30 de Marzo, de arenal a población: más de 70 años de historia vecinal
Los primeros habitantes de esta gran toma se asentaron en las décadas de los '60 y '70. Las grandes mejoras y transformaciones fueron hechas a pulso por las familias que querían y necesitaban mejorar su calidad de vida.
La historia de la población 30 de Marzo parte justamente un día como hoy, de un año que ni los propios vecinos pueden precisar. Y es que al parecer estaban más pendientes de sobrevivir que de fijarse en el año que estaba corriendo. O tal vez ha pasado tanto tiempo y tantas historias, que sus cabezas no guardan los detalles del origen de uno de los barrios más tradicionales y extensos de la comuna de San Antonio.
Las casas que hoy se ven esconden increíbles historias de pobreza, miseria, abandono pero también felicidad. Hasta Fidel Castro y Augusto Pinochet pasaron por sus polvorientas y arenosas calles. Los habitantes más antiguos aún recuerdas las navidades compartidas y las ollas comunes, cuando todo el sector no era más que una gran toma.
Primeros años
La señora Prosperina Verdugo Clavijo, por más que se esfuerza, no recuerda con exactitud el año en que comenzó, de a poco, a tomarse un terreno en la 30 de Marzo. Tenía como 14 años. Ahora va a cumplir 70, aunque no los aparenta. Cuando llegó al asentamiento irregular trabajaba en el puerto, en algunas faenas relacionadas con el pescado. Vivía cerca, en un cité, junto a toda su familia Clavijo. Una interminable lista de tíos y primos que recuerda con mucho cariño. Entre medio da cuenta de quienes ya fallecieron. De los que están vivos, comenta dónde viven ahora y qué fue de sus vidas.
El dueño del cité donde residía junto a su familia les informó que había vendido la propiedad y que debían desalojar. Las condiciones laborales no daban para pagar un arriendo por familia, ni menos una casa para que vivieran todos. En esos años, cuando se juntaba cada chaucha para comprar el pan y los niños trabajaban desde pequeños para pagar sus propios zapatos, la única solución viable era tomarse un terreno. Fueron los primeros en llegar.
"Partíamos a las 3 de la mañana a buscar varillas de eucalipto al fundo Llolleo, de los Huidobro. Armábamos la ranchita rápidamente y nos instalábamos. Se construía con palos y fonola, además de algunas cajas de pescado que en ese tiempo eran de madera", cuenta Prosperina Verdugo.
Además de la precariedad en la que pasaban los días, esta adulta mayor recuerda que también tenían que lidiar con los carabineros debido a las constantes órdenes de desalojo que recibían de las autoridades de la época.
"Había un carabinero que nos pedía perdón por los desalojos, pero nos decía que eran órdenes de arriba. Al final terminaron por ponerse de acuerdo para no echarnos más, porque ya éramos muchas familias. Antes de eso venían hasta tres veces por semana a desalojarnos. Había que parar todo de nuevo en la misma noche. El carabinero terminó siendo compadre de uno de mis familiares", cuenta Prosperina.
Su amigo Alejandro Díaz Flores, más conocido como 'Alejo', es dirigente vecinal y vive hace al menos 60 años en el barrio .
"Yo llegué en el año 68, más o menos, y ya estaban algunos viviendo acá. Al principio uno se iba poniendo al lado del vecino nomás", recuerda Díaz.
Fidel
Entre las anécdotas que cuentan los pobladores, una de las más significativas fue la visita del gobernante cubano Fidel Castro a la población en 1971.
"Él nos apodó como el puerto rojo, y no era por nada. Prometió que nos iba a ayudar, pero después pasó lo que pasó (golpe militar). La gente lo seguía por su partido político, no por sus promesas", narra Prosperina Verdugo, entre varias otras vivencias políticas que marcaron a la población sanantonina.
Después vino el gobierno militar de Pinochet. La señora Elisa Guerrero llegó un poco después desde el campo. Relata que los terrenos estaban irregulares, pero era la única opción de tener un hogar propio. "Arreglamos el terreno porque eran puros hoyos. Mi papá me hizo dos piezas para que pudieran vivir mis ocho hijos. El noveno nació acá".
La dictadura, según ella, fue una etapa especialmente dura al interior de la población, la más politizada por aquellos años. "(Los militares) venían a buscar a la gente antes de salir el sol. Los llevaban a una cancha que había donde estaba el colegio. A algunos les pegaban y los devolvían; pero otros no volvieron más. Por suerte en mi casa nunca pasó nada".
María Alvarado es hija de Elisa Guerrero. Recuerda que pasado el terremoto de 1985, la población comenzó a urbanizarse. "No fue el mismo año, pero ahí empezaron a pavimentar, a hacer estas casitas básicas, a poner las primeras veredas".
Prosperina y "Alejo" recuerdan otro episodio vivido en dictadura. "Pinochet estaba en Bucalemu. Los dirigentes de la población fueron y pidieron hablar con él. Los 'machucaron' harto antes, pero lo lograron. Mandó al general de Tejas Verdes a que nos hiciera la población. En ese tiempo no se postulaba ni nada. El general fue donde un ministro y al mes ya estaban diseñando la población. Al poco tiempo, ya estaban construyendo y pavimentando. La gente está muy agradecida de la dictadura, pero no se les olvida lo malo que hicieron ni los perdonarán por hacer algo bonito. No se tapa todo lo malo que hicieron", sentencia "Alejo" convencido.
Consultorio
Otro triunfo que cuenta con orgullo "Alejo" es la creación del centro médico de la población. "Ese lo hicieron los 'Médicos del Mundo', una organización que ayudaba con el acceso a la salud en todo el planeta. Terminaron su misión y se tuvieron que ir, dejando la construcción abandonada dos años. Empezamos a pedir que lo habilitaran, y del hospital no querían, porque significaba sacar médicos para que atendieran acá".
Sin embargo, la insistencia de los dirigentes vecinales de la época rindió sus frutos.
"Empezamos con dos enfermeras, después dos horas médicas y así, hasta que pasó a administrarlo la municipalidad. Ahora tenemos un centro de salud de lujo, mejor que cualquier clínica", afirma "Alejo".
"A mí incluso me vienen a hacer algunos chequeos médicos a la casa", cuenta Prosperina para reafirmar la calidad de profesionales de su consultorio.
Quiero mi Barrio
Hace 10 años, calcula Alejo, se produjo una de las transformaciones más importantes de la población. El gobierno de Michelle Bachelet implementó el programa 'Quiero mi Barrio', impulsando la pavimentación de los pasajes y la construcción de la cancha, la sede social y una plaza.
"Alejo" está profundamente orgulloso de su población. "Después de eso la 30 (de Marzo) volvió a brillar, y lo seguirá haciendo", asegura.