"Sangre por sangre", la peligrosa respuesta del eterno amigo del asesinado "Pelluco"
Ayer sepultaron al joven Pedro Ossandón Ávila, cuyo crimen ha generado pesar y alarma en Bellavista.
Pedro Ossandón Ávila tenía 23 años. Una puñalada en el corazón le quitó la vida. Su muerte es también la demostración de que los vecinos de Bellavista siguen subyugados al imperio de la violencia.
El lunes pasado, un día después del asesinato del "Pelluco", en las calles del sector se percibía ese ambiente de congoja que abruma a los barrios cuando perece uno de los más queridos. En el pasaje Atardecer, donde residía y también fue ultimado el joven, globos blancos y negros pendían desde las rejas de las casas. Así homenajearon al acérrimo hincha de Colo Colo que era este sanantonino. A él muchos lo vieron crecer, y muchos también lo vieron morir desangrado en la esquina de la calle Segundo Bustamante.
En Bellavista la violencia es rutina. La gente tiene miedo, no denuncia a los malos vecinos. Muchas mamás les piden a sus hijos, sobre todo a las niñas, que se cuiden mucho, que eviten pasar por tal o cual calle. Todos saben que hay casas que se transformaron en guarida de delincuentes y drogadictos.
Pocos minutos después de constatado el deceso del "Pelluco", cuando buscaban al autor del homicidio, Carabineros arrestó a una mujer que estaba entre las personas que rodeaban la escena del crimen. A ella se le encontraron 20 gramos de marihuana elaborada. La fémina reconoció que estaba vendiendo droga pero aclaró que nada tenía que ver con el fallecimiento de Pedro Ossandón.
Ayer, en el funeral del "Pelluco", había muchas mujeres junto a sus hijos pequeños. En los últimos años, los niños de Bellavista han crecido en un clima donde han ocurrido hechos tan graves como el crimen por una "bala loca" del adolescente Michel Muñoz Martínez, en 2015. A este se suman asaltos, violaciones, tiroteos, quitadas de droga y alevosos delitos cometidos contra ancianos. La vida es así allá en lo alto de la urbe.
En 2019, entre las noticias policiales generadas en Bellavista, se da cuenta del atraco a un poblador que fue atacado en su hogar por un delincuente que lo amenazó con una verdadera "espada" de 58 centímetros de largo. En abril pasado, los residentes de Bellavista, hartos de las acciones del hampa, intentaron linchar a tres supuestos ladrones que ingresaron a un domicilio. Lo mismo pasó en mayo con otro sujeto al que al pillaron sustrayendo especies desde una vivienda de Villa El Sol.
El vecindario, eufórico de ira, ya no quiere más con los narcos y los rateros. En octubre de 2018, esa desazón ante el delito llevó a algunos vecinos de la calle Segundo Bustamante a desmantelar y quemar una casa donde supuestamente unos sujetos, hombres y mujeres trastornados por la pasta base y conocidos como "Los Santiaguinos", vendían droga y hacían "zamba y canuta" en el sector. La furia de la población los sacó de ahí, pero al parecer aún hay focos similares que continúan desarreglando el mundo de los que quieren las cosas en orden y tranquilidad.
El funeral
"Pelluco" tuvo un funeral como jamás lo hubiese imaginado. Sus amigos acompañaron el féretro por las calles de Bellavista, lo llevaron hasta la Parroquia de San Antonio y luego hasta el cementerio Parque Mirador. Los estruendosos bocinazos de una decena de vehículos se abrieron camino para despedir al que murió por enfrentarse contra quien no quería que lo molestaran en su ruidosa fiesta de madrugada.
"Pelluco" feneció, seguramente, pensando en que ir a reprender a sus bulliciosos vecinos de la esquina era la mejor forma de remediar el asunto y también era la manera con que se podía acabar con los problemas que el ahora supuesto autor del crimen provocaba en el barrio.
Franco García (22), uno de los mejores amigos de Ossandón, habló con Diario El Líder en las afueras de la parroquia donde el sacerdote Vicente Véliz oraba por el eterno descanso del occiso. Confesó que existe mucha rabia y dolor entre quienes conocieron al "Pelluco". "El hombre era prácticamente mi hermano", confesó este joven.
A juicio de García, la solución a los problemas de inseguridad que afectan a los residentes de Bellavista es que la gente se defienda. "Hay que poner mano fuerte allá arriba, no queda de otra. Entre nosotros mismos vamos a tener que apretar porque los polis no hacen nada, además que controlan a las personas normales y nunca a los giles que son los huevones malos; (en este caso) se sabía que estaba la cagá (en la casa donde vivía el presunto criminal) y estando el retén (Centro de Atención Inmediata) de Carabineros a pocas cuadras".
Según este joven, frente a la supuesta falta de castigo para los maleantes, "debe imperar la ley de la calle", lo que para él significa que "esto es sangre por sangre". Argumentó que la comunidad tiene que bregar porque los niños tengan un mejor futuro. "Uno tiene que tomar la acción porque (las autoridades) hacen vista gorda de todo", expresó. Lejos de esta insinuación de venganza, la madre de Pedro, Margarita Ávila, insistió ayer, al término de la misa, que "quiero justicia por mi hijo, nada más". Su pena estremece, la ciudad lo sabe, ella es la que sufrirá esta tristeza hasta el día de su muerte.
"Hay que poner mano fuerte allá arriba, no queda de otra",
Franco García, amigo de "Pelluco".
Formalización
Hoy, en el Tribunal de Garantía de San Antonio, la Fiscalía debería formalizar al sujeto acusado de dar muerte a Pedro Ossandón. Al individuo de iniciales F.E.C.M. (22), conocido como el "Fran", le imputarían su participación en calidad de autor del homicidio. Según la información recopilada por Diario El Líder, este joven tiene solo un antecedente judicial por un delito de hurto. Su detención fue extendida hasta hoy a petición del Ministerio Público, que requería del resultado de algunas pericias que realizaría la PDI.