Catalina Muñoz Lizama
"¿Tiene vuelto de veinte mil pesos?", pregunta un hombre que claramente es de Haití. "No amigo, no de un billete tan grande. Pero tome, lleve un helado ¿cómo voy dejar que se vaya con las ganas de probar un helado?" le responde Carlos García (34).
Este sanantonino, denominado por sus clientes como "El Rey del Helado", comenzó a vender este producto hace dos años en las afueras del hospital Claudio Vicuña.
Al principio todo partió como una idea loca en la cual él creyó firmemente.
"Todos me decían cómo iba a vivir de esto, si una cosa así no me iba a dejar el dinero necesario para mantener a una familia, pero yo creí en mí y en este proyecto que hoy tiene dos años", aseguró el vendedor.
-¿Cómo surge la idea de los helados?
-Fue un pensamiento loco nada más, antes vendí mote con huesillo, pero por alguien que vi que vendía helados, me di cuenta que esto dejaba plata y ahí cambié.
La variedad
Hoy Carlos comenta que su idea ha pegado y los clientes no le faltan. Tanto que se han acostumbrados a "los ricos" como el llama a los tradicionales helados en bolsitas.
Cuando el negocio de "los ricos" comenzó, García solo ofrecía helados de frutilla, hoy llega a tener más de 16 sabores distintos que son del gusto de sus fieles compradores.
-¿Cuáles son los sabores que hoy ofrece el "Rey de los Helados"?
-Tenemos frutilla sola, yogurt con frutillas, mango y mora con yogurt, yogurt con berries, nutella, chocolate, melón, sandía, uva, leche con plátano, cereza, vainilla, cacao, capuchino y banana split.
-¿Cada sabor varía por la temporada?
-Sí, por ejemplo en septiembre empiezo a tener frutillas y ya en febrero tengo las sandías cuando están más dulces.
-¿La gente compra de todos modos en invierno?
-Por supuesto, el chileno de por sí come harto helado. Aquí en San Antonio no hay diferencia en eso, aunque sea invierno, la gente me compra igual.
-¿Hubo inviernos malos?
-Sí, hubo inviernos en que vendía la mitad de lo que vendo en verano, pero siempre hay ventas.
Las recetas
Carlos García relata que cada uno de sus helados, requiere de una preparación distinta.
"Los fui haciendo hasta que quedaron como quería, todo a través de alguna experiencia y recuerdo. No es como que lo hago, no lo pruebo y al otro día al tiro lo empiezo a vender", especificó.
Tal como el emprendedor dice, "cada helado y su sabor tiene una historia".
-¿Cuál es el helado que Ud. cree que tiene la mejor historia?
-El de chocolate, sin duda, porque es una experiencia de cuando yo era chico.
-¿Puede contarnos aquella anécdota?
-Cuando yo era chico, éramos súper pobres y no íbamos mucho a cumpleaños, casi nunca la verdad. A los siete años fui a uno y me dieron leche con chocolate y era la primera vez que yo probaba esa leche. El olor y sabor me dejaron marcado y cuando hice el helado, busqué y busqué hasta que me quedó igual que la leche de esa vez.
Expandirse
Hoy García es presidente en Banigualdad, una fundación entrega microcréditos y capacitación a emprendedores de escasos recursos como método para promover la movilidad social.
Por lo mismo, sabe que muchas personas al igual que él han comenzado un emprendimiento sin tener un apoyo por parte de sus familias.
"Mi mamá es mi principal apoyo, pero antes la gente de verdad no creía que iba a poder solventarme con esto y ahora tengo la posibilidad de darle trabajo a dos personas", explicó el emprendedor.
-¿Ha pensado en expandirse en el rubro?
-La verdad sí me gustaría, pero no establecerme en un lugar porque perdería a la gente. Me pasa también que no quiero que la clientela llegue a mí, sino que yo llegar a ellos.
-¿Las personas que viven en los alrededores del hospital también le compran?
-Sí, por supuesto. A veces encargan. La gente que se va de alta también compra porque han visto desde las ventanas de las salas que vendo helados y al salir no se pueden resistir.
"El Rey del Helado" trabaja solo de lunes a viernes en la calle Carmen Guerrero, a la afueras del hospital Claudio Vicuña, en un horario desde mediodía hasta las tres de la tarde.
"Como la gente me encarga los helados, sobre todo los funcionarios del hospital, si no vengo un día al siguiente me reclaman que los dejé sin postre", comenta entre risas García.
-Y sábado y domingo ¿no hay venta de helados?
-Sí, nunca paro de vender helados. Esos dos días me dedico a las ferias libres, ahí vendo con mi hijo más chico que me acompaña.
-¿Tiene algún proveedor para los productos de los helados?
-Un poco, pero todo lo voy a comprar la feria. Sin embargo, las moras, los berries y cosas así las recolecto yo mismo.
Boca a boca
El creador de "los ricos" ha sido constante, no ha detenido la producción de helados pese a que hubo periodos del año en que las ventas disminuían
Él mismo asegura que no hay una publicidad de por medio en su emprendimiento, solo comentarios.
-¿Cómo la gente se entera de usted y su trabajo?
-Se enteran principalmente por el boca a boca, muchas veces los funcionarios del hospital pasan el dato entre ellos y se lo pasan a conocidos.
-¿Conoce a gente que ha estado en el hospital y vuelve alguna vez a comprarle?
-Muchas veces ha pasado, a veces viene gente de Algarrobo y me dicen que alguien de su familia estuvo hospitalizado y probaron los helados; entonces, ahora vuelven por el postre. Una vez un caballero vino y me contó que su señora había tenido un bebé aquí y que los dos los habían probado, después nunca los dejaron.
Sin embargo, los buenos momentos llevan a tomar, en ocasiones malas decisiones.
"Perdí mucho y quizás tuve algunos excesos, pero salí de todo y siento que mucho de lo que tengo es gracias a que creí que me la podía con los helados, porque sabía que podía funcionar", asegura Carlos García.
Este padre de cuatro hijos, de 15, nueve, seis, y tres años, sabe que la vida no ha sido fácil y que por tanto debe esforzarse por conseguir cada una de las cosas que anhela.
-¿Se siente orgulloso de lo que ha conseguido?
-Sí, de todas maneras, porque pese a que al principio no tuve mucho apoyo, hoy estoy aquí. Me dijeron que me buscara un trabajo "normal", pero seguí ahí, dando la pelea con los helados.
-¿Qué es lo mejor de este negocio?
-Sin duda la alegría que entrego. A veces la gente viene bajoneada y compran un helado, les cambia la cara rápidamente.