La tía Lorena y su vocación de educar a los niños para la vida
Lorena Navarrete tiene una extensa trayectoria dedicada a trabajar con la primera infancia. Actualmente, es directora del Jardín infantil y sala cuna "Pececitos de Colores", donde ha salido adelante a pesar de difíciles momentos.
Cuando era tan solo una niña se despertó en Lorena Navarrete Pinilla el interés por dedicarse a la educación de los niños.
"La historia de cómo surgió mi vocación es sencilla. Tengo una hermana cuatro años menor y, como yo era la mayor, mi mamá me mandaba a buscarla al kínder del Liceo Santa Teresita. En ese tiempo trabajaba la tía Tomy, ella era una educadora muy amorosa y gentil. Yo la admiraba, porque tenía mucho feeling con los niños y eso me gustó. Las salas, los materiales y el ambiente educativo que había me encantaba", recuerda la tía Lorena, quien hace 18 años es la directora del Jardín infantil y sala cuna "Pececitos de Colores".
Motivada por esto, decidió estudiar Educación Parvularia. "Primero me formé como técnico en Educación Parvularia, porque mi familia no tenía el dinero para pagarme estudios fuera de San Antonio, por lo que asistí al Instituto Chileno Alemán", cuenta.
Luego de años ejerciendo, dio el siguiente paso en su carrera y estudió para ser Educadora de Párvulos.
En sus cerca de 30 años de trayectoria, ha trabajado, entre otros, en la Escuela de Párvulos "Peter Pan", en el Jardín infantil "El Principito", en los colegios El Roble y Espíritu Santo y en su querido "Pececitos de Colores", donde ha vivido gratos momentos y las pruebas más complejas de su carrera.
Tristes vacaciones
En su profesión, la tía Lorena atesora muchos buenos momentos junto a los niños, pero también recuerda con pesar uno de los episodios más difíciles que le ha tocado enfrentar a la cabeza de la institución.
El 6 de febrero de 2012 es una fecha que tiene grabada en su memoria: ese día un incendio en el jardín interrumpió su descanso. "Habíamos salido recién de vacaciones, tras dejar una sala equipada para comenzar el 7 de febrero con el jardín de verano y no se pudo", recuerda.
-¿Cómo se enteró de la noticia?
-Mi hermano y mi papá son bomberos. Mi hermano escuchó el llamado de la radio, donde daban la dirección del jardín y llamó a mi hijo. Yo estaba quedándome dormida, porque eran cerca de las 1 de la mañana y mi hijo me dice 'mamá, llamó mi tío para avisar que se está quemando tu jardín'.
Lorena reaccionó de inmediato. "No supe cómo me levanté y bajé hasta el jardín. Yo vivo en Las Colinas del Mar y se veía el humo desde arriba. Cuando llegué el fuego ya estaba en el pasillo. Todas rogábamos que no pasara a las salas, pero en tres segundos se corrió el fuego y vimos cómo se quemaban las cortinas, los techos y las salas. Fue terrible".
Sobre ese episodio, expresa que "fue un tema muy fuerte, porque perdimos prácticamente todo. Nos había costado tanto obtener este espacio de calidad para los niños y de un rato para otro se perdió todo y uno queda de brazos cruzados", afirma Lorena.
Hace dos años habían llegado hasta el recinto de Sanfuentes 2311, porque el de Barros Luco había quedado en malas condiciones tras el terremoto de 2010, y nuevamente tenían que volver a empezar.
Las vacaciones quedaron en pausa. "No fue un periodo grato, tuvimos que venir a sacar lo que estaba bueno, ayudar a cargar las cosas a los funcionarios municipales y nos llevaron a la escuela Villa Las Dunas. Los primeros días no fueron de descanso, más bien fueron estresantes", expresa.
El valor del jardín
Durante tres años y medio, el "Pececitos de Colores" estuvo en la escuela de Las Dunas, hasta que por fin inauguraron el nuevo recinto, donde hoy en día asiste más de un centenar de niños.
"Cuando me entregaron el jardín sentí una gran emoción. Ver todo terminado, lindo y dispuesto para recibir a los niños fue hermoso. Eso fue muy gratificante para mi vida profesional", manifiesta.
Actualmente, el jardín cuenta con sala cuna heterogéneo (de 84 días a 2 años), medio menor y medio mayor.
Según Navarrete, en el establecimiento buscan "entregar todas las herramientas a los niños para que puedan desenvolverse en esta sociedad tan diversa en un futuro próximo".
Para esto trabajan un enfoque para potenciar "sus habilidades artísticas. Nosotros fomentamos el arte, la música y la danza, porque con esas áreas ellos se desarrollan al ciento por ciento. Son niños seguros de sí mismos, alegres, respetuosos y que se pueden desenvolver en distintos lugares".
-Muchos padres temen enviar a sus hijos al jardín, ¿por qué es importante que los niños asistan?
-Las mamás o papás a veces se complican porque son pequeños, pero es importante que sepan que en los primeros tres años es cuando más crece la curva de desarrollo cerebral. Al estar en contacto con otros niños y las profesionales, ellos desarrollan más habilidades; como por ejemplo, la expresión, la autonomía y la toma de decisiones.
Para la educadora, el jardín es fundamental porque "cuenta con los espacios adecuados para ellos, las salas, el mobiliario, todo es diseñado para sus necesidades, lo que les permite desenvolverse mucho mejor".
Vocación social
Navarrete tiene una extensa trayectoria en la comuna y suele encontrarse con ex alumnos y apoderados.
"Me sorprende, porque hay muchos que todavía se acuerdan de mí, se acercan a darte un abrazo o te sonríen. Muchos de ellos están trabajando, estudiando o viviendo en el extranjero", cuenta.
Sobre su profesión, manifiesta que "es una experiencia muy enriquecedora, porque uno le entrega valores, amor y confianza a los niños. Es satisfactorio ser parte de su primera etapa, que es la más importante y aprovechar al máximo esta edad, que es cuando potencian las habilidades que le van a servir para toda la vida".
La entrega social de esta educadora proviene desde su juventud en San Juan, donde se crió y vivió una etapa que recuerda con cariño.
"Mi infancia fue muy entretenida, completamente diferente a lo que es ahora. Jugábamos en la calle al tombo, a la cuerda, salíamos a encumbrar volantines. Allí armamos un centro juvenil, donde hacíamos malones para recolectar fondos. De joven estuve metida en varias actividades", rememora.
Allí también formó parte de la junta de vecinos. "Me gustaba participar en la junta de vecinos y lograr cosas para el bien de los niños, porque son ellos quienes vienen después de nosotros", manifiesta.
La profesional afirma que "me gusta formar parte de la comunidad y hacer actividades, trabajar con la gente y los niños".
Es por esto que le cuesta visualizar su vida sin el jardín infantil.
"No me imagino sin el cariño de los niños, sin los abrazos y sus gritos. Mientras tenga fuerza, energías y salud voy a estar aquí predispuesta para mi equipo y para los niños", afirma la tía Lorena desde su querido "Pececitos de Colores", dice.