Jesús Farías Silva

A menos de una semana que el Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar revelara que los jóvenes chilenos consumen marihuana, fármacos tranquilizantes y cocaína en niveles superiores a los de todo el continente, un nuevo estudio arrojó más datos sobre esta misma situación en la Región de Valparaíso.

Una encuesta practicada en las comunas más pobladas de la zona, incluyendo a San Antonio, demostró que solo dos de diez estudiantes (21,7%) de entre 8° básico y 4° medio de la Quinta Región consideran que el uso frecuente de marihuana es riesgoso para su salud.

Resultados

Las cifras corresponden al Decimosegundo Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar 2017, elaborado por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda).

"Los datos son preocupantes, particularmente por la edad de las personas. Si bien el consumo en todo ámbito de la vida es una problemática social, en este grupo etario el riesgo es altísimo, porque están en una etapa clave de su formación y desarrollo", advirtió el director regional del Senda, Marcelo Platero.

Según la medición, la percepción de los estudiantes sobre los riesgos de la marihuana ha disminuido significativamente en los últimos 16 años, pasando de un 53,2%, en 2001, a un 21,7% el año pasado, con una tendencia decreciente desde 2011.

Además, la investigación dio cuenta de que los alumnos no comprenden los peligros de las drogas.

Mientras que un 59,2% cree que el consumo frecuente de cocaína es dañino, un 62,3% estima lo mismo sobre el alcohol. En tanto, en primer lugar se ubicó el uso del tabaco (85,9%) como lo más riesgoso para los estudiantes.

Aunque la marihuana y la cocaína suelen tipificarse como un tipo de droga "dura" y no "blanda" como el alcohol y el tabaco, el director regional del Senda comentó que es justamente la clasificación en dichos términos "lo que hace que socialmente se construya una percepción menor del riesgo, la que no es tal".

"Las drogas son dañinas. Desde esa base hay que partir, porque si nosotros establecemos ciertos niveles de tolerancia, diciendo, por ejemplo, que el consumo de alcohol no es dañino -cuando al día en Chile mueren 26 personas por situaciones relacionadas con el alcohol- le estamos dando una mayor aceptación. Y para este grupo etario no hay otra cosa que el no consumo, cuya venta además está prohibida para esa edad", resaltó.

Problemas

Si bien el desconocimiento no significa que haya un consumo problemático entre los consumidores, eso último es precisamente lo que se quiere evitar.

En la provincia de San Antonio el Programa Ambulatorio Intensivo Infanto Adolescente (Pai Ia) del Hospital Claudio Vicuña, que funciona de forma de forma ininterrumpida desde el 2016 como hospital diurno, recibe a un promedio mensual de 15 niños y jóvenes menores de 20 años con problemas de abuso o dependencia de alcohol y drogas y con domicilio en cualquier comuna de la provincia de San Antonio.

Pablo Johnson, sicólogo y coordinador del programa, dijo que los usuarios no solo asisten a consultas con profesionales, sino que además durante toda la semana pasan gran parte del día en las instalaciones, donde participan en talleres de deporte, cocina, arte y manualidades.

"Los pacientes reciben atención de terapeuta ocupacional, trabajador social, psicólogo, psiquiatra, medicamentos y exámenes. Se les enseña carpintería, a hacer un huerto y van a clases de cine e hilorama (trenzado de hilos)", especificó el encargado.

Pablo Johnson afirmó que los beneficiarios son derivados por establecimientos de la red primaria de salud (consultorios) o del hospital, o bien acuden por iniciativa propia. Tras su ingreso son evaluados por los profesionales que diseñan un plan de tratamiento gratuito de dos años de duración, que además contempla 12 meses de seguimiento posterior.

"Garantizamos atenciones con la flexibilidad necesaria para los usuarios con compromiso biopsicosocial moderado a severo y posibles patologías psiquiátricas compensadas, además enfatizamos en temáticas de integración social y el vínculo con los jóvenes", especificó el sicólogo.

Prevención

Para cambiar la percepción que tienen los adultos sobre los riesgos del consumo de drogas, el director comentó que a partir del próximo año el servicio implementará un nuevo programa de parentalidad.

"Los primeros educadores, en todo ámbito, deben ser los padres y quienes tengan menores a su cargo. Los programas apuntarán a cómo entregar habilidades y competencias para que los padres puedan educar a sus hijos en un contexto de vida saludable, donde el no consumo sea uno de los elementos centrales", dijo Platero.

En paralelo, los programas Senda Previene de Cartagena, El Tabo, El Quisco, Santo Domingo, Algarrobo y San Antonio se mantienen exponiendo y educando a dirigentes, estudiantes y docentes de toda la zona, entre otras actividades.

En noviembre pasado se reunieron con el objetivo de "recoger la opinión desde la sociedad civil; cómo ellos pueden aportar y colaborar en generar estrategias respecto a la aplicación de nuestros programas y lo que venimos desarrollando en los territorios", explicó Ignacio Albornoz, asesor territorial de Senda en la Región de Valparaíso.

"Queremos mantener un vínculo mucho más directo con las comunidades de la provincia; entendiendo que tenemos una problemática común, que es el consumo de drogas y alcohol; y cómo articulamos la comunidad con los centros de tratamiento", señaló María Loreto González, coordinadora del Programa Senda Previene San Antonio.

"Las drogas son dañinas. Desde esa base hay que partir, porque si nosotros establecemos ciertos niveles de tolerancia, le estamos dando una mayor aceptación"."

"Si bien el consumo en todo ámbito de la vida es una problemática social, en este grupo etario el riesgo es altísimo porque están en una etapa clave de su formación y desarrollo",

director regional del Senda, Marcelo Platero."