A Macarena Jullian, la "casera" de Algarrobo, nada la detiene
La emprendedora, que terminó esta semana su participación en el programa de TVN "Nada te detiene", contó de qué se trata el "Supermercarro" y los desafíos que ha tenido que sortear con su proyecto.
Aunque el jueves pasado se emitió la segunda y última participación de Macarena Jullian en el programa "Nada te detiene" de Televisión Nacional, la emprendedora denominada en el espacio conducido por Iván Núñez como "la Robin Hood de Algarrobo" no dejará sus sueños de lado. A ella nada la detiene.
Era una de las 100 participantes que tenía que exponer su proyecto ante un estricto jurado para ganar $150 millones y mejorar su negocio.
Su primera aparición, hace un mes, fue todo un éxito. En un minuto demostró de qué se trata el "Supermercarro" y para qué necesita el financiamiento que podría obtener en caso de llegar al primer lugar. Luego respondió a las preguntas sin una gota de ansiedad. O al menos así se vio por las pantallas de TVN.
Sin embargo, la realidad es totalmente distinta. Macarena sufre pánico escénico. Ha evitado hablar en público toda la vida. "No lo quería hacer en el colegio y tampoco en la universidad, pero ahora tuve que tirarme a la piscina", cuenta.
Lamentablemente, en su segunda aparición, los nervios se apoderaron de ella. Pero antes de llegar a ese momento… ¿qué mostró ante el jurado compuesto por Nicolás Shea, fundador de Cumplo, que se dedica a buscar financiamiento para emprendedoras; Gina Ocqueteau, fundadora de CrossCheck, empresa de seguridad laboral; Marcelo Guital, fundador de Aguas Benedictino; y la gerente de Innovación de Corfo, Rocío Fonseca?
La respuesta: un "almacén móvil" denominado "Supermercarro", que aunque empezó en Santiago, ganó popularidad en Algarrobo.
"Empecé con él entre junio y julio del 2018, en Chicureo (comuna de Colina). Si bien las ventas empezaron a subir, la gente no le veía el valor a mi servicio, de que pasara este camión por las casas avisando que vendía más de 150 productos. No les llamaba la atención, porque acá hay mucha competencia como Pedidos Ya y ese tipo de aplicaciones que te llevan la comida a la casa, que tienen más productos de los que podría ofrecer yo y que llegan a la casa del cliente muchísimo antes de lo que puedo hacerlo", cuenta en conversación con Diario El Líder.
Ante la frustración, su familia la impulsaba a hacer un cambio. Por eso, vio en las Fiestas Patrias del año pasado la oportunidad de probar lo mismo, pero en la costa central.
"Mi papá, mi mamá y mi abuela viven en Algarrobo, y me decían 'por qué no vienes a probar suerte acá'. Entonces me fui (a Algarrobo) cargadita para las fiestas del 18 de Septiembre y me fue súper bien, porque el Litoral colapsa cuando hay mucha gente, entonces a quienes viven en las zonas más apartadas les da lata bajar (a la costa) por los tacos o porque no tienen auto para ir a comprar", explica.
Ese fue el impulso perfecto. En Algarrobo se halló con gente que no solo estaba dispuesta a abrir la puerta de su casa para ella, sino que la esperaba como a una amiga más.
"Entonces este carrito que empezó a ir y les llevaba algo para el almuerzo, para la comida, para la once, tuvo un significado súper importante para la gente, porque era un servicio necesario para sus hogares. Después volví a Santiago y fueron puras quejas y me sentí un poco frustrada. Pero para el 1 de noviembre (Todos los Santos), que era feriado largo, me fui de nuevo cargadita en mi camioncito. Ahí me fue bien otra vez y pensé en irme por el verano", agrega.
Emprender
En enero de este año se instaló en la comuna de Algarrobo, donde "se fue corriendo la voz".
"A través del boca a boca, las vecinas se empezaron a contar entre ellas de este emprendimiento porque era súper beneficioso para ellas mismas. La gente de los sectores altos de Algarrobo tiene que pagar un vehículo que les cobra tres lucas para ir a buscarlas y tres lucas para ir a dejarlas, entonces se les hace muy caro ir por solo unas cosas. Ir a comprar pan y mortadela sería un viaje de 10 lucas, lo que es imposible por la movilización", afirma.
