Tres generaciones dedicadas al cultivo de las mejores frutillas
La familia Cerda ha construido un patrimonio agrícola en la zona. Esta historia repasa los orígenes de este negocio en los años 50 hasta una actualidad pujante donde esta fruta ya se exporta a los principales mercados del mundo.
Todo parte con el abuelo Ezequiel Cerda, "Don Zika", 85 años, un campesino de ojota y gamela, que es la herramienta tradicional para recolectar frutillas. Este octogenario agricultor viene de Loica, en la zona de San Pedro. A partir de 1953 se inicia en el cultivo de frutillas en los campos de Santo Domingo.
De este modo "Don Zika" se convierte en pionero en esta práctica agrícola y le enseña trabajando a su hijo, Luis, quien lo acompañaba en sus labores apenas aprendió a caminar.
En largos años de arduo trabajo, su descendencia ha sido capaz de hacer crecer la empresa hasta convertirse en referencia del rubro a nivel nacional. Actualmente se llama Frutipal y tiene plantaciones en Leyda, El Convento y Santo Domingo.
Crecimiento
"Empecé con 10 mil plantas y ahora estoy plantando un millón 600 mil. Primero planté una hectárea, y ahora ya llevo 31. Cuando empecé no sabía ni hacer un nudo para la carga, iba a La Vega sin saber dónde quedaba. Gracias a Dios las frutillas me han dado todo en la vida, las llevo en la sangre", confiesa Luis Cerda, el motor de esta empresa familiar.
"He sido capaz de superar todas las adversidades. Cuanto estuvo malo para las frutillas, planté arvejas y me pude levantar. Todo lo he construido con mi esfuerzo, solo contra el mundo. Ahora disfruto mi presente, especialmente a mi familia", relata este conocido agricultor de la comuna parque.
Este conocimiento es un legado que conecta al hombre con su trabajo y la tierra, que se ha traspasado a las nuevas generaciones del clan familiar. Hoy Iván y Christopher, hijos de Luis, también aportan a las labores que demanda el emprendimiento. "Christopher maneja la camioneta y va muy temprano a Santiago. Es mi gerente comercial", cuenta orgulloso el padre de los herederos del negocio familiar, que ya suma 25 años como empresa.
Tierra fértil
Las frutillas se dan especialmente bien en la zona central, donde hay buena temperatura y no llueve mucho. Según la familia Cerda, Santo Domingo es ideal para este cultivo, incluso mejor que la vecina como de San Pedro. "Aquí es más fresco, las frutillas no se cuecen ni se apuran", sostiene Don Zika, el patriarca y dueño de una vasta experiencia en el rubro.
Los cultivos se rotan año a año, cuidando suelos y napas. El crecimiento de la empresa liderado por Luis los ha obligado a trabajar con normas internacionales, llevando adelante procesos exigentes para asegurar la calidad del alimento.
En los frutillares se aplican productos orgánicos para combatir las plagas y están estudiando el desarrollo de aplicaciones propias con hierbas medicinales. Asimismo, hacen análisis permanentes de las matas más rendidoras, especialmente de las variedades preferidas: Albion y Monterrey.
Frutillas Todo el Año
Hace tres años en Frutipal se implementó tecnología para cosechar frutillas todo el año. Así abastecen a los mercados en todas las estaciones, asegurando mayor producción y más empleo a sus trabajadores. La familia ha innovado con micro y macro túneles, estos últimos capaces de cubrir hasta tres surcos para evitar los efectos nocivos de la lluvia en las plantaciones.
Habitualmente la fruta demora siete meses en madurar. "El secreto está en la fecha", aseguran los expertos. Lo ideal es de mayo a noviembre, así las plantas pasan invierno, robustecen sus raíces y dan más frutos. Antes se cortaban frutillas sólo en verano, ahora es todo el año.
Actualmente esta empresa tiene presencia tanto en mercado nacional como internacional. "A nivel país se vende la fruta de primera categoría, conocida como fresón. También se provee a las industrias de mermelada y jugos. En este caso las frutillas de segunda funciona muy bien. En Estados Unidos venden estas frutillas en sachet y congeladas, seleccionadas para hacer un jugo en casa", nos cuenta Iván.
Aporte desde el Caribe
A las labores de la empresa se han incorporado extranjeros hace cinco años. Bolivianos, peruanos y sobre todo haitianos. En su mayoría son jóvenes que vinieron a solucionar un problema porque antes de su llegada había escasez de mano de obra para trabajar en la agricultura, especialmente en los campos de frutilla de la zona.
"Valoramos el intercambio cultural. En la familia hemos aprendido creole básico para comunicarmos. También tenemos traductores para resolver conflictos más complicados. El haitiano se queda varios años y tienen actitud de trabajo, traen a su familia porque están alejados de su hogar. Son honestos y no tienen vicios", explica Iván, el nieto de "Don Zika".
El aporte de los haitianos les ha permitido cimentar el crecimiento de la empresa que hoy tiene presencia en mercados nacionales e internacionales. Los haitianos ganan según la cantidad de frutillas que recolecten durante las jornadas que se extienden todo el año. En temporada alta tienen de 120 a 150 trabajadores de esta nacionalidad. "Vienen directo a pedirnos trabajo, ya soy famoso en Haití", confiesa entre risas Iván.




