Recibió un "llamado divino" y se vino a El Quisco para abrir una radio
La radio Amiga cumplió este mes 13 años de vida. La estación que partió bajo el alero de la iglesia evangélica, hoy se ha abierto a toda la comunidad y es liderada por Óscar Calderón, su administrador, quien habló con El Líder sobre lo humano y lo divino.
"Dejé el sillón", dice Óscar Calderón cuando cuenta que abandonó una vida ejecutiva en Santiago y se vino a través de un llamado espiritual al Litoral Central. Pero su historia parte antes. Egresó del colegio en 1971 y fue la primera camada de estudiantes que "salieron del horno" como producto de la reforma educacional elaborada en el gobierno de Arturo Alessandri Rodríguez e implementada a partir de 1965 en la presidencia de Eduardo Frei Montalva.
Se casó joven. En 1972 entró a estudiar filosofía en el pedagógico, pero pudo mantenerse solo por dos años, pues debido al convulsionado estado del país y la necesidad de generar recursos, optó por ponerse a trabajar.
Así partió como junior en la Corporación Aseguradora Gremial, que era de los microbuseros. A través de amigos del fútbol llegó a la Sociedad de Comercio de Seguros para Sudamérica, donde relata que alcanzó a ser "subgerente general", hasta que en 1997 una fusión de la empresa lo dejó fuera del "sillón". Luego, en un par de años armaría su empresa en el rubro, con bastante éxito, pero recibiría un particular llamado.
-¿De qué jugaba en el fútbol?
-Era delantero.
-¿Partió como junior y llegó a un buen puesto?
-En ese tiempo había un espíritu de fortalecer las relaciones laborales de largo plazo, en el cual uno iba formando parte de un plan de sucesión, no como pasa hoy, que las relaciones son cortas.
-En 1997 vivía bien, tenía proyecciones, pero de un momento a otro cambia el viento...
-Cuando llega 1997, tenía un sueldo altísimo para la época, pero viene una fusión de la empresa, y en ese escenario se produce mi salida. Y yo que pensaba que tenía todo planificado para mi vida. En esos momentos se desarma todo.
El llamado
Óscar cuenta que en el año 1987 su hija ya le había "profetizado sobre un plan de Dios". Además, comenta las dos máximas que encontró mientras estudiaba filosofía: "mientras más investigo, más me acerco a Dios"; y que "el trabajador vive de su trabajo y el político del trabajador".
El año 1997 fue difícil para él. A su desempleo se sumó la soledad, por lo que decidió darse un tiempo sabático. "Con el fin de poner un poco de orden en mi vida, traté de restaurar mi matrimonio que había fallado en el año 1987 y empezar de nuevo", confiesa emocionado.
Agrega que "Dios tenía una idea distinta para mi vida. Al salir de la empresa me fui desvinculando de todos los contactos que tenía y como el año 2001, con todo mi capital, logré establecerme con una oficina propia" .
-¿Y cómo llegó al micrófono?
-Cuando me encontraba en ese proceso de querer reorganizar mi vida, me acerqué a la iglesia evangélica. Empiezo a asistir y a través de eso llegué al micrófono, primero para atender el teléfono de la radio (de la iglesia a la que asistía), hasta que me designaron para que sustituyera al alguien que faltaba en la radio Yungay (también ligada a la iglesia), en Santiago. Ese fue mi primer paso en esto de las comunicaciones, como en el año 2000.
-¿Cómo fue el llamado?
-En ese tiempo Dios me dijo son cinco años de éxito absoluto. Con mi oficina sobrepasé a todos los corredores de seguros, mientras en paralelo seguía desarrollando la labor con el micrófono, de siete a nueve de la mañana, en radio Yungay.
-¿Y cuándo se independiza de radio Yungay?
-En 2001, junto a un hermano de la fe que estuvo siempre conmigo, desde la primera iglesia, hasta hoy.
El fruto
Calderón detalla que en paralelo con sus primeros pasos radiales, comienzan a favorecerle las cotizaciones y le empieza a ir bien en los negocios, y que "alguien relacionado con seguros, me ofreció una cabaña aquí en El Quisco. Compramos esa cabaña, que hasta hoy es donde vivo, y comencé a acercarme a la radio local, en ese tiempo la radio Paraíso. Y arrendamos un espacio los días domingo, por lo tanto comencé a viajar los días domingo como a las 4.30 de la mañana para llegar al programa de 7.00 a 9 horas".
