Indigente en silla de ruedas sufrió graves quemaduras en incendio
Fuego afectó el precario "hogar" donde pernocta junto al puente Llollito.
Hace dos semana en Diario El Líder se narró la dura historia de un artesano en silla de ruedas que vive hace cinco meses en situación de calle.
Raúl Eduardo Verdugo Bahamondes (53) relató entonces cómo enfrenta el día a día viviendo en la calle. Hoy este mismo indigente afronta una nueva prueba del destino.
Verdugo Bahamondes se mantiene hospitalizado luego de sufrir graves quemaduras en las extremidades tras no poder escapar de un incendio.
A las 21 horas del martes pasado un brasero que se dio vuelta al interior de su precario "hogar", ubicado junto al puente Llollito, generó la tragedia.
Las llamas avanzaron rápido hasta prender el colchón del indigente, sin que lograra escapar porque no puede caminar.
"Cuando ya había empezado el fuego llegaron unos vecinos y lo sacaron desde el colchón que estaba encendido. Lo sacaron apenas y tenía todas las piernas quemadas", relató Mariano, un amigo del afectado que fue testigo de la emergencia.
El herido fue trasladado en ambulancia hasta el hospital Claudio Vicuña con quemaduras en sus dos piernas, lesiones de carácter grave.
Fuentes de este medio indicaron que presentaba quemaduras desde las rodillas hasta los pies.
"Gritaba mucho por el dolor, tenía la piel como carbón. Prendió el brasero porque anoche (martes) hacía mucho frío", aportó Mariano conmocionado.
En el lugar donde habitaba Raúl Verdugo ayer había vestigios del incendio. Todavía se apreciaba un colchón calcinado y una silla de ruedas que también se vio afectada por el fuego.
Hasta dicho lugar, en la población Juan Aspeé, acudieron funcionarios de la Patrulla Comunitaria de Carabineros de la Primera Comisaría para obtener detalles de la situación del lesionado e indagar si se encontraba en los listados de programas de ayuda para las personas en situación de calle.
El mismo Verdugo había contado en su entrevista a Diario El Líder que sí recibía ayuda del municipio y de la gobernación, pero que en el verano no habían aparecido sus benefactores.
Hasta el cierre de esta edición el indigente se mantenía en estado grave de salud.