Extranjeros opinan sobre las protestas que se han tomado la ciudad puerto
San Antonio ha recibido en los últimos años a un importante número de ciudadanos foráneos que han sido testigos del descontento que explotó en el país hace una semana.
Durante mucho tiempo la economía de Chile fue elogiada por diferentes actores políticos de Latinoamérica y eso provocó que se convirtiera en el destino elegido por miles de extranjeros que decidieron dejar sus realidades en sus países de origen para comenzar una vida en territorio nacional.
Con el paso de los años las principales ciudades del país se fueron poblando por habitantes provenientes desde Perú, Colombia, Haití y Venezuela, principalmente, los que durante estos días han tenido que adecuarse a la contingencia que las manifestaciones sociales han traído a Chile.
En el sector de Llolleo, hace cerca de tres años que se instaló el restaurante de comida peruana "Máncora", que se ha ido transformando en uno de los favoritos de los amantes de la alabada gastronomía del país vecino.
Desde lima a chile
Harry Pérez es uno de los trabajadores del local y asegura que durante los últimos días tuvieron que cambiar su planificación habitual, tanto por las manifestaciones como por los toques de queda que se han estado ordenando desde el domingo pasado en la Región de Valparaíso.
"Me vine hace 17 años a Chile proveniente desde Lima y estoy acá en San Antonio porque soy amigo del dueño (del "Máncora"), con quien trabajamos en Santiago también en restaurantes. Acá ya llevamos tres años trabajando en Llolleo", detalla el ciudadano peruano que tuvo un pasado como jugador profesional del club Alianza de Lima.
Respecto a lo que han sido las protestas sociales que se han realizado desde la semana pasada, Pérez comenta que "han sido un poco complicadas, aunque, eso sí, estamos también apoyando lo que es la causa. En lo que nos complica ha sido en el tema de los saqueos y la violencia, por lo que hemos tenido que cerrar y solamente hemos abierto medio día. Estuvimos el lunes cerrado todo el día y después hemos abierto hasta las 4 de la tarde, producto del toque de queda".
-¿Pensó que podía suceder un estallido social de esta magnitud?
-Llevo hartos años acá en Chile y se veía un buen país, pero también se veía que podía ser un globo que se tenía que reventar en algún momento. Uno también cuando empezó le costaba en el tema económico, pero ahora ha subido todo, como la locomoción, los alimentos, entre otras cosas. Para mí viajar a Santiago ya se me estaba haciendo muy costoso y todas esas cosas se van sumando. Por todo eso creo que está bien que haya manifestaciones, porque los abusos tienen que parar. Ojalá el gobierno tome alguna decisión, ya que uno como extranjero vive de esto y hay una familia que mantener.
Actualmente, el restaurante "Máncora" tiene a diez ciudadanos peruanos trabajando en sus dependencias, los que han vivido una semana llena de alteraciones. "No hemos podido trabajar tranquilamente y esperamos que esta situación se vaya normalizando esta semana", comenta Harry Pérez.
Mirada venezolana
En el centro de San Antonio, en calle Centenario, funciona el restaurante "A Todo Vapor", donde está trabajando desde hace pocos meses el residente venezolano Kevin Vásquez.
A sus 18 años de edad, lleva recién cuatro meses viviendo en San Antonio y por eso que quedó tan sorprendido por las manifestaciones ocurridas estos días en la ciudad puerto.
"Primero estuve en Perú seis meses y no me acostumbré, así que ahí fue cuando me vine a Chile y la persona que me recibió vivía en San Antonio, por eso llegué acá", explica el oriundo del estado de Aragua.
-¿Qué tal esta experiencia de llevar tan poco en el país y que ocurran estas manifestaciones?
-En parte se entienden las protestas, pero eso es algo diferente a los actos violentos y saqueos, creo que no son cosas que tengan que ir de la mano. Una cosa es protestar pacíficamente por los derechos que exigen las personas pero otra cosa es atacar negocios que no tienen nada que ver.
-¿Cuánto se ha alterado el trabajo con todo lo que está pasando?
-Nosotros tenemos que estar acá en el local desde las 11 de la mañana. Por orden del toque de queda hemos tenido que cerrar a las 17 horas, pero cerca de las 15 horas ya teníamos que estar recogiendo las mesas.
-¿Le trajo recuerdos de la situación en Venezuela con lo que le ha tocado vivir acá en San Antonio?
-Sí, claro que sí. Las personas están defendiendo sus derechos hasta el final de lo que ellos creen que es correcto. Es bueno que se den cuenta ahora, cuando la situación en el país no es mala. Como extranjero uno veía a Chile como un buen país, pero la gente que vive acá es la que ha sufrido los problemas por los que están manifestándose.
Realidad del centro
Rodrigo Vega es el propietario del mencionado restaurante "A Todo Vapor" que se ubica en calle Centenario. Nació en Tacna, Perú, y debido a que su madre es chilena, llegó a vivir a San Antonio y ya lleva dos años con su proyecto en base a la gastronomía peruana.
"Llevo 17 años, en total, viviendo en Chile. Y todo esto que ha estado pasando ha sido algo malo en un aspecto y bueno por otro. Apoyo totalmente lo que es el paro pero la violencia no se tolera", reconoce.
-¿Cómo analiza usted estas manifestaciones sociales en Chile?
-Creo que esto fue una bomba de tiempo. El mejor país de Latinoamérica en muchos aspectos es Chile y es un buen lugar donde poder emprender y surgir. Por eso que también apoyo las manifestaciones que son de forma pacífica.
-¿Se ha visto reducida la asistencia de gente a su restaurante?
-Igual ha venido, pero en general la gente está con miedo, ya que por los desmanes que hay acá en el centro se atemoriza parte de la población.
-Usted trabaja con extranjeros, ¿cómo vivieron ellos estos últimos días?
-Acá en el restaurante tenemos siete personas más trabajando, que son peruanas y venezolanas. Para ellos es difícil, porque estamos en pleno centro y todas las protestas están acá. Y claro, a los trabajadores de Venezuela ya les ha tocado pasar por situaciones así y seguro que también les complican. Para nosotros, los peruanos, es algo novedoso, porque no habíamos tenido una experiencia así.