El descendiente de escocés que creó una cafetería gourmet al paso
Alex Thompson, en el afán de reinventar su vida, se aventuró en este emprendimiento familiar ligado al café, al diseño, a la historia y a la buena conversación.
En el ambiente suena la música de las gaitas escocesas y todo lo atrapa el perfume del café recién molido. Amablemente, Alex Thompson se acerca a los transéuntes que detienen la marcha ante estos estímulos y les ofrece sentarse un momento para conocer su historia. El anfitrión viste con traje típico de escocés, ataviado con su falda a cuadros que llama la atención de la gente y una humita que lo distingue. "La falda se llama tartan y lleva los colores de la familia", se apronta en explicar enseñando que los matices de su ropa corresponden al clan de donde vienen sus antepasados.
"Nací en Santiago y soy agrónomo de profesión. Hace 10 años conocí a Carmen, mi actual señora, cuya familia tiene casa en Santo Domingo. Yo no conocía el lugar y al venir por primera vez me encantó el diseño de la ciudad. También me agradó bastante la idiosincracia local porque es acogedora, sobre todo la gente del sector rural que compone el 80% de la comuna", comenta.
En ese entonces, Alex había dejado la profesión de agrónomo porque quería cambiar de aires, cansado de ser depedendiente, de los horarios extendidos y de los tratos abusivos de sus jefes que lo obligaban a ausentarse de su casa por varios meses.
"Llegó el momento en que quise emprender en forma solitaria y empecé a estudiar qué podía hacer. Me di cuenta que el café había experimentado un auge en su consumo en el mercado. La irrupción de la cadena internacional Starbucks había dado un tremendo empuje a todo el ambiente del café. Eso coincidió cuando conocí Santo Domingo y me di cuenta que había una oportunidad porque no había muchas cafeterías en la comuna. Además, este que es un sector agradable, donde hay seguridad, tranquilidad y va aumentando su número de residentes y visitantes", argumenta sobre su decisión que implicó un cambio de vida.
Como no tenía suficiente dinero para arrendar un local, optó por hacer algo al paso. Para producir un impacto visual, quiso que la carrocería de su negocio itinerante fuera una moto italiana, estilo vintage. "No quería un carro muy invasivo y las combis son muy comunes. Esta moto estilo Piaggio, modelo Vespa, la reacondicioné y con un diseño minimalista la fui adaptando a las nuevas necesidades. Con un buen diseño y un concepto claro se logran muchas cosas. La idea es que el ambiente llame a los recuerdos y despierte las emociones. Así la gente empieza a conversar y se genera un espacio donde se cuentan historias", explica.
Cafetería en marcha
Hace cinco años puso en funcionamiento su cafetería al paso, donde trabaja a la par con Carmen, su señora.
Su primer evento lo hizo en Santo Domingo, lo que le permitió hacerse conocido y participar en importantes actividades en Santiago, destacando el masivo concierto de Lollapalloza. Reconoce que no tenía experiencia en gastronomía previo a este emprendimiento pero, según él, uno aprende en los eventos porque la misma gente va solicitando cosas. "Actualmente vendo productos gourmet de calidad, como café de grano italiano, chocolate caliente con porcentaje alto de cacao y té orgánico, además de pasteles y bebidas", detalla.
Rescate de su historia
Alex Thompson decide llamar a su cafetería al paso como Durham Coffee. "Lo hice en honor a los orígenes de mi familia. Durham es un condado que queda al norte de Inglaterra. De ese sector son mis abuelos y como siempre me ha gustado la historia, y mi propia historia en particular, he investigado la genealogía para saber de dónde provengo. El origen del apellido Thompson es de Irlanda y Escocia, del clan Mactavich. Por eso ando vestido con el tartan o falda con los colores de la familia. Esta prenda se afirma con un cinturón y las medias también llevan una cinta con los colores del clan. También ando con un cuchillo al cinto, emulando a los campesinos escoceses que trabajaban en la faena del ganado", narra acerca de su vestimenta tipíca.