Los recorridos comenzaron a ser cada vez más largos y gratificantes. En Algarrobo había encontrado algo que no tenía en Chicureo: el cariño de los clientes.
"Empecé a conocer a muchas personas y ya cada venta no era de diez minutos, era de veinte, porque te pones a conversar, te cuentan sus problemas y te vuelves su amiga", manifiesta.
"Entonces se empieza a generar una relación muy cómoda, muy satisfactoria, que era lo que estaba buscando cuando decidí renunciar a mi trabajo para dedicarme a este emprendimiento", prosigue.
Algo nuevo
Macarena Jullian, de profesión agrónoma, trabajó ocho años en una exportadora de uva. Vivía y trabajaba en la misma comuna, en Colina. Podía almorzar en su casa todos los días y gozar de un sueldo estable. Estaba cómoda, pero las ganas de hacer otra cosa fueron más grandes.
"Tenía esta hambre de emprender, así que un día dije 'ya, es ahora o nunca' y renuncié".
Reconoce que el miedo la atacó y que desde entonces ha tenido que sortear varias dificultades. Una de ellas, quedar "corta de lucas", como dice.
Volvió a la misma empresa en que trabajaba, pero para hacer un reemplazo. Esta vez, no obstante, tuvo que pasar cerca de dos meses en Estados Unidos, lejos de sus dos hijas.
"Fue súper doloroso, pero era una buena oportunidad y no podía desperdiciarla si quería seguir adelante", confidencia.
Antes de eso, estando en Algarrobo, se había enterado del proyecto del G-100 y TVN y decidió postular.
Programa
Estando en Estados Unidos, Macarena recibió un correo en que le confirmaban que estaba dentro de los cien participantes.
Ahora tenía que enfrentarse al pánico escénico que mantuvo durante toda vida.
Esta vez no hablaría frente al curso del colegio o de la universidad. Estaba rodeada de cámaras, ante un jurado, con un público en vivo al momento de la grabación y con la idea de que miles de personas verían su aparición en Televisión Nacional.
"Empecé con dolores de guata desde que leí el correo. Había que presentar el proyecto en un minuto y luego recibir preguntas. Pensar en ello era terrible", recuerda.
Se le asignó un mentor que la preparó y, además, asistió a una de las grabaciones para saber cómo era el ejercicio.
"Todos fueron muy cariñosos", comenta sobre su paso por la televisora.
Hace un mes se emitió el espacio que había sido registrado dos semanas antes.
Por suerte, "salió estupendo, cómo si estuviera en el living de mi casa", explica ella. El capítulo completo está en la página web del canal estatal.
Ganó el apoyo del jurado y siguió adelante. Sin embargo, en su segunda aparición la realidad fue distinta.
Olvidó la presentación y, según ella misma cuenta, dio "un jugo tremendo".
Su participación llegó hasta ahí, pero como dice el programa "nada me detiene", resalta ella.
"Estoy muy agradecida, porque enfrenté un miedo. Me deja frustrada en parte porque pensé que podía llegar más lejos, haber avanzado, pero no puedo decir que no aprendí nada, porque superé mis temores", reconoce.
Por ahora el "Supermercarro" está en espera.
"Estoy reformulándome y haciendo alianza con otros emprendedores para diferenciarme del resto, porque los caseros han existido siempre, pero esto es algo distinto, viene con cariño hacia la gente", finaliza.
Las novedades se darán a conocer en la cuenta de Instagram @supermercarro_cl.
"Tenía esta hambre de emprender, así que un día dije 'ya, es ahora o nunca' y renuncié (a mi trabajo)",
Macarena Jullian,, emprendedora.
G 100
G100 es un grupo de empresarios formado por la Asociación de Emprendedores de Chile que colaboran y apoyan a pymes con la finalidad de hacer de Chile el mejor país para emprender. El objetivo principal es crear un grupo exclusivo de personas comprometidas con el desarrollo económico del país. Estos emprendedores son los encargados de asesorar a cada uno de los proyectos que participan dentro del programa "Nada te detiene" de TVN.