Caminos de la vida
por Jorge Gortari Romero, - Corporación de Desarrollo de Llolleo.
Las siete comunas de nuestro país que son atravesadas por la "Ruta de la Fruta" se encuentran en la incertidumbre de saber cuál será el mejor camino que les lleve a superar el subdesarrollo vial que las aqueja. La antaño Carretera de la Fruta no solo impacta la vida de la gente y el desarrollo de dichas comunas, también impacta a nivel país dado que ese eje vial traslada la producción de una gran zona de Chile central al puerto de San Antonio o megapuerto, o Puerto de Gran Escala, o Puerto Exterior u otro nombre que no descarto pueda aparecer más adelante.
Lo que parece ser más o menos cierto, independiente de los nombres que proyectan nuestras autoridades, es que el Puerto de San Antonio tendrá mayor potencial para comercio exterior que en la actualidad. Ante ese escenario, uno esperaría que las rutas viales que lleguen al puerto proyecten la magnitud del esplendoroso futuro comercial.
Sin embargo, a la alicaída Autopista del Sol, cada vez más colapsada, el segundo eje vial que conduce al puerto no estará a la escala de una ruta que agilice la exportación de la producción chilena. Nuevamente nos referían a un proyecto de gran envergadura, con nombres a escala como carretera, ruta, pero todo parece indicar que seguiremos con un simple "camino de la fruta". El camino actualmente en licitación tendrá solo una pista en cada sentido, tal cual tuvimos desde hace 20 años, por el cual se pretenden duplicar el flujo de camiones actuales para el año 2020. La única diferencia con el camino actual, es que no pasa por los principales centros urbanos, agrega algunos tramos de pistas para tránsito lento en pendientes pronunciadas, y obviamente las necesarias plazas de peaje, para pagar por transitar por un camino que está lejos de la escala de conectividad del primer puerto de Chile, y con aspiraciones de crecimiento.
Necesitamos proyectos que no solo se ajusten a los bonitos nombres con que las autoridades los venden, sino que además permitan generar crecimiento en nuestras comunas, muy desfavorecidas en los aportes fiscales para su desarrollo respecto de Santiago.
Las comunidades alejadas de las grandes metrópolis como Llolleo, San Pedro, Las Cabras, Peumo y San Vicente de Tagua Tagua, ya no resisten más sacrificios a su calidad de vida, en pos de que el país se desarrolle para mejorar la vida de unos en desmedro de otros.