Su bisabuelo William Thompson Vickers, arquitecto, topógrafo y agente comisionista, al conocer importantes personas de la comunidad inglesa en Chile, incentiva a su hijo Alfred Thompson Johnson, ingeniero mecánico, a viajar a ese país para incorporarse en la maestranza Lever&Murphy fundada en 1859. Esta compañía hizo muchas obras para la prosperidad de Chile com puentes, ferrocarriles y barcos. En 1892 Alfred Thompson se casó con la hija del dueño de la maestranza, Ricardo Lever.
En ese entonces muchos ingleses se radicaron en Chile por el auge de la industria salitrera. "Mi padre, que murió siendo muy joven, me enseñó a valorar mis origenes. Mi abuelo se vestía con el tartan y yo trato de contar esas historias en la cafetería. Cuando uso mi tartan, todos se acercan y me piden fotos. No es solamente el café lo que ofrezco, sino que mucho más", asegura.
A la medida de la Comuna Parque
Alex reconoce que la Municipalidad de Santo Domingo lo ha apoyado para poner en marcha su proyecto. "Gracias al apoyo del municipio estoy completamente formalizado, con todos los papeles al día. Si bien participo en eventos de otras comunas, me gusta trabajar en Santo Domingo porque la gente valora más mi trabajo. Mi idea es que el turista tenga un lugar de encuentro para tomarse un café, ya que en la comuna faltan espacios. De todos modos reconozco que tuve que adaptarme al lugar. En esta comuna no puedes colocar un camion o algo muy invasivo. Todo tiene que ser minimalista. Tampoco puedes colocar un producto que genere muchos olores porque a la gente no le agrada. Hay que estudiar bien los lugares donde uno va a estar para ofrecer algo a la medida", recomienda.
En Santo Domingo Alex participa en los lugares donde se dan los acontecimientos importantes de la comuna como las Semana Musicales, el Ciclo de Cine Bajo Las Estrellas y la Expo Rural. "Soy la primera cafetería gourmet al paso de la comuna de Santo Domingo, la gente me agradece por este espacio. Como emprendedor sé que hay que colaborar con los otros emprendedores de la comuna. Entonces compro a otros emprendedores locales, generando una red de colaboración. Así cada producto tiene una historia que contar. Por ejemplo ahora que es invierno y hace frío, tengo mantas de San Enrique. Con mis clientes hablo del origen del producto y así el emprendimiento se transforma en un tema de conversacion", cuenta acerca de la asociatividad con otros emprendedores.
A partir de este año le dieron la opción de estar en un lugar fijo, junto a la oficina de correos, en el bandejón central, frente a la Municipalidad. "Estoy desde las 0900 de la mañana hasta las 1730 de la tarde. Me he convertido en un punto de información y los visitantes me preguntan mucho, desde lo más inverosímil cómo donde comprar un parche curita, hasta cómo llegar a algun lugar como el Parque Tricao. He notado que el turista viene a la comuna a buscar naturaleza y tranquilidad. También me preguntan mucho por alojamiento", acota.
Con tu experiencia como emprendedor, qué recomendarías a aquellos que se aventuran en el trabajo por cuenta propia?
Para emprender primero hay que hacer un estudio de mercado. Hay que creerse el cuento y tener pasión por lo que uno hace. Yo me demoré 6 meses en investigar para saber a qué me iba a dedicar. Me tomé el tiempo para decidir. Siempre hay que tratar de hacer las cosas correctas y el objetivo final llega más rápido. Hay que estar formalizado, con resoluciones sanitarias al día. En este proceso hay apoyo de la municipalidad y ofrecen muchos talleres que sirven para formar redes generándose oportunidades de negocios. Hay que atreverse y no todo es negocio, no todo es dinero. Económicamente hay días buenos y días malos, pero lo importante es estar contento con lo que uno hace.