Algarrobina se atrevió con los cactus para salir adelante
Flor de Cactus es el emprendimiento de Lilian Vásquez, quien llegó hace 17 años a nuestra provincia buscando una mejor calidad de vida para su familia. A continuación su historia.
La apacible y tranquila vida en el Litoral Central es un privilegio con el que contamos desde que nacemos en esta zona y un motivo de deseo de quienes buscan tener un día a día bondadoso que permita desarrollar la imaginación y fortalecer los procesos creativos. Por ese motivo, se ganó merecidamente el título de Litoral de Los Poetas, por ser una constante fuente inspiradora de gigantes como Pablo Neruda y Vicente Huidobro.
Apreciar cómo vibran los árboles con el viento, o cómo el mar salpica tras impactar una ola, o cuando la luz refleja con los ojos de una liebre al borde de la carretera, son consignas propias de nuestro litoral al cual muchas personas han recurrido para mejorar su calidad de vida y desde aquí aportar con sus conocimientos e inquietudes para enriquecer una zona que de por sí es rica en belleza natural.
Lilian Patricia Vásquez González es una mujer que llegó hace 17 años a la provincia, aburrida y cansada de la capital, pero principalmente como buena madre, sumamente preocupada por la seguridad de sus hijos adolescentes. Así, acordó con su marido, el escultor Jorge Nova, a trasladarse. Se pusieron de acuerdo, vendieron su departamento en la comuna de Cerrillos y encontraron en la costa central la paz que buscaban para ver crecer a los suyos.
La decisión no fue fácil, tener que inscribirse en un colegio y conocer a nuevos amigos, no fue bien visto por los menores, pero la decisión estaba tomada y en prácticamente un mes la vida les dio un giro de tuerca. "Nos decidimos a partir. Me empecé a preocupar mucho por la seguridad de los niños que en plena adolescencia, Santiago ya se estaba poniendo complicado y no quería que les pasara algo. No lo tomaron nada de bien, pero al mes ya estábamos viviendo en El Tabo y compartiendo nuevas experiencias. El resto de la familia nos cuestionó la decisión, pero fue la acertada. Pude ver crecer a los niños en paz y tranquilidad, conectados con la naturaleza que es algo que siempre me motivó. Aquí nació la más chica, Úrsula de 12 años, así que no pudo ser una decisión más que acertada", sostuvo Lilian quien en la capital además de ser madre y apoyar a su esposo en el negocio de impresión gráfica, escribió novelas y poesía.
Nueva y mejor vida
Partir prácticamente de cero no es fácil y significó una serie de esfuerzos que asumieron como familia pensando en el bienestar colectivo. Así fue como Jorge se sintió más motivado para seguir esculpiendo, los niños estudiando y Lilian se acercó al conocimiento en manualidades participando de un sinnúmero de talleres que la municipalidad ejecuta a lo largo del año para sus residentes.
"Al año de haber llegado comencé a participar de talleres que sigue dando la Municipalidad de El Tabo, aprendí muchas cosas, puede decirse que tengo experiencia en mosaico, vitrales y pinturas al óleo. Cuando Jorge participaba de ferias y exposiciones llevaba mis obras. Pero el tema de artesanía requiere una dedicación exclusiva y no siempre es bien recompensada, así que hace dos años decidí cambiar de giro y empecé con el vivero en mi casa".
Así fue como nació el emprendimiento Flor de Cactus, apoyado por el municipio algarrobino mediante el departamento Prodesal. Previamente, Lilian y los suyos migraron al norte de la provincia en busca de mejores expectativas.
-¿Cómo nace esta pasión por los cactus?
-Tenía una colección simple de cactus, mi amiga Claudia quien nos dejó tempranamente, tenía un cactario grande y en su último tiempo con nosotros me invitó a trabajar con plantas y con los cactus. Así fue como después de su partida, conocí a Amelia Velásquez, quien también era amiga de Claudia, y se convirtió en mi maestra. Seguí estudiando y conociendo más cosas hasta arriesgarme con el vivero que tenemos en casa que significó en un primer momento una gran inversión familiar. Debo tener más de cien especies, las que planto con mucho amor, porque más que ver una planta como un adorno, se trata de un ser viviente que necesita cuidado y atención. No se puede dar mucha agua o exponer al intenso frío o a los bichos porque la planta se muere. El tiempo que necesita para crecer y florecer es lo que más me atrae de todo esto. La naturaleza es sabia en todo.
-¿Cuál es la magia tras esta planta?
-Hay que saber hacer las diferencias, el cactus es la planta que tiene espinas y la suculenta la que no, pero ambas dan flor. Esta es la que me parece maravillosa y altamente generosa, porque de una hoja que pierde puede nacer una nueva, obviamente entregándoles las condiciones necesarias. Me fascina el proceso de una planta, sus tiempos, el cuidado que necesitan, por eso logré especializarme en dar un tratamiento completamente orgánico. Es lo que hacemos en la grupo de agricultores sustentables de Algarrobo, sin uso de pesticidas ni fertilizantes químicos, el proceso es más lento, pero la planta tendrá una vida más sana.
-¿Qué más le gusta del Litoral?
-Me conquistó la tranquilidad y la belleza tan extraordinaria. Puedo pasar del campo a la playa en cinco minutos, tener tiempo para compartir, socializar. En Santiago uno vive rodeado de edificios, estresado y apurado, acá es distinto, es un lugar ideal para criar a los hijos y a los nietos, como es mi caso. Muchos agradecemos el cambio de vida, te motiva a salir, conocer, explorar, estar en contacto con la tierra, el espacio, fotografío una puesta de sol desde mi casa, sin la necesidad de moverme y eso se anhela en otros lugares, donde la gente vive acelerada sin preocuparse por quien está a tu lado.
-¿Esa vida sustentable la replica a nivel familiar?
-Trato que así sea, los niños se criaron en este sistema y lo han entendido. Siempre fui extraña en ese sentido, no era de mall, tecnología ni comida rápida. La sustentabilidad era lo mío y me encontré un buen partner que me acompaña en todo. Acá con otros agricultores iniciamos un proyecto de cosecha sustentable, libre de químicos que en septiembre debería darnos lechugas y repollos, para alimentarnos sanamente y libre de enfermedad.
Hace poco mi amiga Paz me convenció de tomar agua de mar para permitir al cuerpo obtener todos los elementos de la tabla periódica que ningún otro alimento o bebida tiene. Es un alcalinizador del medio interno, nutriente celular, reconstituyente, cicatrizante, neutralizador de acidez estomacal y bebida antes de comer calma el apetito. Es la salvación del ser humano en el futuro.
Los interesados en conocer la gran variedad de plantas y cactus de Lilian, pueden acercarse de jueves a martes entre las 10 y 19 horas al vivero Flor de Cactus, ubicado en Nuevo Camino Costero, sector El Manzano, Algarrobo o llamando al teléfono 9 82971337.





