26,7. En el interior, es decir en localidades como Cuncumén, las alzas serían aún mayores.
A simple vista dos grados parecen poco, sin embargo, serían fatales para las reservas de agua, los animales que viven cerca de ellas y la agricultura.
MENOS LLUVIAS
A eso se suma que las precipitaciones declinarán cada vez más. De acuerdo a la investigación, en San Antonio caen en promedio 495 milímetros de lluvia cada invierno. En 2050, esa medición bajaría hasta los 380 milímetros, haciendo casi imposible la recuperación de las fuentes superficiales del recurso.
Este fin de semana, en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) se llevó a cabo el taller de inicio al "Programa de Resiliencia Climática para el área Metropolitana de Valparaíso".
SEQUÍA
Su misión es apoyar a los municipios de Valparaíso, Viña del Mar, Concón, Villa Alemana y Quilpué para elaborar medidas para afrontar el cambio climático. Estas comunas son -por el momento- las más afectadas por la desertificación.
El codirector del programa y docente de la Facultad de Ciencias de la Upla, Antonio Ugalde, explicó que "tanto la Región de Valparaíso como la Región Metropolitana van a ir cambiando su clima hacia uno más árido, porque desierto está avanzando (hacia el sur)".
El profesional advirtió que en "los últimos años hemos vivido una sequía muy intensa. Investigadores de la Universidad de Chile la denominaron como la 'megasequía', porque ha sido la más intensa, prolongada y extensa en toda la historia de Chile".
Marejadas
En 2017 se registró la mayor cantidad de marejadas de los últimos 10 años en el país, según las estadísticas del Centro Meteorológico de Valparaíso de la Armada. Hubo 56 alarmas, once más que en 2016. El fenómeno sería provocado por el calentamiento global que produce más vientos y que ha incrementado el nivel del mar debido al derretimiento de los glaciares en los polos norte y sur.
"La Quinta Región mantiene un alza de 0,1 mm por año, sumando en la actualidad más de 6 mm de aumento", indica el estudio.
Las "marejadas anormales" también han incrementado peligrosamente. La Armada ha emitido treinta alertas durante 2018, once de ellas dentro de esta categoría.
Al mismo mes del año pasado solo se habían registrado seis "marejadas anormales".
INCENDIOS
Pero eso no es todo. Los incendios forestales, que han azotado con fuerza a la provincia de San Antonio, también serían un riesgo cada vez más latente.
"El cambio climático aumenta la probabilidad de incendios forestales, producto del incremento de la temperatura, el cambio en los vientos y una condición más seca del aire, el suelo y la vegetación", advierte.
MENOS VEGETACIÓN
De acuerdo a información proveniente desde la Seremi, el problema igualmente tendría consecuencias en la pesca, la vegetación, en los árboles nativos y en la salud humana. La degradación de los suelos en el secano costero de San Antonio y de la región provocaría una merma en la productividad de las viñas, la madera de pino y eucalipto.
A eso se suma la vulnerabilidad en que se encuentran varias especies nativas. El espino, algarrobo, litre, aromo, boldo y lingue podrían desaparecer de aquí al 2050, o en el mejor de los casos estarían a punto de hacerlo, si es que no se toman las precauciones necesarias para mitigar la deforestación.