Tras la muerte de su hermano por culpa del asbesto, dedicó su vida a eliminar este maligno elemento
Jorge Cerda Pérez, radicado hace casi diez años en El Tabo, perdió a su ser querido luego de que este decidera quemarse a lo bonzo afuera de La Moneda, en 2011, aquejado por la exposición al asbesto.
El asbesto es un mineral mortífero que se usaba para formar una larga lista de materiales de construcción: productos de construcción como tejas, baldosas, azulejos y cemento, entre otros.
En Chile se usó hasta el 12 de julio de 2001, cuando entró en vigencia el decreto supremo 656 del Ministerio de Salud, promulgado en enero del año anterior.
A más de 15 de años de haber sido retirado de las ferreterías, este elemento sigue siendo una amenaza. Quedó en las cañerías, los techos y las paredes de una innumerable cantidad de viviendas, colegios y hospitales.
Hasta su prohibición, la Villa Pizarreño de Maipú fue el epicentro del asbesto. Se levantó en 1950 para los trabajadores de la fábrica abierta en 1935 en esa comuna de la capital.
Conexión con el Litoral
Allí creció Jorge Cerda Pérez, quien está radicado desde 2009 en El Tabo.
"Ya voy a cumplir diez años viviendo establemente acá, pero si cuento desde que empecé a venir seguido, eso son más de treinta años", revela.
Lamentablemente, donde quiera que mire, sigue viendo asbesto.
Su hermano Eduardo Miño Pérez se quemó a lo bonzo frente al Palacio de La Moneda a las 11.40 de la mañana del 30 de noviembre de 2001.
Al interior de la casa de gobierno, la entonces ministra de Salud, Michelle Bachelet encabezaba un acto en conmemoración del Día Internacional del Sida.
Miño, padre de tres hijos y 52 años, se infligió una herida cortopunzante y se prendió fuego ante la vista atónita de los concurrentes, con una bolsa que contenía un tarro con líquido inflamable, según consignó El Mercurio.
Tras arder por un minuto, aquel hombre fue rápidamente socorrido por los carabineros, quienes lo apagaron con extintores y luego le lanzaron agua de las piletas de la plaza.
Cinco minutos después, Eduardo fue trasladado en una ambulancia del Samu hasta la Unidad de Quemados de la Posta Central, donde murió a las 00.10 horas del 1 de diciembre de 2001. Tenía sobre el 70 por ciento del cuerpo quemado.
Miño dejó una carta en la que intentaba explicar las razones de su dramática decisión.
La misiva, publicada íntegramente por los medios de la época, dice que "soy miembro de la Asociación Chilena de Víctimas del Asbesto. Esta agrupación reúne a más de 500 personas que están enfermas y muriéndose de asbestosis (…). Esta forma de protesta, última y terrible, la hago en plena condición física y mental como una forma de dejar en la conciencia de los culpables el peso de sus culpas criminales".
"Mi alma, que desborda humanidad, ya no soporta tanta injusticia", finaliza.
La empresa aludida indicó que ya se habían modificado los mecanismos de producción para evitar el uso del asbesto, que según estudios de la Academia Chilena de Seguridad (Achs), se hizo masivo por su alto rendimiento y bajo precio.
Sin embargo, para Miño Pérez ya era tarde.
Toxico
Desde entonces, su hermano Jorge sigue en la lucha por acabar definitivamente con el mineral, que, aunque no se vende, sigue presente.
"No es llegar y botarlo a la calle. Hay que tener ojo con los escombros y las partículas que se desprenden de él. Lo mismo pasa con los materiales antiguos", dice Jorge.
"Es un problema que se ve todos los días con las remodelaciones y restauraciones de lugares construidos antes que fuera prohibido- agrega-, por eso la gente y las autoridades tienen que ser conscientes de la contaminación de las industrias, de las fosas ilegales, por ejemplo, que es algo que no se da poco".
Según cuenta "al romper viejas construcciones con asbesto, este emite partículas que se van al aire y que son respiradas (especialmente por quienes trabajan en esas faenas), se van a los pulmones y de ahí no salen nunca".
Erradicarlo
Está trabajando en una campaña para controlar este problema. En 2017 especialistas de la Universidad de Chile alertaron públicamente sobre su presencia y sus métodos para eliminarlo a pesar de los que años en que está prohibido.
El docente de la Facultad de Medicina y director del Departamento del Medio Ambiente del Colegio Médico, Andrei Tchernitchin, explicó que la asbestosis es una fibrosis del pulmón donde "aparecen cada vez más fibras de colágeno en el pulmón y eso da dos tipos de síntomas: como tienen más fibras, el pulmón se pone más duro, entonces cuesta respirar y, además, las fibras se van acumulando entre los alveolos y los vasos sanguíneos que rodean a los alveolos. Por lo tanto, tenemos componentes que se interponen en la vía del oxígeno".
El profesor asistente de la Escuela de Salud Pública y médico especialista en enfermedades respiratorias, Gustavo Contreras, asegura que esta enfermedad se desarrolla principalmente en las minas de asbesto. Pese a que en Chile nunca han existido, el académico sostiene que, previo a la prohibición del material el año 2001, había "empresas que produjeron hasta hace unos años elementos con asbesto. El material se utilizó mucho en ropa para protección contra el calor, elementos aislantes y fibras de cemento para techumbres y otros elementos del hogar".
En esta misión, dice Jorge, "estamos acá nosotros, como familia en este lado (en la provincia de San Antonio)".
Además, trabajan con al menos tres asociaciones de Santiago y Talcahuano, informando sobre la amenaza del asbesto.
Colectivos como estos fueron claves en la batalla de esta agrupación y de los sindicatos que se tradujo finalmente en que en enero de 2001 el Ministerio de Salud dictara el Decreto 656 que prohibe la importación, producción, distribución, venta y uso del asbesto y de cualquier material que lo contenga.
"Hay miles de productos que tienen en alguna medida este elemento", asegura para alertar de ello y evitar que nadie más tenga que tomar la extrema medida de su hermano. Por eso seguirán adelante.
"Estamos con varias agrupaciones trabajando en esta especie de campaña,para que la gente tome conciencia de los peligros de este elemento, que ha cobrado muchas vidas en este tiempo. Estamos en una red para la infancia también, con la que fuimos al Congreso Nacional donde expusimos sobre este tema", finalizó Jorge Cerda Pérez en conversación con Diario El Líder.