Pasado un año empezó a juntarse con personas que tenían la misma fe. Leían la Biblia y visitaban a personas de la zona. "Se fue formando el templo y en un momento decidimos dejar de arrendar la radio y tener la nuestra. Postulamos a dos concurso en la Subsecretaría de Telecomunicaciones para transmitir en El Quisco y Algarrobo, pero en los dos perdimos. Don Ramón Silva se adjudicó las dos frecuencias.
-¿Quién es Ramón Silva?
-Un empresario de las radiocomunicaciones, que ahora parece que está viviendo en Santiago, pero su hijo maneja una radio con alcance de Llolleo hasta Algarrobo.
-¿Y qué hizo entonces?
-Un día sábado, que era mi día de descanso, no sé qué fui a buscar a la oficina, cuando suena el teléfono y era el señor Silva que me estaba ofreciendo la radio. Nos pusimos de acuerdo en el precio. Al principio era de mínima cobertura y ahora su alcance es toda la comuna de El Quisco.
Apertura secular
Así, en julio de 2005 comenzaba sus transmisiones la radio Amiga, la que, según relata Óscar Calderón, llegó a tener emisoras repetidoras en Los Andes y varias de mínima cobertura en comunas como Peñalolén y Las Condes. En ese tiempo la oficina de seguros se había convertido también en la oficina de la radio.
-¿Y qué siguió?
-Empezamos repetir los programas de Santiago todos los días para El Quisco. Y se fue formando la iglesia, y se fue exigiendo que la radio comenzara a ser más profesional. Llegó un momento en que separamos todo lo que era la iglesia -como hace unos 5 años- de la parte de los negocios, o secular como le llamamos.
-¿Hace cuánto tiempo radio Amiga se administra de esa forma?
-Hace unos 5 años, cuando me vine a vivir acá. Así fuimos formando gente, dándole oportunidades a personas que son de la iglesia, que están cesantes, para que sean locutores, radiocontroladores, administrativos y también que se inserten en la comunidad.
-¿Por qué decidieron abrirse a la comunidad?
-Por un tema muy sencillo. Si nuestro mensaje está solo entre nosotros, no hay beneficio, por lo tanto, el hecho de que la gente secular se relacione con gente de la iglesia, nos permite dar testimonio de lo que estamos haciendo.
-¿Es muy cerrada la comunidad evangélica?
-Algunos lo ven como muy cerrado, pero hemos llegado a tener un Te Deum aquí... con la alcaldesa, los concejales y muchas organizaciones. Eso es porque nos perciben cercanos, ya que el concepto nuestro ha sido aportar, no pedir. Estamos disponibles para ayudar a toda la comunidad.
Sin fines de lucro
La programación de la radio Amiga es 24/7. Por lo general, de 9 de la mañana hasta las 20 horas con programación secular, como la llaman. "En los otros horarios aprovechamos de poner música evangélica y a veces también colaborar con otras iglesias que vienen y transmiten sus programas", afirma Calderón.
-¿Comercialmente es viable?
-Alcanza para funcionar. Acá no hay utilidades, de hecho somos una organización sin fines de lucro.
-¿Es un servicio social que se autofinancia?
-Exactamente. Y en la pasada tu vas formando gente, les vas pasando recursos y estás ayudando a la comunidad.
-¿Cuál es su programa hoy?
-"Por amor los jóvenes regresan hoy". Sigo los domingo, de 7 a 9 de la mañana. Se refiere a todas las personas que alguna vez estuvieron en las iglesias y ya no están.
Crisis de la sociedad
Óscar es claro al referirse a la crisis por la que actualmente atraviesa la iglesia católica y cree que "es un problema de todos los hombres de la fe, de los que creemos que tenemos alma, espíritu y que la cuidamos porque va a ser eterna".
-¿Cómo ve el futuro?
-La Biblia dice que en los tiempos finales habrá aumento de ciencia y que no nos asombremos acerca de los adelantos que habrá. Todos los adelantos tienen un buen propósito, pero se desvían cuando se convierten en un gran negocio. Los jóvenes están bajo mucha presión, están condicionados a dar respuestas rápidas.
-¿Eso qué puede generar?
-Crisis. Los jóvenes están solos, muy presionados en la toma de decisiones y con la obligación de que tienen que ser exitosos, no se acepta el fracaso. Yo le digo a los jóvenes que nací en una época de esfuerzo, de sacrificio y de saborear la recompensa.